Uno de los grandes avances el siglo XX ha sido el screening o cribado poblacional de ciertas enfermedades. Su detección periódica hace que detectemos estas enfermedades en la fase presintomática y que podamos actuar incluso antes de que ésta se manifieste, lo nunca visto. De esta forma, y con las medidas y tratamiento adecuado, disminuimos las tasas de morbilidad y mortalidad. Pero para que una pequeña parte de la población se beneficie, tenemos que someter gran número de personas sanas a estas pruebas con todos sus inconvenientes. ¿Dónde está el límite?
Existen varios tipos de screening. Centrándonos en el screening de cáncer, en España tenemos hoy en día instaurados y ampliamente aceptados por la población tres: para cáncer de colon, cuello de útero y mama. Cada uno con sus diferentes indicaciones, población a aplicar y periodicidad.
Estas pruebas son rápidas, baratas y tienen una gran sensibilidad. Cada año sometemos a millones de personas a estos screenings y en caso de positividad hay que hacer una segunda y, a veces, más pruebas para confirmar la presencia de la enfermedad. Esto hace que se formen grandes y complejas redes de derivación de los pacientes dirigidas a detectar un determinado cáncer antes de sus síntomas.
Gracias a todo este entramado hacemos un diagnostico precoz del cáncer, ya que se encuentra en una fase mucho menos avanzada. De esta forma, se derivan estos casos a una atención especializada que iniciarán las medidas y el tratamiento adecuado y así tendremos unas tasas mayores de control y, para los más afortunados, curación.
Así se salvan miles de vidas cada año en nuestro país, pero, ¿cuánto dañamos? Cada acción médica tiene una iatrogenia (daño que produce la medicina). Estamos convirtiendo a personas sanas en pacientes que tienen que acudir al médico para someterse a una prueba. Y estas pruebas por sus condiciones tienen un gran número de falsos positivos, es decir, personas a las que el screening da positivo (indica enfermedad) y hay que someterlas a una segunda prueba más cruenta y costosa. Y durante este periodo, por supuesto, tenemos que tener en cuenta el sentimiento de enfermedad que estas personas viven hasta descartar la enfermedad.
Por todo esto, ¿dónde está el límite? ¿cuál es la proporción adecuada para «convertir personas sanas en pacientes» y así salvar a unos pocos? El screening más discutido es el de mama. En el que tras la positividad en el screening, hay que someter a una gran parte de la población a una segunda prueba para detectar un solo caso verdadero. Varios estudios apuntan en su dudosa costo-eficiencia. Si añadimos que la mayoría de ellos son hormono-dependientes y al llegar a la menopausia, éstos decrecen e, incluso, desaparecen, ¿estamos haciéndolo correctamente?
Deberemos de seguir haciendo estudios de eficiencia, con evaluaciones económicas y teniendo en cuenta los daños físicos y psíquicos causados al gran número de población sana. Solo de esta forma podremos saber con certeza que es positivo para mejorar la salud de la población.
Excelente tema y con mucho por discutir¡¡ Mientras por un lado la búsqueda de marcadores para ciertas enfermedades hoy en día es un reto, existen otras donde como bien dices, el análisis costo efectividad de estos marcadores ha demostrado su poca utilidad, y justamente este análisis se ha derivado en un nuevo reto en la salud pública, y el screening mamario es un gran ejemplo. El reto de encontrar un límite entre la especificidad y la sensibilidad para estos marcadores, y decidir hacía donde nos inclinaremos, con sus respectivas consecuencias es un gran desafío. Es importante reconocer que muchas veces este tipo de prevención, como el screening, no solamente produce beneficios, y que los efectos adversos no deben ser ignorados, además de valorar que tan favorable es. Por lo eso considero que tu artículo es muy valioso, para poder dar este paso. Un documento muy importante que resume esta problemática es el artículo titulado: Quantification of harms in cancer screening trials: literature review publicado en la BMJ,( http://www.bmj.com/content/347/bmj.f5334) que lo recomiendo para complementar la lectura. Un saludo¡¡