La discapacidad, entendida como una relación nefasta entre una persona con una condición de salud particular y su entorno, ha sido objeto de debate y «botín» político en todo el mundo occidental. Distintos países han incorporado normativa internacional a este respecto, dado EL RUIDO que han generado los movimientos sociales de familiares de personas con discapacidad (principalmente en aspes de Norte América). Todo esto de la mano de un cambio de rumbo conceptual, en el que la DISCAPACIDAD ha mutado: pasó de ser una característica del individuo (una especie de atribución ligada a una enfermedad o condición) a una relación disarmónica, dinámica y contextual del individuo con una enfermedad o condición y su entorno año 2007, la ONU adoptó la Convención de Derechos de las personas con Discapacidad. Esta convención se traduce en un reconocimiento a la identidad de las personas con Discapacidad (PcD) y muestra una “puesta en valor” de su condición inherente de SUJETOS DE DERECHO (en un sentido positivo) y no de CARIDAD (en un sentido negativo).
El estado de Chile, firma el protocolo facultativo de esta convención el mismo año 2007, y lo transforma en ley de la república en marzo del 2010, mediante la promulgación de la Ley 20.422, sobre los Derechos de las personas con Discapacidad . Este acto (no exento de polémica y discusiones economistas en el congreso) planteó un reto enorme para todo el aparto estatal y la trama social: romper el paradigma asistencialista para con las personas “discapacitadas y minusválidas”, y pasar a un escenario participativo de las “personas con discapacidad o en situación de discapacidad”. . Este marco legal, trajo consigo cambios relevantes (aún insuficientes) en la organización institucional: se creó el SENADIS (Servicio Nacional de Discapacidad) al alero del Ministerio de Desarrollo Social; se crearon beneficios para las persona con discapacidad en cuanto al acceso a bienes (vivienda, automóviles acondicionados, excensiones en impuestos, etc). Sin embargo, no podemos pretender trabajar “en serio” con este grupo social, si no tenemos una especie de “conteo” o “catastro” que represente y exprese su realidad. Es así, como el Ministerio de Salud, modifica la forma en como se califica la Discapacidad: pasa de un enfoque biomédico puro (exaltando las características del individuo en función de su patología y/o condición de salud) a un modelo BIOPSOSOCIAL (Figura obtenida del Instituto Nacional de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda, Chile), en el que los atributos de la personas pierden relevancia si no se relacionan con las características del entorno y los factores personales (determinantes sociales). Esto es, sin lugar a dudas, una revolución.
Para cumplir este objetivo, el año 2004, se convoca un equipo de expertos que seleccionan 110 códigos de la Clasificación Internacional del Funcionamiento (CIF), los cuales abordan temas de participación y actividad (como ítems a evaluar). Luego de esto, el año 2009, se genera el IVADEC (Indice de Valoración de Desempeño en Comunidad). Esta herramienta, se basa en la Clasificación Internacional de Funcionamiento (CIF), utilizando 66 códigos de participación y actividad, evalúa el contexto mas que la condición de salud propiamente tal; así es como, una misma patología, se puede traducir en distintos grados de Discapacidad, dependiendo del contexto de la persona que se evalúe.
Muchas veces utilizamos el concepto de inclusión como una mera “suma” o “adición” de alguien o algo, cuando en realidad es una idea que abarca aspectos sociales bastante más profundos. Según la UNESCO, el principal pilar de la inclusión es el reconocimiento de que todas las personas tienen habilidades y potencialidades propias, distintas a las de los demás, por lo que las distintas necesidades exigen respuestas diversas o diferentes. La inclusión busca que se fomente y garantice que toda persona sea “parte de” y que no permanezca “separado de”. Inclusión, por lo tanto, significa que los sistemas establecidos proveerán acceso y participación reciproca; y que el individuo con discapacidad y su familia tengan la posibilidad de participar en igualdad de condiciones.
Sin lugar a dudas, la creación del IVADEC, supone un avance hacia la consecución de derechos de este grupo siempre vulnerable, toda vez que se «califica» de manera mas acorde a la realidad individual subjetiva, el grado de Discapacidad. Sin embargo, se debe avanzar hacia una SOCIEDAD INCLUSIVA que logre visualizar la normalización de la exclusión que sufren las personas con discapacidad, para revertir la situación y evolucionar hacia una SOCIEDAD INCLUSIVA.
Es un tema que muy pocas veces se le presta la atención, no nos fijamos o mas bien no nos queremos dar cuenta, lo evadimos por el simple hecho de no vivirlo. Uno se pone en de cierta manera el los zapatos, cuando te topas de frente con ello, cuando un familiar o alguien cercano esta cera del tema. Muchas veces, me incluyo, cuando tenemos un accidente, es cuando notamos la realidad del día a día de muchas de estas personas, hablando superficialmente, nos quejamos en cuanto al acceso a sitios, que no cumplen con las condiciones adecuadas para una silla de ruedas, por ejemplo, o que alguna persona se estaciono en un lugar de minusválidos cuando no lo necesitaba. Esto sin pensar que para un porcentaje mínimo de la población es temporal por un accidente y la recuperación es temporal, sin realmente pensar en las personas que lo requieren en su vida diaria.
Cuando comentas “el principal pilar de la inclusión es el reconocimiento de que todas las personas tienen habilidades y potencialidades propias, distintas a las de los demás, por lo que las distintas necesidades exigen respuestas diversas o diferentes. La inclusión busca que se fomente y garantice que toda persona sea “parte de” y que no permanezca “separado de”. Inclusión, por lo tanto, significa que los sistemas establecidos proveerán acceso y participación reciproca; y que el individuo con discapacidad y su familia tengan la posibilidad de participar en igualdad de condiciones.” Hace unos años me encanto ver a gente con algún tipo de discapacidad (los que me toco ver, estaban en silla de ruedas) trabajando en el aeropuerto de la CDMX, que eran los encargados de revisar tu ticket de abordar en la zona de seguridad, aunque no es un gran puesto, se les da la oportunidad que hace unos años era un imposible, siendo ellos los mas atentos y con una sonrisa los que te dan el pase a las salas de abordar. Al fin y al cabo, son seres que tuvieron la dicha de nacer especiales. Y no lo digo desde un punto de vista crítico malo, todo lo contrario, estas personas siempre tienen un don. Desarrollan algo especial, que los demás no valoramos, sin embargo, les deberíamos de aprender.
Me encanta ver que cada vez hay más lugares de inclusión a estas personas, no solo para su movilidad en caso de minusválidos, pero sobre todo en su inserción laboral.
Gracias Alex por hacernos recapacitar y sin importar nuestra situación, pensar en la inclusión de estas personas.
I have read so many posts about the blogger lovers howeverthis post is really a good piece of writing, keep it up.
whoah this blog is wonderful i really like reading your articles. Keep up the great paintings! You realize, a lot of people are hunting round for this info, you could help them greatly.