Apuesta por un comedor escolar sano:
¿Qué tan importante es la comida que comen nuestros niños en el colegio?
Durante los últimos años el uso del comedor escolar ha aumentado. Esto se debe, por un lado, al incremento de jornadas laborales de los progenitores, la diversidad de modelos familiares: monoparentales, pluriparentales; o a una cuestión de comodidad. Por otro lado, la crisis económica ha hecho que los comedores escolares realicen una función social importante al proporcionar la comida principal a niños de familias con recursos limitados.
Al tener un papel importante en la educación para la salud de niños y adolescentes, en medida que se crean hábitos alimenticios según lo que se sirva, el comedor escolar debe asumir la responsabilidad de proporcionar alimentos de alta densidad nutricional y calidad, en un régimen de dieta equilibrada y teniendo en cuenta los diferentes grupos alimenticios necesarios para un desarrollo adecuado. Lastimosamente, no siempre es así…
Según el periódico El País en el 2015, cada vez más colegios en España cierran sus cocinas delegando en servicios de “catering” la responsabilidad del abastecimiento de alimentos. Las comidas preparadas fuera de los centros educativos, normalmente son preparadas masivamente y deben recorrer cientos de kilómetros para alcanzar su destino. Además, algunos utilizan el sistema de línea fría, en el cual, la comida se vende refrigerada en vez de ser transportada caliente el mismo día. Luego, en la escuela sólo se tienen que calentar los alimentos y servirlos.
Estos mecanismos tienen ventajas de reducción de costes y dan facilidad a los colegios de proporcionar menús “adecuados” sin mucho esfuerzo. Sin embargo, ya que los alimentos tienen que conservarse hasta ser servidos, usualmente tienen una mayor cantidad de sal, como también menor calidad, ya que son cocinados en grandes cantidades.
Como era de esperarse, muchos padres y madres de familia se rehúsan a dejar que sus niños coman comida preparada en un establecimiento que casi parece un laboratorio químico y que, además, tiene una producción en cadena, como cualquier otra empresa industrial.
Por ejemplo, un Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) en el barrio del Albayzín de Granada, el colegio público Gómez Moreno, ha apostado por gestionar directamente, a través de la asociación de madres y padres del alumnado (AMPA), la provisión de alimentos en su comedor.
El comedor es completamente autogestionado de forma integral y voluntaria por la AMPA. Esta implicación de las familias con el comedor ha hecho posible su funcionamiento y financiación por más de 15 años. Los ingredientes utilizados proceden en un 80% de la agricultura y ganadería ecológica y son cocinados en el mismo colegio, eludiendo el proceso generalizado en Andalucía de privatización indirecta del servicio público al implantar servicios de restauración filiales de grandes grupos empresariales.
¿Cómo se hizo posible esta iniciativa? ¿Cómo se financia? ¿Qué problemas puede haber en la gestión de un comedor de este tipo? Estas fueron algunas preguntas que surgieron a medida que iba redactando esta entrada. Por lo cual, se ha organizado una reunión con la AMPA de Gómez Moreno para responder a estas preguntas y otras, y demostrar que vale la pena apostar por un proyecto que promueva la salud, a pesar de que el camino pueda ser difícil. No se pierdan todo esto y más, en la siguiente entrada del blog…
Tanya que buen artículo! Me interesa mucho el tema de alimentación en general y la iniciativa por parte de este colegio granadino me parece un gran ejemplo para el resto y escribir este blog es una oportunidad de difusión. ¡Enhorabuena!
Me ha hecho reflexionar sobre varios temas. Por un lado, las tasas de obesidad infantil tan altas que tenemos en España que son aterradoras a pesar de tener accesibilidad a alimentos ecológicos y a una gran variedad de alimentos que bien estructurados, harían de nuestra dieta una dieta saludable. Y esto tiene varias explicaciones, no solo en relación a la industria sino a otros temas aún más profundos.
Existe, desde mi punto de vista, una necesidad inminente de tener a nutricionistas formando parte de las distintas instituciones, centros de salud, hospitales y como no ¡colegios! Ya basta de delegar en otros profesionales, no especializados en nutrición, la responsabilidad de educar a la población en una alimentación adecuada.
Centrándome en los colegios, y relacionándolo con la salud comunitaria, los colegios son pura comunidad. Ahí tenemos que enfocar nuestros esfuerzos en prevención y en promoción de la salud. Los comedores deben estar liderados por profesionales especialistas en materia de nutrición para frenar la epidemia de la obesidad infantil y promover hábitos saludables desde la infancia.
Cheers for the great article Tanya! I loved how you gave such an informative and concise overview of the global and national trends, before focusing in on the local level.
When we analyze many of today’s social and health problems we often find ourselves returning to the community level for sustainable solutions. In respect to what Cristina mentioned in her comment above, I can attest to the fact that the “comedor” in question is more than just a place for the students to eat healthily. They have successfully created a community institution, a community hub if you will, that brings so many people together every week. A real challenge is taking this model and applying it in vulnerable neighborhoods (with community participation) where we may find lower incomes and also lower levels of health literacy than those found in the Albayzin. And also in rural areas!
Unfortunately, as you mention in your article, not even primary school “comedores” are immune to the toxic effects of cost-cutting. That is why it is essential to promote the great work of community institutions like the “comedor” of Gómez Moreno primary school in Granada, with the hope of influencing public policy and perspectives. We need governments to take responsibility for feeding children properly and help them reach their potential, especially since it is becoming less and less affordable to eat healthily these days.
Let’s hope that more and more community initiatives like this one can provide access to healthy food for the future generations.
Enhorabuena por el artículo Tanya. La nutrición infantil es un tema de suma importancia; y que particularmente me interesa. Es verdad que tanto la obesidad infantil y otras enfermedades como la diabetes tienen sus orígenes en los malos hábitos que se aprenden desde la niñez y por lo tanto una intervención temprana siempre será mejor y con mayor impacto, no sólo para reducir enfermedades sino para lograr el potencial de una persona.
La iniciativa por parte de estos padres de familia me parece fabulosa y definitivamente una lección no sólo para otros colegios, sino para las organización encargada de supervisarlos.Es un excelente primer paso orientado a la educación y promoción de hábitos saludables, que va de la mano de un trabajo comunitario en el que las familias están particularmente involucradas lo cual lo hace aún mejor. Es una pena enterarse que a pesar de ser una gran iniciativa, las mismas autoridades no apoyen de cerca este trabajo y quizás todo lo contrario, pongan más obstáculos.
Esperemos que este proyecto siga creciendo y contagiándose.