En la sociedad en la que vivimos se espera que todo individuo aporte su contribución al sistema trabajando, y a su vez todo el mundo orienta su vida en torno al trabajo pues le es necesario para vivir. Sin trabajo no hay salario y por tanto no puedes satisfacer las necesidades básicas. Con esto se hace patente una relación de dependencia inexorable del trabajador con el trabajo, sin él no puede vivir… ¿os suena esto de algo? Bien podría ser la relación que tiene un drogadicto con su objeto de consumo. Sí, es cierto, el trabajo es necesario, y puede llegar a ser gratificante si se corresponde con nuestra vocación, e incluso llegado al caso puede aportar un gran nivel de vida. La cuestión es,
¿ésta es la situación de la población general?
La población general tiene bastantes problemas acumulados en relación al trabajo, los cuales se podrían resumir en:
- Desempleo
- Inestabilidad y temporalidad.
- Precariedad económica.
- Alta carga de trabajo.
- Falta de control institucional.
Todo lo que se ha mencionado son problemas reales relacionados con el trabajo, y seguro que todos y cada uno de los que leéis estas palabras lo habéis sufrido o conocéis a alguien bajo alguna de esas situaciones. Es por esto que el gobierno actual y los venideros deben apostar por una mejora real en todos esos problemas, y regularlo de una manera efectiva y real que repercuta para el bien de los trabajadores.
No obstante, me quiero centrar en un problema en concreto, la jornada laboral y la excesiva carga de trabajo, explicar cómo afecta a la salud, y los beneficios de una regulación y modificación de la misma.
En cuanto a la jornada laboral, la jornada completa supuestamente es de 40 horas semanales de media, sin embargo, esta es la teoría, la realidad dista de eso. No son pocos los casos que conozco de personas que hacen horas ni reconocidas ni retribuidas, y por supuesto que no computan para la cotización de su jubilación. Todo el mundo dirá: ‘’claro, pero eso es ilegal, se puede denunciar’’, y la respuesta a eso es que sí, se puede denunciar. Pero la realidad es que el trabajador se encuentra en una situación de vulnerabilidad en la que tiene miedo a denunciar por temor a que le echen de su puesto debido a ello y a la dificultad de encontrar otro trabajo, con lo cual el trabajador traga y traga, y echa las horas que haga falta porque no le queda otra opción.
El problema anterior se solucionaría con una correcta regulación que ya se trató de poner en pie en 2019, con el registro de entrada y salida del trabajador de su puesto de trabajo. Sin embargo, la realidad se opone de nuevo a la teoría. Las empresas se vuelven a hacer valer de su situación de superioridad y obligan al empleado a fichar a unas horas, pero les obligan a trabajar de más igualmente.
Así la realidad es que los trabajadores se ven abocados a largas jornadas laborales, más allá de lo establecido por contrato, y cobrando un sueldo muy bajo. Todo esto confluye en un estado de estrés crónico que puede derivar en diversos problemas de salud, siendo los principales los siguientes:
- Trastornos mentales como la depresión o la ansiedad.
- Síndrome de Burnout.
- Trastornos del sueño.
- Riesgo de abuso de sustancias.
- Afectación sistema inmune.
- Síndrome metabólico (obesidad, hipertensión, diabetes mellitus tipo 2, dislipemia).
- Enfermedad cardiovascular.
La relación entre la gran carga laboral y la aparición de estos problemas de salud es el estrés crónico. Este es el antagonista en las sombras. ¿Cómo funciona? Básicamente el estrés crónico asociado al trabajo provoca la activación del sistema del estrés, provocando que las glándulas responsables (médula y corteza suprarrenal) secreten las hormonas asociadas al estrés (adrenalina y cortisol respectivamente), y son estas en última instancia las que tras largo tiempo tienen un efecto deletéreo en el organismo, y, por ende, acaban produciendo el abanico de trastornos que acabamos de mencionar. A continuación os muestro un vídeo resumen:
Ahora está claro, el trabajo excesivo provoca enfermedad. Y todo el mundo trabaja, de hecho, una gran parte de la población trabaja demasiado y con una gran presión por parte de sus superiores. Entonces hay una gran cantidad de población susceptible de desarrollar estos problemas debido al trabajo.
¿Qué hacer ante un problema tan extendido y de tal magnitud?
En primer lugar, abrir los ojos. No se trata solo de condiciones laborales, SE TRATA DE SALUD. Debemos ser conscientes de que aún siendo necesario el trabajo, tenemos que evitar como individuos una relación de dependencia tóxica en la medida de lo posible.
BYE BYE WORKAHOLISM
Lo que uno puede hacer tiene límites, es por ello que se tiene que exigir una regulación real y efectiva de los derechos ya establecidos. Por ejemplo, si se aumentara el número de inspectores de trabajo y de inspecciones a las empresas, se solucionaría el problema de las horas extra no remuneradas que antes se explicó.
