El menú para el quinto periodo del año ya está disponible en la página web del comedor ecológico escolar Gómez Moreno. Este viernes la cocina huele delicioso. Se sirve ensalada de col como primero y de segundo guiso de habichuelas blancas con puerro y zanahoria. Todo hecho con alimentos locales y de temporada, y cocinados in situ, como cuando se inició el proyecto hace 15 años.
Como lo prometido es deuda esta nueva entrada del blog pretende dar un “inside” de cómo es posible que una Asociación de Madres y Padres de Alumnos haya llegado a gestionar un «eco-comedor» y cuáles dificultades se pueden presentar al dirigir un proyecto de promoción de la salud desde la iniciativa de la misma comunidad. Para ayudarme a relatar su trayectoria me he reunido con dos miembros de la AMPA en el mismo comedor, aprovechando el momento para probar su famosa comida.
La historia se inicia hace más de 10 años gracias a la decidida apuesta de un grupo de padres y madres de familia en compromiso con generar una comunidad educativa que tuviera un impacto positivo en el desarrollo de los alumnos. El comedor se vió como una vía de difundir hábitos saludables a los niños, como también una forma de poder ofrecerles alimentos de la mejor calidad a sus alumnos. Miembros de la AMPA cuentan que su creación fue gracias a la vocación de este colectivo y a la generosidad de la comunidad, ya que muchos materiales para montar la cocina fueron conseguidos por donación. La iniciativa se concluye con la firma (a partir del ejercicio lectivo 2006/07) del Convenio de gestión del servicio de comedor con la delegación provincial de Educación en Granada, a través del entonces recién creado ISE (Ente Público Andaluz de Infraestructuras y Servicios Educativos) reafirmando la autonomía del servicio y adecuación del servicio, como “Buena Práctica” que se debía de aprovechar para difundir la experiencia.
No obstante, como sabemos, no todo es camino de rosas en el sector público. En el 2013 la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía cambió la normativa, aludiendo a motivos de transparencia política y económica. Esto ponía en cuestión la viabilidad de los convenios con asociaciones sin ánimo de lucro, forzando a entrar a estas asociaciones, como la empresa creada por la AMPA de Gómez Moreno, en concurrencia a concurso de licitación pública para la gestión del comedor de centros educativos. Un paso para convertir la alimentación escolar en un negocio y a los alumnos en consumidores de comida, más que saludable, rentable.
La AMPA, fiel a su misión de velar por las necesidades de los niños del colegio, luchó por ganar el concurso y lo logró, no sin antes tener que ceder en los precios de los menús. Esta nueva modalidad hizo que la AMPA tuviera que reestructurarse y atenerse a los requisitos puestos por la Consejería de Educación, muchas veces teniendo que aprender en el camino sobre cómo gestionar la implementación de los nuevos requerimientos.
La gestión se realiza a través de una asociación sin fines de lucro creada por la AMPA. Los cargos en la empresa (como tesorero/a, secretaria/a, etc.) son ocupados por padres y madres voluntarios, mientras 13 trabajadores contratados hacen el rol de monitores y cocineros. Es decir, los costes de gestión son casi nulos. En comparación con las empresas de catering, la AMPA no sólo tiene como objetivo proporcionar menús adecuados, sino apoyar a los productores de alimentos locales y generar mejores condiciones laborales para la plantilla fija de trabajadores.
Este año, la AMPA tiene que competir nuevamente con empresas especializadas en catering para poder seguir autogestionando el comedor. La organización y la gestión para presentarse en el concurso es, desde el punto de vista de los miembros de la AMPA, el problema más grande. Al ser una empresa sin fines de lucro, no sólo se encarga de la provisión de comida, también tiene como misión facilitar un entorno de educación en hábitos saludables, salud bucodental, y del sistema alimentario (en coherencia con programas públicos). Además, el comedor es consciente de que sus trabajadores son un factor clave para alcanzar los resultados deseados. Debido a esto, el comedor les ofrece un espacio de trabajo con condiciones favorables en el cual ellos pueden aportar nuevas ideas e implicarse en la llevanza del comedor, sintiéndose parte del proyecto y de la importancia que tiene.
