Desde diferentes organizaciones que bregan por la salud de la humanidad, se estableció desde hace décadas lo dañino que es ser una persona con sobrepeso, aún más, cuando el aumento de grasa corporal llega a situaciones extremas.
No vamos a empezar hablando acerca de los “por qué” es riesgoso tener sobrepeso, sino sobre los problemas que puede traer el no tomar conciencia del mismo.
Como el Ying y el Yang, el equilibrio es algo de lo que se ha hablado desde culturas milenarias como las orientales, hay que buscarlo, trabajar para conseguirlo, al parecer el ser humano lo ha buscado por siglos pero siempre aparecen nuevas cuestiones sobre cuales poner la vista, sobre todo, en lo que refiere al campo de la salud .
En el año 1965, la Organización Mundial de la Salud publicó, como hito histórico, el primer informe sobre Diabetes Mellitus, con el cual se empieza a tomar conciencia sobre la patología y los factores que predisponen a padecerla a nivel global. Al año 2014, la misma organización estimó que 422 millones de personas en todo el mundo padecían esta patología crónica, en contra cara con 108 millones en 1980.Esto trajo, como consecuencia, una nueva “moda” saludable que, poco a poco, iría calando en las mentes de la sociedad mundial.
Al haber transcurrido ya más de 50 años del primer informe, parece ser que el estilo de “ser saludable” se consiguió un nuevo enemigo, el “aceptarse como uno es”. Si bien sabemos que los extremos NO son buenos, ni para uno ni para el otro, está “ola saludable” terminó generando una cierta “gordofobia”, con lo que las diferentes sociedades empezaron a estigmatizar a las personas con sobrepeso, tildando como antiestético, lo que conllevó a las personas de distintas partes del mundo a tener desde anorexia hasta bulimia. Al año 2018, podemos vivir lo que es un fuerte movimiento contra el hecho de “verse gordo”, donde nace el “aceptarse” como uno es, con o sin sobrepeso, dejando de lado lo que fue ese hito histórico de la OMS, o mejor dicho, combatiéndolo.
A decir verdad, podríamos considerar como lo que se produjo a nivel mundial por este informe (controles, educación poblacional, medicación, y tantas otras cosas más), como algo “perjudicial”? En parte, sobre todo América Latina, podríamos decir que esta “paranoia” por ser gordo llevó a tener cierto miedo a tener sobrepeso, pero creando patologías de rango mental, independientemente del sexo, ligado a la alimentación por lo que se viró lo saludable hacia lo estético, comenzando a confundir la situación de ser “fit” es mejor que ser “fat”, y por ende se tomó la “necesidad” de ser saludable, como ser musculoso y con un bajísimo porcentaje de grasa corporal. Si bien no hay estudios actuales concluyentes, atribuible a la delicadeza actual del tópico o a la falta de análisis de la situación, uno publicado en 2001 realizado en México estima que aproximadamente 90000 personas sufrían de vigorexia, igual población resultó en Estados Unidos. Esta nueva moda de vigorexia, lleva a la gente, de manera extrema, a intentar nuevas dietas y rutinas de actividad física con exigencias que sobrepasan a veces hasta la propia capacidad de la persona, con trastornos hasta metabólicos, sin mencionar lesiones de ti
po musculoesquelético.
Otro estudio realizado en 2007 en Medellín, Colombia, considero otras variables psicológicas y la influencia de medios de comunicación en el desarrollo de esta patología, donde pudieron observar que este fenómeno se presentaba mayormente en personas del sexo masculino, en rangos de joven – adultez.
Tenemos que considerar, para concluir, que debemos ser más críticos a la hora de buscar un equilibrio para nuestras vidas, en el caso propuesto, ser saludable no debe convertirse en una obsesión, sino cuidarse, sin olvidar que la esfera psicológica es parte de nuestra salud, por lo que, si bien los valores estéticos afectan el autoestima, la propuesta es simple, aceptarse, pero sin arriesgarse.
Siempre me parece súper interesante leer sobre obesidad, las reflexiones que tienen los demás y la forma de abordaje desde otras perspectivas profesionales de la salud. A mí, como nutrióloga siempre me ha llamado muchísimo la atención, ya que, desde que empecé a estudiar ha sido un tema alarmante, sin embargo, nada ha disminuido, todo lo contrario, sigue incrementando lo cual ahora lo empezamos a ver como una epidemia.
Como la OMS dijo en octubre del 2017: “Para frenar la epidemia mundial de obesidad es necesaria una estrategia poblacional, multisectorial multidisciplinaria y adaptada al entorno cultural”. Considero de suma importancia poder hacer algo al respecto, sin duda no es un cambio de la noche a la mañana. Es un problema que está afectando diferentes etapas de la vida, por lo que también intervienen muchísimos factores, como educación a la población (me pregunto ¿a quién?, y considero por ejemplo, que para tratar la obesidad infantil hay que dirigirse especialmente a los padres de esos menores, siempre he dicho que los niños comen lo que papá/mamá les dan). Un factor muy importante es ver de qué manera con respecto a su economía se les puede dar una orientación alimentaria correcta con el fin de que no les entre por un oído y les salga por el otro debido a no tener el recurso necesario para poder llevar acabo dicha recomendación, hacer conciencia los riesgos de salud, etc.
