Prevención del VIH. Ejemplos de gestión para una antigua batalla

Quedan atrás los años en los que los titulares se copaban con noticias sobre el SIDA. El drama que supuso la irrupción de esta enfermedad en la sociedad mundial en los años ochenta y noventa, se ha ido diluyendo a medida que han aparecido tratamientos más efectivos. Hoy en día la infección por VIH se ha convertido en una enfermedad crónica con poca mortalidad directa asociada en muchos países. Esto ha llevado a la idea general de que el VIH/SIDA está, si bien no superado, al menos controlado. Pero he aquí que se da el error.

Según datos del Informe de vigilancia epidemiológica del VIH y SIDA actualizado en 2017, se dieron 3.353 nuevos casos de infección por VIH en España en el año 2016. Aunque la incidencia de VIH/SIDA ha disminuido de forma drástica en las dos décadas desde que se establecieran los tratamientos antirretrovirales altamente eficaces, en los últimos años se ha producido un enlentecimiento enorme de esta velocidad de reducción.

Así vemos que, a rasgos generales, la incidencia de la infección sigue una tendencia a la baja. Sin embargo, si estudiamos los datos de forma pormenorizada, veremos que hay grupos en los que la variación es distinta. Mientras que en personas que han mantenido relaciones heterosexuales y en usuarios de drogas por vía parenteral la disminución es clara, en el grupo de hombres que mantiene sexo con hombres (H-S-H) el número de nuevos casos se ha estabilizado, con cifras muy elevadas en población joven (entre 15 y 39 años). Concretando, un 53,1% de los nuevos casos se da en pacientes H-S-H (Población que incluye tanto a los hombres declarados como homosexuales, como a cualquier hombre que haya tenido relaciones con otro hombre, más allá de su orientación sexual).

Estos datos hacen evidente que la forma en que afecta y se desarrolla la infección por VIH en la población H-S-H  tienes unas características propias, que se deben tener en cuenta para la prevención, detección precoz y tratamiento de sus miembros.

De forma general, el diagnóstico de VIH es un momento difícil para la persona afectada y su ambiente. A pesar de las campañas y la sensibilización que se ha realizado, la estigmatización de las personas con VIH sigue estando presente. Esto dificulta en muchas ocasiones el acceso a métodos de diagnóstico precoz, que permitirían no solo mejorar el pronóstico de la persona diagnosticada, sino frenar la propagación de las infección en la población al establecer el tratamiento antirretroviral.

En esta detención precoz, han tenido un papel fundamental los organismos y entidades que realizan pruebas de VIH de forma gratuita, universal y sin necesidad de identificación. Estas

pruebas se llevan realizando por centros especializados en ITS, centros de salud, farmacias y ONGs. Su labor se hace palpable al observar datos oficiales de estudios realizados por el grupo de EPI-VIH del Instituto Carlos III. En un estudio descriptivo de prevalencia de personas con VIH en centros de ITS en el periodo  2000-2013, observamos como el número de solicitudes de prueba ha aumentado enormemente. Además, es característico como la prevalencia de casos de VIH es menor en los pacientes que se encuentran en revisión (han acudido más de una vez) en estos centros que en aquellos que acuden por primera vez (pasamos de un 2,4%-3,4% a un 1,2%-2,6%). Esto podría indicar una labor concienciadora en buenas prácticas y prevención además de la labor diagnóstica.

Así pues, en la próxima entrada hablaremos sobre el funcionamiento y función de uno de estos centros, el Centro de enfermedades de transmisión sexual y orientación sexual de Granada.