Por otro lado, la propuesta de un eco-comedor autogestionado es un ejemplo de participación de la comunidad en la promoción de la salud al juntar diferentes actores para un fin común. Al utilizar productos locales y trabajar con empresas como la cooperativa agroecológica de Granada Valle y Vega se fomenta el desarrollo económico local haciendo posible el contacto directo entre ciudadanos y el medio rural, minimizando los costes de transporte y de distribución y manteniendo sistemas agrarios tradicionales respetuosos con nuestro medio.
Entonces, ¿se puede comparar realmente el eco-comedor con las empresas de catering, las cuales se rigen por la ley de maximización de beneficios económicos y solo ven consumidores? Según la Junta de Andalucía sí. Al momento de elegir a la empresa ganadora de la gestión del comedor, el precio es el criterio que prima. Como se ve en otros sectores de la sociedad actual, la cuantificación prevalece frente a criterios más intangibles como la calidad. ¿Cómo es posible que se pierda el aspecto cualitativo, sobre todo en temas tan importantes como la alimentación de los niños, en favor de un simple análisis de cantidades?
Con el fin de no perder lo que se ha logrado hasta ahora, la AMPA implementa estrategias diversas para permanecer con la gestión. La Junta da un precio por cada menú que se sirve, y en base a ese presupuesto financia la gestión. Por eso se tomó la decisión de posicionarse como una empresa de bajo coste que no comprometiera la calidad de los productos. Sin embargo, la financiación que reciben no es suficiente para alcanzar los criterios pedidos por la Junta y seguir manteniendo los estándares por los cuales el comedor es reconocido. Para conseguir ingresos extra se organizan un eco-mercadillo cada trimestre y diferentes fiestas. Además, los miembros de la AMPA dan una cuota voluntaria para mantener el comedor. Asimismo, los miembros han aprendido que el marketing y la visibilidad es una herramienta muy útil para ser la primera opción en el concurso. Aunque la decisión final es de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, la comunidad también tiene voz y al promocionar el comedor y ver el impacto que tiene sobre las personas cercanas a él, la Junta debe considerar no solo el precio pero también las repercusiones que se generarían al entregar el comedor a una empresa de catering.
Los miembros de la AMPA consideran que gestionar el comedor no es una tarea fácil, sino un camino de aprendizaje continuo al cual se le tiene que atribuir muchas horas de trabajo. No obstante, el objetivo del comedor justifica el esfuerzo. Los padres y madres involucrados no pierden nunca de vista la importancia que tiene el comedor en la vida de sus pequeños y en la comunidad. Su participación hace posible que el comedor continúe mejorando y cumpliendo con los requisitos necesarios y genera un entorno educativo que implica a las familias en el proceso educativo de los alumnos. Asimismo, ha posibilitado un proceso progresivo de empoderamiento y compromiso con el colegio para mejorar el desempeño de este. La posibilidad de participar en la mejora de la escuela motiva a los padres y madres implicados a comprometerse con la ciudadanía y su entorno social. La participación de los padres y madres en la provisión de comida saludable y de calidad los concientiza sobre hábitos saludables que luego pueden transmitir a sus hijos/as.
