Es normal en la medicina, dada su característica tendencia a avanzar sin freno, pensar en que ciertos problemas han quedado en el pasado por el mero hecho de haber reducido su incidencia, o mejor dicho, la visibilidad de los efectos que esta acarrea. Esto se ve de forma latente en el trato de muchas enfermedades infecciosas en la medicina actual, de las cuales las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) son un ejemplo mayúsculo. Cómo vimos en la entrada anterior, la idea de la desaparición del VIH es errónea. Peor es el error aún si nos centramos en otras ITS, las cuales se encuentran ya no en un periodo de estancamiento sino que están en claro crecimiento (la prevalencia de Chlamydia o Mycoplasma asciende de forma sorprendente).
El Centro de Enfermedades de Transmisión Sexual y Orientación Sexual de Granada se trata de la principal unidad de diagnóstico, tratamiento y prevención de las ITS en la ciudad de Granada. Este centro se engloba dentro del Distrito Sanitario Metropolitano de la ciudad y lleva realizando su actividad a lo largo de varias décadas, habiendo sido un punto fundamental de la lucha contra las ITS y el VIH a lo largo de este tiempo. Esto, quizás de forma algo chocante, se puede apreciar en los carteles de centro de VIH-SIDA que aún se encuentran en las instalación.
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En esta última anécdota, se refleja claramente la tendencia en muchos lugares a la despreocupación general por el paradigma actual en el que se mueven las ITS, relegándolas a una importancia secundaria o directamente a un vestigio del pasado. Esto ocurre en un momento en que las infecciones no son el tema de moda en la medicina occidental, a pesar del repunte de muchas ellas y de los retos que van a suponer en el futuro. También en esta línea, una de las cosas que más llama la atención a la llegada al centro, es la presencia de «historias físicas». Aún este modelo no ha sido sustituido por la integración en el sistema informático autonómico Diraya.
En la actualidad, la plantilla del centro se encuentra compuesta por una doctora, especialista en Dermatología y Venereología, y dos enfermeras. Una de ellas trabaja en el centro de lunes a viernes, sin embargo en el caso de la doctora y la otra profesional de enfermería, su trabajo en el centro se ve reducido a dos y tres días semanales respectivamente. Esto supone una carga laboral alta en un centro cuya sala de espera en muchas ocasiones se encuentra repleta.
Estas son algunas de las barreras que se presentan en la importante labor que llevan a cabo los profesionales de un centro con más de 30.000 pacientes a sus espaldas en sus años en funcionamiento. Este tipo de obstáculos dificulta que el centro realice actualmente algunas actividades fundamentales para la prevención de ITS. Si bien el diagnóstico y tratamiento de estas es una actividad diligentemente realizada en el día a día del centro, las actividades de promoción y prevención se han visto enormemente reducidas a su paredes. La salida de los profesionales a la calle para remarcar la importancia de la prevención de las estas infecciones ha disminuido su carga en la actualidad.
Este hecho es una brecha en la lucha contra las ITS en una época de incremento en su incidencia, en parte caracterizada por una despreocupación y banalización de su existencia. La batalla contra las ITS ha de ser enfocada desde un punto de vista multidisciplinar, tanto en la cooperación entre profesionales, organismos y asociaciones, como en la utilización de todas las herramientas posibles para su control. Es fundamental que las entidades sanitarias referentes en este tema (siendo los centros de ITS claros protagonistas), puedan servir como apoyo, no solo a nivel asistencial sino también a nivel formador y asesor al resto de entidades que luchan contra estas infecciones. Así mismo, deben jugar un papel importante en la promoción de métodos preventivos y conductas sexuales sin riesgo en ambientes educativos, ya sean colegios, institutos, asociaciones de vecinos u otros espacios disponibles.
Es fundamental no dejar caer en saco roto los grandes logros obtenidos en décadas previas respecto a la concienciación del problema que suponen las ITS y no abrir así la puerta a viejos enemigos y a nuevos peligros que puedan aparecer. No dejemos que sea cierto que es el ser humano el único capaz de tropezar con la misma piedra dos veces.