¿Podrías imaginar una generación, especialmente niños, con dificultad para caminar, deformidades en piernas, parálisis y muerte? Esto fue una realidad no hace mucho. ¡La polio dejaba paralíticos a 1000 niños por día!. Los esfuerzos continúan para lograr su erradicación.
Lamentablemente, ahora mismo, niños de todo el mundo (y el resto de la humanidad) estamos nuevamente en riesgo debido a los movimientos anti-vacunas.
Existen enfermedades contagiosas que causan millones de muertes, estamos protegidos de ellas gracias a la vacunación.
¡Hasta el faraón Ramses V la tuvo! Se estima que mató a mas de 300 millones. Cubría de pústulas y llagas el cuerpo de quien enfermaba. 3 de cada 10 contagiados morían. Los sobrevivientes quedaban a menudo ciegos, estériles y/o deformes.
Es la única enfermedad erradicada (1980), gracias a una increíble campaña de vacunación por parte de la Organización Mundial de la Salud. Estados Unidos y Rusia continúan haciendo estudios con este virus, mas vale vacunarse!
Da clic aquí para el mapa de vacunación hasta el 2016. ¡Ojala llegue a ser todo el mundo azul!
Afortunadamente es una enfermedad que puede prevenirse, la vacuna es 95% efectiva.
Su causa fue el virus H1N1. Sin vacunación disponible, se estima que 500 millones de personas enfermaron y mas de 50 millones murieron. Comúnmente afecta a menores de 5 y mayores de 65 años. Este virus afecto a gente joven y saludable entre 20-40 años. Comportamiento que volvió a repetirse en 2009, con la gripe porcina.
Cada año se investiga para crear vacunas estacionales. En caso de un virus nuevo, nuestros organismos pueden estar preparados.
Mas sobre la historia de la vacunación (ingles) aquí.
La vacunación a salvado millones de vidas en todo el mundo ¿Por qué, después de tantos beneficios, existen grupos anti-vacunas? En mi opinión, desinformación.
Los movimientos anti-vacunas han estado presentes desde el inicio de la vacunación. Los motivos han sido prácticamente los mismos: religiosos, políticos, dudas sobre la seguridad, etc.
El movimiento suena más en países desarrollados, donde la higiene y acceso a servicios públicos reducen el riesgo de sufrir enfermedades. ¿Y los países pobres y en desarrollo? Imaginate decir a los africanos que ya no se buscará una vacuna contra el ébola.
Si los movimientos anti-vacunas hubieran sido exitosos, ¡aún seguiríamos muriendo de viruela!
Líderes y fundadores de estos grupos han realizado fraudes para comprobar sus teorías.
Andrew Wakefield
Fue un medico Ingles (ahora sin licencia) que en 1998 realizó una investigación donde aparentemente encontró relación entre la vacuna triple-viral MMR (contra Sarampión, Paperas y Rubeola) y el autismo.
El artículo fue publicado (y revocado) por una de las revistas mas prestigiosas: The Lancet.
La información se esparció entre los civiles, que temiendo las consecuencias no vacunaron a sus hijos. En 2009 se presentaron brotes de sarampión en lugares donde no era común: Estados Unidos, Australia, Canadá, Reino Unido.
El periodista Brian Deer realizó una investigación sobre el caso y encontró lo siguiente: en 1996 Andrew fue contratado por un abogado, Richard Barr, especialista de casos de negligencia medica. Le solicitó evidencia de que la vacuna MMR causaba daño, para utilizarla a favor de 1600 familias que representaba. Andrew recibió casi 500,000£ para realizar la investigación.
En el hospital donde Andrew y su equipo habían realizado la investigación, The Royal Free Hospital, no existían datos de investigación con la vacuna.
Los expedientes clínicos, los diagnósticos y descripciones de los 12 niños que se mencionan en el articulo no correspondían con los datos del hospital.
En sus conferencias, Andrew recomendaba 3 dosis individuales, para que los niños no enfermaran. 9 meses antes, patentó una vacuna que cumplía los requisitos.
Hoy se sabe que de los 12 niños del estudio sólo uno fue confirmado con autismo regresivo, frente a los 9 publicados. Este niño ya presentaba datos de autismo antes de la vacunación.
Debido a esto, el Consejo Medico General de Reino Unido inició una investigación en 2007. Se concluyó que actuó “deshonesta e irresponsablemente”, “mostró un cruel desprecio por el sufrimiento de niños y jóvenes al someterlos a pruebas innecesarias (colonoscopias, punciones lumbares, pruebas con bario), abuso de su poder de confianza y provocó el desacredito de la profesión medica” y le retiraron la licencia.
The Lancet en 2010 revocó su artículo.
Actualmente vive en estados unidos, sigue defendiendo su postura anti-vacunación y tiene por desgracia muchos seguidores.
Brian Hooker
Químico estadounidense, padre de un niño con autismo.
Aquí Información interesante (ingles) sobre el caso Brian Hooker vs CDC.
