Si eres de Granada, de una ciudad de la Comunidad Autónoma de Andalucía o de España, habrás escuchado sobre el gran dilema que enfrenta la Agencia Pública Andaluza de Educación (APAE), debido a la licitación del comedor escolar del colegio Gómez Moreno, el cual en la actualidad se encuentra gestionado por la Asociación de Padres y Madres (AMPA) del mismo colegio.
Como se puede leer en el artículo “El comedor ecológico Gómez Moreno: Educación y salud empiezan en la mesa (de los comedores infantiles)”. Este comedor ha recibido distintas distinciones, llegando a ser considerado el comedor más sano de Andalucía. Entre sus virtudes se encuentran: 1) ALIMENTACIÓN SANA, CERCANA Y SOSTENIBLE (Eco-comedor escolar y Desayunos sanos y ecológicos en el patio); 2) INCORPORACIÓN DE HÁBITOS EN LA FAMILIA (Escuela-comedor de familias, Eco-mercado para el consumo eco en la casa y Compostera y huerto ecológico); 3) DIFUSIÓN-PARTICIPACIÓN-COMUNICACIÓN (Libro de recetas, Jornadas y talleres , Boletín mensual “El Gomi”, Comunidades de aprendizaje); y 4) ACTIVIDAD FÍSICA (Club de bicicleta y Club de montaña). Estas virtudes, sumado a que es gestionado por el mismo AMPA, entrega confianza a los padres sobre el cuidado y la salud de sus hijas e hijos.
En febrero del 2018 la APAE realizó la licitación de la administración del comedor, mediante un trabajo interno de la misma organización pública que aparentemente no consideró la participación de otros actores involucrados, como es la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, las AMPAs de la comunidad (la cual tenía entre manos la llamada ley de obesidad). Como resultado de este proceso, la empresa mejor valorada y posible adjudicataria del comedor, sería la empresa Mediterránea Catering, entre las cinco empresas que se presentaron. Según declaraciones del AMPA del Colegio Gómez Moreno no se presentó, debido a no ser informado por el APAE.
¿Y qué sabemos de esta empresa? La empresa a través de su página web entrega información sobre su historia y misión, entre la que encontramos, que es una empresa de origen español, con más de 20 años de experiencia en la prestación de servicios de soporte y alimentación. Presente en los sectores de Sanidad, Educación, Empresas, Industrias, Eventos y Ocio, mediante contratos con más de 70 hospitales, más de 200 colegios, más de 10 grandes clientes corporativos, contando con 3.200 empleados a nivel mundial y teniendo una facturación de 110.000.000 € en 2013.
En el área de educación la empresa declara tener el compromiso de alimentar educando a los más jóvenes mediante planes alimenticios atrayentes, apetecibles, sanos y nutricionales, siguiendo los principios de la Estrategia NAOS. En forma adicional, indica acompañar la alimentación con actividades educativas y lúdicas que ayuden a mejorar los hábitos saludables, creando espacios de diversión y creatividad donde los escolares aprendan a ampliar las capacidades psicológicas, la reflexión, la perseverancia, la autodisciplina, y les permita desarrollar valores como el respeto, la solidaridad, la colaboración, entre otras. Finalmente indican que como empresa entregan un servicio integral de alta calidad e higiene alimentaria, adaptándonos a las características particulares de cada centro, edad, entorno, cultura y religión.
Si observamos bien, la declaración de la empresa se ajusta a los valores que hacen del comedor escolar del colegio Gómez Moreno, un comedor destacado. ¿Entonces en que está la diferencia que hace que la sociedad se movilice contra este tipo de empresas? A juicio de quien escribe, la diferencia está en 3 puntos claves, el primero es 1) La razón misma de ser de la empresa que presta los servicios; 2) El valor de la comunidad para y con la comunidad de la empresa; 3) La falta de confianza en las instituciones públicas encargadas de la regulación y el aseguramiento de la salud de las niñas y niños.
La razón misma de ser de la empresa. Si bien declara el compromiso de entregar un servicio de calidad, que entregue bienestar a las niñas y niños de los colegios, el fin último de una empresa es la de obtener ganancias, es decir que lo que gastan sea menos que lo que cobran, y no se hace un juicio de valor al respecto, es la naturaleza de una empresa, sino no tendría razón de ser. Pero, mientras la empresa tiene este fin último, el AMPA, como organización sin fines de lucro, tiene como único objetivo el bienestar de las niñas y niños, de los colegios, ya que son sus hijas e hijos, es decir existe un vínculo que es imposible de que exista entre una empresa y un cliente. Ejemplo de esto son las estrategias que utilizan ambas organizaciones por “falta de presupuesto”, en el caso de las empresas, estas disminuyen su gasto mediante la disminución del gasto en insumos, es decir alimentos más baratos, la reducción de salarios, es decir personas peor remuneradas y quizás disconformes con su trabajo y mediante la “optimización de procesos”, buscando cumplir con lo mínimo establecido en el contrato, todo esto en desmedro de la calidad final del servicio. Mientras que la AMPA pone como premisa la calidad del servicio que entrega, esta no se pone en cuestionamiento, para lo cual mantienen la calidad de los productos que compran, no eligiendo los más baratos, cuida el bienestar de los trabajadores mediante salarios éticos (son personas que cuidan a sus hijas e hijos) y cumplen con más de lo que dice (o diría) el contrato de servicios. Ejemplo de lo expuesto es que la AMPA realiza eventos para recaudar fondos y apoyo de los padres, para suplir el déficit existente por el inferior presupuesto entregado por la Junta de Andalucía (¿Una empresa haría esto?), también realiza educación de hábitos de vida saludables como actividades al aire libre y cepillado de dientes, necesarios y útiles para los futuros adultos de Granada.