El modelo de autogestión del comedor escolar en el CEIP Gómez Moreno es un ejemplo de gestión exitosa y satisfactoria de un proyecto de promoción de la salud hecho por la comunidad. El éxito de la experiencia demuestra la importancia directa del empoderamiento de la ciudadanía en la participación en los asuntos propios de ella, motivando medios de transformación social y responsabilización política. Igualmente, pone en evidencia que cuando uno quiere puede y que el que la sigue la consigue. A pesar de tener presupuestos recortados y de tener que conseguir las cualificaciones de gestión sobre la marcha, el comedor sigue manteniendo la calidad inicial en su servicio con índices de satisfacción muy altos de parte de los usuarios. Aprendamos de la historia del comedor y no tengamos miedo de poner en marcha proyectos con un impacto positivo en la sociedad. Por más barreras que veamos, siempre hay una forma de romperlas. Este año la asociación creada por la AMPA volverá a ganar el concurso de licitación del comedor; el comedor ecológico escolar Gómez Moreno seguirá siendo pionero en el modelo de alimentación escolar con responsabilidad social.
Tanya, muchas gracias por tus artículos sobre el comedor!
¡Me interesa mucho el tema! En mi opinión comer es un acto político (además de un acto de salud), que reflete la interacción de una persona con su entorno, con los hábitos de su comunidad, con el financiamiento de los cultivos y con los impactos que los distintos tipos de producción pueden causar.
En este sentido, pienso en la importancia de las Compras Públicas Sostenibles, que hacen con que el Estado solo acepte en las licitaciones públicas la participación de empresas que siguen criterios sociales y ambientales pre-definidos. Con esto, el Estado puede fortalecer el desarrollo local (productores de regiones próximas) y la producción sostenible (con reducción de impactos ambientales y sociales). Además, puede ayudar a equilibrar la diferencia de precios entre los productos sostenibles y los convencionales por cambiar la relación oferta-demanda (la participación del estado en las compras totales de un municipio puede llegar a 50%), lo que facilita la compra de productos sostenibles por toda la población.
En relación a la nutrición, los comedores escolares tienen un papel muy importante no solo para la alimentación diaria como también para la formación social y corporal de los niños. Realmente, cuando comparamos la seguranza alimentaria de la población en general, avanzamos mucho en lo se garantizaba hace 50 años. Sin embargo, hace falta hacer una combinación entre “cantidad” y “calidad”.
Los comedores escolares, en mi opinión, deberían ser puntos principales de las Compras Públicas Sostenibles que comenté. Así se podía garantizar comida “ecológica” y de calidad para todxs lxs niñxs que no tuvieron la suerte de estudiar en el Colégio Gomez Moreno.
¡Gracias de nuevo por tus excelentes artículos!
Te dejo aquí una lectura que en 2013 me hizo reflexionar mucho acerca del tema:
“Comemos melhor ou pior?” – http://www.pagina22.com.br/revistap22/81
Besos
También dejo el weblink de la película «Más Allá del Peso», que trata de cuestiones que están por detrás de la obesidad infantil del mundo y que está disponíble en portugués, inglés y español.
http://www.muitoalemdopeso.com.br/es
Tanya, muchas gracias por tus artículos. La experiencia del comedor ecológico autogestionado escolar Gómez Moreno es ejemplar y el compromiso del grupo de padres y madres me parece admirable. Es mucha implicación personal y me imagino que es necesario «mantener vivo la llama» a lo largo del tiempo, con la participación de nuevos padres etc.
Al final, según las últimas noticias, es triste saber que el nuevo contrato fue otorgado a una empresa de catering, bajo el único criterio económico. Es una visión a corto plazo muy perjudicial. ¿Cómo explicar que los beneficios en la educación de los niños (de alguna manera una «alfabetización alimentaria») y en su salud no se toman en consideración? ¿El sistema de Compras Públicas Sostenibles propuesto por Evelise podría permitir que este modelo autogestionado continúe y se desarrolle en el futuro? De nuevo, creo que es un bonito ejemplo de acción comunitaria y sería desafortunado si no continuara. Por favor, háganos saber cómo podriamos ayudarlos.
En otra área, me recordó la historia de una mujer, dueña de una casa de huéspedes en la isla de Santo Antão del Cabo Verde. Organizó una escuela para su hijo y para los niños del valle porque, de lo contrario, tienen que caminar muchos kilómetros para llegar a la escuela (1 a 2 horas caminando).