Para comprobar la seguridad de las vacunas se han realizado estudios. Sobresale el JAMA en 2015, que incluyó a 96,000 niños. Otro publicado por The New England Journal of Medicine, donde se incluyeron 537,303. Hasta el momento no se ha encontrado relacion entre la vacuna MMR y el autismo inclusive en niños que tienen riesgo (familiares con autismo).
El peligro de estas nuevas corrientes es que desinforman a la población y exponen a la humanidad a enfermedades innecesariamente.
Utilizando el sarampión como ejemplo, si la población entera no se vacunara, sería de esperarse 6 millones 750 mil muertes por una enfermedad prevenible por vacunación.
Como dijo un filosofo:
«Aquellos que no conocen su historia, están condenados a repetirla»
Interesante artículo, Fanny!
Creo que tienes toda la razón con que el movimiento anti-vacunas supone (y creo que cada vez va a más) un dolor de cabeza para los que nos dedicamos a la salud pública. Y, sobre todo, será un problema para quienes deberían beneficiarse de la inmunidad de rebaño (http://www.vacunas.org/ique-es-la-inmunidad-de-grupo/ ).
Sin embargo, en el último Simposio de la Asociación Española de Vacunología, los expertos anunciaron que las coberturas de vacunación en España son, en general, bastante altas (https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/coberturas.htm) y que los movimientos escépticos con este tema son reducidos y no están organizados. En este sentido, sugirió que debemos ser cautos con las campañas “anti-antivacunas”, ya que podrían ser contraproducentes. Creo que es bastante evidente que un debate encendido en redes suele polarizar aún más las posturas de quienes participan, ya que cada uno de los grupos enfrentados se respaldan en datos (pseudo)científicos que confirmen sus opiniones preestablecidas. Sobre este tema leí hace poco un artículo muy interesante: “¿Por qué no cambiamos de opinión aunque nos demuestren que estamos equivocados?” (https://elpais.com/elpais/2018/01/26/ciencia/1516965692_948158.html).
No obstante, pienso que en el caso de otros países o regiones en los que se haya observado una disminución importante de la cobertura vacunal, junto a un repunte del movimiento antivacunas, sí será necesario hacer algún tipo de campaña informativa sobre las vacunas, sobre todo enfocada hacia aquellas personas que, no estando radicalmente en contra de todas las vacunas, puedan dudar de la eficacia o los efectos adversos de algunas de ellas, por ejemplo.
Recomiendo la lectura de este breve artículo, sobre una de las ponencias del IX Simposio de la AEV del que hablaba antes, en el que se resume muy brevemente cómo acercarse a aquellos que dudan o tienen miedo de las vacunas: https://www.vacunas.org/la-desinformacion-en-salud-en-las-redes-sociales-es-un-problema-de-salud-publica/. En resumen, parece ser más eficaz hablar de las vacunas “en positivo”, y apelar a la solidaridad, en vez de dar tantos datos.
Un saludo! 🙂
Hola! me gustó mucho tu artículo y concuerdo plenamente en lo que escribes. Es increíble que en el año 2018 esta problemática vaya en progreso en lugar de disminuir.
Como puntos a tener en cuenta, y avalando lo que tu dices, no podemos obviar un poco el sentido que esta tomando la sociedad a nivel global, de intentar desprestigiar el conocimiento cientifico y basado en la evidencia. Y, como futuros sanitaristas, mucho menos hacer la vista gorda a los intereses comerciales que algunas personas o grupos de personas puedan tener, como bien contaste sobre el caso de Wakefield.
Otra cosa a tener en cuenta, considero, es que los movimientos anti vacuna están relacionados a sociedades de países desarrollados, por lo que si contraponemos a sociedades de sitios en vías de desarrollo, donde la patologia infecciosa es mucho más abundante per se, versus algunos lugares que no tienen un perfil epidemiologico con prevalencia infecciosa como los desarrollados, podríamos llegar a concluir que los desarrollados olvidaron un poco la historia de estas enfermedades prevenibles por medio de la vacunación.
En cuanto a lo que es el autismo ligado a la vacunación, es muy complejo poder definir que es realmente esa asociación, te dejo un link de la Clinica Mayo de EEUU donde se basa en un estudio fehaciente sobre la NO asociación entre vacunas y autismo (https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/autism-spectrum-disorder/symptoms-causes/syc-20352928).
Por otro lado, diferente es cuando hablamos de movimientos anti vacuna por motivos religioso, que los hay. Pero si bien nos basamos siempre desde el respeto a la pluralidad y diversidad, estos grupos podrían ser aproximados desde la salud pública de otras maneras, como educación o negociaciones con las «cabezas» religiosas, así como con diagnostico precoz y tratamiento opportuno al menos de la mayoría de las enfermedades inmuno prevenibles.
Habrá que esperar a ver como evoluciona esta cuestión, claramente incentivando la promoción y educación para la salud, ya sea desde nuestro lugar como sanitaristas, consultorio privado, o charlas con amigos.
Saludos!