¿La infección de transmisión sexual más común es un virus?¿Y ese virus me puede dar cáncer?
En efecto, es el virus del papiloma humano, el cual es un grupo de virus que causan verrugas (papilomas) y una gran gama de cánceres, incluyendo el cervicouterino (70%). El Virus del Papiloma Humano es la infección de transmisión sexual (ITS) más frecuente, por tanto ¿este virus me puede desarrollar un cancér? Eso es correcto ¿pero cómo me puedo contagiar? La vía principal es el contacto piel con piel principalmente durante actividades sexuales de cualquier índole, abarca tejidos en diferentes partes del cuerpo como ano, pene, vagina, garganta y recto.
Por suerte existen 2 vacunas profilácticas que han estado disponibles desde 2006. Ambas vacunas se preparan a partir de partículas similares a virus. Estas vacunas no contienen material genético viral o producto biológico vivo, por lo que no pueden multiplicarse y no son infecciosas.
Estas dos vacunas son: Una vacuna bivalente compuesta de proteínas de los tipos 16 y 18 del VPH y una vacuna tetravalente compuesta de tipos de VPH 6, 11, 16 y 18.
¿Para quién se recomienda la vacuna?
Se recomienda para niños y niñas preadolescentes a los 11 o 12 años. Todos los preadolescentes necesitan vacunarse contra el VPH para poder protegerse de las infecciones que causan cáncer. Los adolescentes y adultos jóvenes que no iniciaron o terminaron la serie de vacunas contra el VPH también necesitan la vacuna. Los adolescentes y las mujeres jóvenes pueden recibir la vacuna contra hasta los 27 años de edad y los hombres jóvenes deben recibir la vacuna hasta los 22 años. Los adolescentes y hombres jóvenes que tienen relaciones sexuales con otros hombres o que tienen un sistema inmunitario debilitado deben recibir la vacuna hasta los 27 años. Las personas transgénero también deben recibir la vacuna hasta que tengan 27 años.
¿Quién no la recomienda?
El Dr. Carlos´Avarez-Dardet, Catedrático de Salud Pública de la Universidad de Alicante publicó una petición para retirar la vacuna de España, sus razones son debatibles dependiendo desde las diferentes perspectivas que existen, teniendo en cuenta todos los parámetros que conforman la vacuna en específico, lo que podría ser comparado con medicamentos que causan reacciones adversas y no se han retirado del mercado por su utilidad terapéutica ó prevención.
Las buenas noticias siguen llegando ya que desde que los ensayos clínicos comenzaron hace más ya de una década se ha demostrado una protección cercana al 90% contra pre canceres y verrugas genitales. Ha habido una reducción significante en las infecciones por VPH y en países con mayor cobertura de la vacuna se ha documentado una reducción en los casos de cancér cervico uterino en mujeres jóvenes. No existe evidencia que indique que se pierde la protección después de una década de aplicada la vacuna.
Súper interesante el artículo Julia, porque pone en relieve uno de los conflictos a los que se enfrenta la salud pública: ¿se justifica obligar a los individuos a vacunarse? Más aún en este caso, donde el desarrollo de la vacuna y los estudios que la respaldan son relativamente recientes.
Revisamos en la clase de ética por ejemplo el Principio del Intercambio Recíproco de Riesgos, que afirma que exponer a una persona a un riesgo es aceptable si es parte de un sistema social equitativo de toma de riesgos que funciona en beneficio de esa persona. En relación con la vacuna contra el virus papiloma humano, desde la perspectiva del “sistema” sanitario, como bien señalas, se ha demostrado que en la medida que aumenta la cobertura de inmunización disminuyen las infecciones contra VPH, lo que se asocia a una reducción en los casos de Cáncer Cervicouterino en mujeres jóvenes, lo que constituye sin duda un beneficio para las personas. No obstante, es cierto que las personas perciben un “riesgo” asociado, y es un riesgo particularmente sensible por cuanto la población objetivo son las niñas en edad escolar y preadolescentes. Y esto conlleva una gran complejidad, toda vez que el objetivo es lograr la inmunización previamente al inicio de la actividad sexual de las mujeres. Por un lado, si pudiéramos comparar el riesgo que perciben los padres respecto de la posibilidad de que la vacuna provoque algún efecto adverso en su hija versus la probabilidad de que su “pequeña” hija se contagie de VPH, es presumible que los padres perciban como más probable que la vacuna conlleve efectos adversos ante que su hija inicie su vida sexual y se exponga al riesgo de contraer una infección por VPH.
La segunda situación está íntimamente relacionada, ¿cuál es la edad adecuada para vacunar?, dicho de otra manera, ¿a qué edad se inicia la vida sexual de las mujeres? No es un problema menor. En Chile por ejemplo se ha decidido realizar la vacunación en niñas de 9 años de edad. Si suponemos que la inmunidad se prolongaría al menos por una década, ¿será adecuado vacunar a los 9 años pensando en que la inmunidad se extienda hasta los 19 años’, ¿será suficiente?, ¿será excesivo?
Desde esta perspectiva es muy interesante que presentes en tu artículo los distintos grupos objetivos, porque efectivamente la sexualidad es mucho más plural de lo que hasta ahora habíamos querido aceptar. Más allá de las opiniones personales y los eventuales juicios morales, lo cierto es que esta pluralidad conlleva sus riesgos. Es por esto que resulta altamente importante el reconocimiento de esta realidad para poder generar la oferta de cuidados pertinentes. Pero entonces volvemos al inicio, ¿se justifica que obligar a los individuos a vacunarse?
Nos encontramos en una sociedad individualista, donde la libertad y la autonomía son valores centrales. El paternalismo que caracterizó la asistencia sanitaria durante años ya no es aceptable, no sin la fundamentación científica y ética suficientes. No existe una respuesta única a esta cuestión, va a depender de la perspectiva de cada uno (es también una época en que todo es relativo). Lo cierto es que, en mi opinión, la salud pública no puede ceder ante el individualismo, la libertad y el derecho de unos no puede estar por sobre la libertad y el derecho de otros, en este caso, derecho a la salud.
Reitero, muy interesante el tema Julia. De verdad que da mucho que pensar…