En último lugar, un cambio legislativo. Este probablemente sea el más importante, pues por mucho que se regule, la sociedad ha cambiado, no podemos seguir con un Estatuto de los Trabajadores de hace ya 40 años. Probablemente, en términos de productividad, y también de conciliación trabajo-vida personal y también en términos de salud, la reducción de la jornada laboral a 32 horas semanales (sin reducir el salario) sería un auténtico hito en Salud Pública, pues sin duda con una medida así, se disminuiría la carga mental y el estrés crónico, y por tanto se evitarían problemas de salud de cientos de miles e incluso millones de personas solo en nuestro país.
Es por esto, que actualmente, podemos decir que actualmente la jornada laboral es la droga más letal, pues al ser necesaria no la podemos evitar, y nos ocasiona problemas de salud que solo podremos eludir cambiando la situación laboral en el país. Este cambio es sencillo, y es lo que debemos transmitirles a los gobiernos:
¡Hola Luke, me encanta tu post que es super interesante! La verdad es que comparto tu opinión. Creo que, hoy en día, con el proceso de globalización, todo se ha llevado a ser tanto interdependiente, que afecta la vida cotidiana de cada uno en todas las partes del mundo. Recibimos una cierta forma de pensar, y como lo has mencionado, cada uno siente que debe ser un miembro activo de la sociedad y sino, se quedara fuera. Es decir que la actividad profesional determina el estatus social de cada uno. Sin sueldo, uno no puede ni disfrutar de la vida, ni mantenerse a su mismo. Además, como lo has reportado, el trabajo es un determinante de la salud porque hay un montón de problemas resultados de trabajar mucho o no suficiente. Es decir, si uno trabaja demasiado, es probamente sujeto al estrés crónico, cansancio o también burnout; pero al revés, alguien quien es desempleado es más sujeto a tener depresión. Y como lo dijiste, cada uno siente una responsabilidad individual y un deber de participar en el sistema. Por eso, estoy 100% de acuerdo contigo que el trabajo es determinante primordial de la salud.
Por supuesto, los trabajadores están en posición de inferioridad en comparación del jefe. Por eso, propusiste la idea de reforzar los controles dentro de las empresas para limitar las horas adicionales. Creo que sería una buena idea, aunque en Bélgica la protección de los trabajadores está bastante alta ya. Así que esta idea no me llamé mucho la atención, pero tu propuesta de reducir la jornada laboral a 32 horas me flipa. Eso podría reducir el estrés de los trabajadores y darlos más tiempo libre y entonces, mejorar su salud. Además, aumentaría también la demanda laboral porque haría una necesidad de completar los horarios que se quedarían libre y eso redujera la tasa de desempleo. Sin embargo, no estoy de acuerdo con el hecho que estas personas cobrarían el mismo sueldo, Este solamente afectaría el sector económico y aumentaría globalmente el precio del nivel de vida. Pero, pensamos igual, ¡el trabajo debería ser un lugar de logro personal! Es necesario de prestar más atención a las condiciones laborales y a la importancia que tiene el trabajo en nuestra vida actual. Aunque, creo que, en nuestra sociedad globalizada, eso será difícil, sino imposible a cambiar.
¡Muchas gracias por tu comentario Lucile! Aprecio mucho que coincidamos en casi todo y también lo que me has comentado del punto de vista económico, muy interesante y enriquecedora tu apreciación. Me alegro de que hayas captado la esencia del post.
Muy interesante tu post, Miguel. Me parece que el símil entre el trabajo y una droga en términos de dependencia es súper original y oportuno. A veces nos sentimos esclavos pero por la propia vulnerabilidad no podemos abandonar algo que nos hace daño. Creo que en el mundo capitalista en el que vivimos, en el que se prima la productividad y el tener más, hemos perdido el foco de que trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar (como bien señalas al final de tu post). Y es que yo creo que el progreso va unido a poder disfrutar más de la vida. Fíjate, he encontrado una noticia en la que Nixon en 1956 (!) ya auguraba una jornada laboral de cuatro días a la semana… No sé qué ha pasado para que no hayamos avanzado en esa dirección. Te dejo aquí el link a la noticia por si te es de interés: (https://www.nytimes.com/1956/09/23/archives/nixon-foresees-4day-work-week-says-gop-policies-assure-fuller-life.html ) Aunque da miedo que actualmente haya otras personas como Elon Musk que prediquen lo contrario y consideren que una jornada laboral de 80 horas semanales es razonable… (https://t.ly/Px6y ). Espero que eso nunca llegue y que como bien dices seamos capaces de tener una relación más sana con el trabajo, que no nos esclavice ni nos produzca daño a nuestra salud. ¡Gracias por el post!