Cuando mencionas “el nuevo enemigo, aceptarse como uno es” me viene a la mente el artículo “Las tallas grandes perjudican seriamente la salud” de Enrique Martín. Una parte del género femenino excusaba el sobrepeso diciendo que “van avanzando con la edad, también avanzan con la constitución”, que todo cambia, lo cual me parece absurdo. Sí, uno cambia con la edad, el metabolismo ya no es igual, sin embargo, no te puedes dejar llevar con ello. Todo lo contrario, hay una gran ventaja, “estas consciente de ello”, por lo que seria mejor hacer todo lo necesario para ayudar a no afectar la salud como tal.
En otro artículo, “Sobrepeso y obesidad” de Marcela Cruz y otros, hablan sobre cómo el aumento de la actividad física y en particular del ejercicio vigoroso entre los adolescentes a últimos años, igual mencionan “las actividades de ejercicio regular no son una práctica cotidiana de las clases populares”, lo relacionan con el genero masculino, parafraseando otra bibliografía donde se refieren que “las mujeres, en general, son mas sedentarias que los hombres (Yancey et al. 2006)” donde dicen que los hombres son “más aptos y están mas estimulados para las actividades físicas”. En lo que difiero, porque nosotras como mujeres somos capaces de realizar ejercicio en algunas ocasiones diferentes o con modificaciones pero no es un impedimento por ser mujer.
Pero lo que mas me preocupa hoy en día con respecto a la obesidad y sobrepeso, son estas mismas en niños y adolescentes. Ellos, que son el futuro del mundo. Y no lo digo de una manera estética, lo digo por todas las consecuencias que este “simple” problema de mayor ingesta de calorías puede implicar en su salud y en el campo de salud en unos cuantos años, ¿dónde van a parar todos estos pequeños? ¿en qué condiciones? …
Leandro, interesante tu articulo de opinión.
Al igual que tu, he visto los cambios de noticias sobre el peligro de la bulimia a la epidemia de obesidad.
De los desfiles de modas con modelos con un físico casi en los huesos a modelos con obesidad, en ambos casos, caminando triunfales sobre la pasarela, con todo el orgullo del mundo.
Las opiniones de celebridades, los medios de comunicación y la industria tienen un gran peso en la toma de nuestras decisiones. Después de todo, la sociedad es quien dicta lo que es bueno o malo. Muchas veces sin percatarse de lo influidos que están por el ambiente.
Y entonces, el sector salud con sus médicos, nutriologos, trabajadores sociales y más, tienen que toma el papel del padre regañón al que nadie quiere hacer caso. Tarea que se vuelve muy difícil y que realmente muy pocos quieren hacer.
¿Quién va a querer luchar contra ideas impuestas muy sutilmente entre la población con el escondido objetivo de vender más? Y quien lo intenta, sale muchas veces abofeteado.
En estos casos es importante que el estado, asesorado por los especialistas en mantener la salud de la población, salubristas. Tome la tutela y obligación de velar por la salud de su gente, como buenos representantes que son.
El estado debe garantizar el acceso a alimentos de calidad, áreas de esparcimiento y actividad física (que no es lo mismo que ejercicio físico), y reglamentando a las industrias, a su publicidad y hasta a los altavoces que comparten desinformación.
Esto se vuelve complicado cuando los funcionarios que representan a los ciudadanos tienen relación directa o indirecta con la industria. ¿Cómo regular (y de alguna manera perder) a las compañías de las que ellos mismos son parte? Surge así un conflicto de interés.
Este fue solo un ejemplo de lo que sucede en México. Desde hace años se ha intentado que iniciativas como la de mejorar el etiquetado nutricional en los alimentos, o eliminar personajes infantiles de los cereales no han sido aceptados por las cámaras de Diputados y Senadores. Mientras tanto, México sigue siendo el primer lugar en obesidad mundial. Una vergüenza para los Mexicanos. https://www.insp.mx/epppo/blog/4680-etiquetado.html
http://www.conacytprensa.mx/index.php/ciencia/salud/8316-dr-simon-barquera-reconocimiento-internacional-al-impacto-de-su-investigacion-y-la-nutricion-en-mexico
Enhorabuena Leandro, me ha encantado que elijas este tema (y cómo lo has desarrollado) dado que los temas de nutrición y salud, especialmente cuando se acercan a la esfera psiquiátrica (me refiero, a los trastornos alimentarios, por exceso o por defecto) son cada vez más incidentes y se genera mucha polémica precisamente por el equilibrio que comentas.
Supongo que todo depende del punto de vista. A mi, particularmente, me parece que hay que adaptar el discurso a la persona, no tratar siempre de buscar cuál es el mensaje general que dar a la población, porque a veces (como ocurre en este caso) generas efectos rebote nada convenientes. A una persona con sobrepeso habría que insistirle en la pérdida de peso, pero no por una cuestión estética sino por su propia salud, pero si este mismo mensaje lo generalizas al final consigues, como dices, una sociedad gordofóbica y lo que es peor, muchos trastornos alimentarios del tipo anorexia o bulimia (especialmente en chicas adolescentes que están en un momento delicado en cuanto a autoestima y estos mensajes no ayudan nada).
Lo dicho, estoy de acuerdo contigo en que hay que respetar ese equilibrio y adaptar el mensaje a cada persona (o a cada colectivo). El miedo nos viene cuando vemos datos de que está aumentando la obesidad infantil y que empiezan a haber diabetes (tipo 2!!!) en niños en países occidentales…
Si a alguien le interesa especialmente este tema, sobre todo el aumento de la obesidad INFANTIL en España, os recomiendo ir a la charla Obesidad: la epidemia del siglo XXI, que la imparte José Juan Jiménez Moleón, Catedrático de Medcina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada, en la Madraza el 21 de Noviembre a las 19:30.