Liderazgo para la Transformación Social

Cuando se conforma un líder comunitario, se abre una oportunidad para superar la exclusión social, genera esperanza y acción entre aquellos que pertenecen al colectivo que representa. Es por esto que toma tanta relevancia que el líder comunitario sea capaz de entregar una visión y servir de modelo de comportamiento. Esta entrada va a intentar resolver las siguientes preguntas, ¿Cómo debe ser un líder comunitario?, y ¿Qué rol cumplimos nosotros como agentes sanitarios con su rol y la transformación social que busca?

Siempre admiré a algunos líderes de la historia Chilena y del mundo, que aportaron en la generación de diversas transformaciones sociales. Cada una de estas personas me atraía por distintos motivos, pero lo fundamental era que todos ellos lograron movilizar colectivos e intentaban unir a la comunidad por un fin común. Al crecer, pude ir cuestionando a estos ídolos, y observar qué era aquello que los hacía tan admirados (y odiados), que les permitió movilizar grandes colectivos y comunidades.

Julieta Kirkwood, Chilena, Fundadora del Movimiento Feminista Chileno en los años 80.

Fui conociendo nuevas personas admirables, que, sin ser famosas, eran influyentes a nivel local o comunitario, estas podían al igual que los anteriores, movilizar colectivos. Algunos de ellas eran feministas pertenecientes a colectivos universitarios o profesionales, ex pacientes psiquiátricos que forman parte de un grupo de reivindicación de sus derechos, profesionales o líderes estudiantiles. Entonces me comenzó a surgir una duda, ¿Qué hacía que estas personas pudieran movilizar a tanta gente?, ¿Por qué lograban generar cambios?, ¿Qué diferenciaba a estas personas de aquellas que finalmente no prosperan?  Después de bastante tiempo buscando una respuesta precisa, puedo decir que esta NO existe…pero sí se puede decir que estas personas fueron grandes Líderes comunitarios, pudiendo lograr iniciar, fortalecer o terminar el proceso de fortalecimiento de una comunidad.

La persona que guía cualquier movimiento es sumamente importante, va a corresponder a la cara visible del movimiento social y tendrá grandes responsabilidades como actor social. Será hacia ella hacia quien se dirija la mirada, sus aciertos y fallas en términos de liderazgo afectarán a todo el movimiento en menor o mayor grado, así como su credibilidad. Es por esto que se debe tener claro qué esperar y qué fomentar de un líder comunitario.

 Debe estar comprometido con la comunidad, ser capaz de inspirar y movilizar, centrarse en la comunidad. Un líder moviliza y representa a su comunidad. Por lo que para ser realmente un líder comunitario es básico pertenecer a la comunidad y construir la propia identidad junto a ella. 

Después de consultar distintos autores, expertos en empoderamiento y fortalecimiento comunitario, entre ellos, Maritza Montero, Labourdette,  Lupano y Castro, puedo decir las siguientes características fundamentales. Un líder comunitario debe ser capaz de potenciar la dinámica de comunidad, fomentando que se generen lazos de apoyo entre los ciudadanos, la participación en la toma de decisiones y la organización. Este nace desde la propia comunidad, y se conforma en autoridad. Su poder y valoración va a variar según su contexto histórico-social, cada cultura va a respetar y entregar distinta relevancia a un movimiento social y a quien la dirige. Debe practicar la democracia participativa, permitiendo que todo ciudadano interesado exprese sus ideas y participe de la toma de decisiones, siendo capaz de percepción, evaluando constantemente el avance del proceso. Sólo así va a lograr movilizar y representar a su comunidad frente a las instituciones, empresas o Estado, los que están presentes en todo proceso de transformación comunitaria.

Pero…¿Qué rol cumplimos como sanitarios en todo esto?

En esto deseo ser enfática…¡Nosotros sólo apoyamos!

No somos un guía, ni les enseñamos el camino. Si queremos que una comunidad se desarrolle, aprenda y se transforme son ellos quienes deben guiarse y decidir qué hacer y cómo hacer y nosotros ya sea como ONG o como Estado, debemos entregar y fortalecer las herramientas que requieran, comprendiendo que ellos poseen el saber popular. Saben quiénes son y qué necesitan y nosotros debemos aportar para que el proceso sea efectivo, duradero y propio. Para esto, debemos facilitar también que el líder comunitario y la comunidad tengan conciencia de los recursos y herramientas que poseen, construyendo desde los programas y políticas espacios que les permitan participar como protagonistas.

Si queremos políticas de salud efectivas, que promuevan la transformación social, debemos hablar con el líder comunitario, fortalecer su rol y que este nos ayude en la comunicación con la comunidad, entendiendo que nosotros lo necesitamos tanto como ellos a nosotros.

Para terminar, conozcamos a un verdadero ejemplo de líder comunitario, les contaré brevemente de Juan Antonio Ariza, Colombiano, de 73 años. Quien participó como dirigente comunal, sindicalista, concejal y líder de su comunidad. En una entrevista realizada por CEDERHNOS  cuenta sus inicios como líder comunitario de la siguiente manera; «La gente se venía para Barranquilla porque este era un remanso de paz, pero cuando llegaban acá la cosa era dura, a unos les tocaba pedir, dormir en las calles, otros íbamos al mercado público a pedir los alimentos desechados, íbamos a la panadería a pedir el pan viejo para los niños, no teníamos dinero, ni nada, allí fue cuando empezamos a organizarnos». En esta misma entrevista cuenta que comenzó haciendo proyectos con amigos del municipio de Ciénaga y construyeron un colegio rural…de allí en adelante dedicó su vida al trabajo por el bien de su comunidad. Estoy segura, de que la definición más precisa, de lo que es ser líder comunitario, cómo se trabaja y cuál es su fin, la da Juan Antonio en esta misma entrevista;

“Yo hacía un trabajo social con los campesinos, con los trabajadores, en general con la gente del lugar y allí fui creando confianza con la gente, realmente yo era solidario y humanitario, me gusta hacer el bien y no el mal,  no gusto de la cosas injustas”