El verano es la época en la que mayor tiempo estamos fuera de nuestro domicilio, por lo que estamos mas expuestos al riesgo de sufrir accidentes, máxime al encontrarnos en espacios y lugares que normalmente desconocemos, que visitamos al realizar excursiones o en zonas de playa y montaña.
Debemos hacer especial hincapié en la adecuación de la vivienda denominada “segunda residencia” o “alquiler” en época estival, dado que si bien normalmente disponemos de las medidas y dispositivos de seguridad en nuestros domicilios habituales debemos asegurarnos de adecuar la vivienda estival del mismo modo para minimizar los riesgos de sufrir un accidente.
También es la estación en la que más desplazamientos realizamos por lo que debemos ser extremadamente cuidadosos con el seguimiento de las recomendaciones y medidas de seguridad tanto en nuestra movilidad; en vehículos, a pie o en bicicleta.
Del mismo modo el calor, típico de esta estación, conlleva además de convivir en familia de un periodo vacacional (viajes, baño en piscinas y playas , … ) la exposición a sus riesgos inherentes, ante lo cual es preciso conocer y poner en práctica las medidas preventivas necesarias para nuestro disfrute en un marco de seguridad y salud para nosotros y nuestra familia.
Entre los principales accidentes en verano tenemos:
Desde los 2 años, niños y niñas aprenden cómo caminar por la calle y empiezan a montar en bicicleta. Para que se muevan de forma segura y saludable, a continuación se ofrecen algunas recomendaciones:
Para los desplazamientos en vehículos no sólo en verano sino durante todo el año, se ofrecen las siguientes recomendaciones:
La segunda vivienda o la de alquiler debe ser una prolongación de nuestra vivienda habitual desde el punto de vista de la seguridad. Por ello, es nuestra responsabilidad adoptar todas las medidas necesarias que garanticen minimizar el riesgo de sufrir un accidente doméstico en nuestro hogar.
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Debemos usar gafas de protección solar de alta calidad, que filtren las radiaciones, ya que las lentes inadecuadas pueden producir daños como queratitis y a largo plazo, cataratas.
En el baño, tanto en piscinas como en mar, es conveniente quitarse las lentillas oculares o usar gafas de natación neutras sobre las lentillas. Suelen existir productos químicos, necesarios para mantener el agua en buen estado, que irrita los ojos en circunstancias normales, y pueden causar muchos problemas, e incluso pueden habitar bacterias que enferman el ojo produciendo infecciones muy importantes para la salud.
Debido a la humedad y el calor en verano son más frecuentes las infecciones por hongos, ya que aumenta su proliferación Se multiplican en aquellas donde existe roce entre dos superficies cutáneas, como los dedos de los pies, las ingles o bajo las mamas. El más típico de todos es el “pie de atleta”, que se localiza normalmente en los dedos de los pies. Es conveniente por tanto adoptar medidas preventivas en los gimnasios, piscinas, duchas, y zonas públicas donde se está en contacto directo con la humedad. Es recomendable siempre evitar ir descalzo y utilizar zapatillas o chanclas en estos espacios. Utilizar zapatos transpirables o descubiertos durante el resto del día. Debemos secarnos muy bien después de la ducha, especialmente las zonas de pliegues (entre los dedos de los pies, ingles y debajo de las mamas las mujeres…) Para evitar el contagio a otras personas no compartir toallas ni intercambiar ropas con otras personas.
Si tenemos pensado viajar a destinos internacionales es conveniente ponerlo en conocimiento de nuestro médico, dado que en algunos casos es preciso realizar vacunación previa con bastante antelación.
Es conveniente preparar un botiquín de viaje, para lo cual es fundamental conocer las características del lugar de destino y la duración del mismo.