El valor de la comunidad para y con la comunidad de la empresa. Al evaluar este tipo de proyectos mediante una licitación o concurso público, se está separando el comedor escolar de su entorno, de su hábitat, de su cultura. Es mirar a la comunidad como un Frankenstein, un ser compuesto por partes ajenas y unidos a la fuerza por un tercero, nada más alejado de la realidad del barrio del Albaicín y del colegio Gómez Moreno. Las acciones hablan por sí mismas, los grupos sociales que se han movilizado hablan por sí mismos. Esta falta de conocimiento y experiencia de la empresa y de la Junta de Andalucía, para con el trabajo comunitario, le imposibilita trabajar con y para la comunidad. Entender que este comedor funciona con trabajadores de la zona, madres y padres de las niñas y niños, que compran a productores y negocios locales, generando empleo, crean comunidad, junto a todas las actividades que realizan (recolección de fondos, actividades físicas como senderismo, montar bicicletas o juegos en los parques). Y la educación que se establece en el colegio mediante la alimentación y hábitos de vida saludables, no solo queda en el colegio, la educación llega a las casas, ya que son los misma comunidad la que participa de esta educación. ¿Esto se puede lograr con una empresa multinacional?
La falta de confianza en las instituciones públicas encargadas de la regulación y el aseguramiento de la salud de las niñas y niños. Existen varios elementos a considerar como motivos de la desconfianza. hay una historia de disconformidad con los procesos de selección de empresas para la gestión de comedores escolares, como se puede observar en las noticias: “UGT denuncia caos en los comedores escolares de IRCO”(12/09/2017) o “Cinco colegios denuncian a la Junta la mala calidad de las comidas escolares”(30/01/2007), entre otras. En las cuales se evidencia que los procesos no siempre seleccionan a la mejor empresa o por lo menos a una empresa que cumpla con las necesidades de las niñas y niños. Este incumplimiento de expectativas se debe a la falta de exhaustividad en la confección de las bases de concurso y la falta de participación de los implicados directos e indirectos en las mismas, ya que generalmente el usuario final conoce más de los servicios que la institución que los contrata y no los utiliza, entonces se da el caso de existir un contrato con una empresa, la cual cumpliendo a cabalidad el mismo, no satisface los intereses de las niñas y niños. Sin contar con una solución por parte de la institución responsable. Otro factor a considerar, es el rol regulador y fiscalizador de las instituciones públicas, estas generalmente se limitan a ser receptores de reclamos por parte de los usuarios finales, niñas, niños, padres o madres, pero no ejecutan una regulación constante de los servicios. Estas acciones o falta de acciones, provocan en definitiva una pérdida de confianza. y aparece la pregunta: ¿Usted dejaría a su hija o hijo en manos de alguien en quien no confía?
Antecedentes adicionales:
Técnicamente desde el punto de vista alimentario existen diferentes voces y posturas sobre qué es mejor para las niñas y niños de los colegios, como se puede ver en la nota de Laura Peraita en el medio de comunicación www.abc.es llamada “La polémica por la comida de los comedores escolares está servida”, donde José Salido, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) manifiesta su preocupación por los cambios estructurales de la alimentación escolar, pasando de la cocina in situ a las empresas de catering, considera la existencia de un detrimento de la calidad del producto final e, incluso, de la cantidad de alimentos servidos, que las materias primas utilizadas por las empresas no son de primera categoría y que las características organolépticas no se comparan con la comida recién hecha. Sumado a la preocupación de expertos como la profesora de la facultad de Medicina y Nutrición de la Universidad de Granada, Mariana Fernández, quien lleva estudiando 25 años los compuestos contaminantes sobre los alimentos, asegura que “el material plástico de los envases en los que se introducen los alimentos, cuando es sometido a temperaturas elevadas, fomentan la transferencia de compuestos químicos”, agregando que “estos envases cumplen la ley, pero eso no significa que no existan riesgos sobre la salud de los niños a largo plazo”. A estos argumentos se contraponen los de Beatriz de Diego, responsable nacional de Nutrición y Dietética de Scolarest, quien indica que “se tiende a pensar que la comida de catering es de peor calidad, pero no es así, ya que cuenta con controles férreos, basados en el cumplimento de la ley de Seguridad Alimentaria del país, la cual la califica como muy estricta”. Mariano Balsalobre, jefe de cocina de Scolarest en el colegio Alborada de Alcalá de Henares, indica que “las materiales primas utilizadas es la misma, tanto si se sirve in situ como si se transporta, toda la comida cumple con los mismos estándares de calidad”.
La empresa Mediterránea Catering presenta deficientes evaluaciones en redes sociales, haciendo mención principalmente a los servicios que entregan en los hospitales.
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En redes sociales de aspecto laboral, también tiene una calificación media a baja.
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