
En el año que nació el primer bebé probeta, la banda Bee Gees lanzó el hit «Stayin’ Alive«, que se volvió viral en varias partes del mundo y sin la existencia de las redes sociales. John Travolta fue campeón de taquilla en cine, el baterista de The Who tuvo una sobredosis repentina de drogas medicamentosas, y curiosamente tres Papas ocupan sucesivamente, en el cargo más alto de la Iglesia Católica en el mismo año: el de 1978. Yo no había nacido aún, pero en esta fecha, sucedió la conferencia internacional Alma-Ata organizada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) en Kazajstán, que en su ensayo discutió la atención básica de salud para todos los pueblos del planeta.
La ciencia continuó con sus experimentos, la música adquirió nuevas formas de ser reproducida, el cine de alguna manera entró en nuestros hogares. En este mismo periodo más de la mitad de la población mundial no recibió una atención a los servicios de salud adecuada y no se reconocía otros sistemas de salud. Todavía, estos números no cambiarán en absoluto, pero hubo un intento significativo y al mismo tiempo utópico de organizar algunas cosas.
Usando las gafas de equidad de esta histórica conferencia de la salud pública, hay que hacer una pregunta:
¿Qué harían con las poblaciones que han desarrollado una amplia variedad de sistemas de salud tradicionales o no convencionales y se han beneficiado de este conocimiento a través de miles de años de experiencia?
Por un lado en 1978, había pocas personas educadas en salud en las comunidades locales, como asistentes médicos, curanderos tradicionales, enfermeras prácticas, médicos descalzos, entre otros. En la década de 1960 China ya contaba con programas de «médicos descalzos» chinos inclusivos, en su mayoría agricultores que tenían una formación limitada en salud.
No obstante, tuvieron un gran impacto en el acceso a la atención primaria de la población rural y hasta hoy, siguen trabajando conjuntamente con otros profesionales de la salud en esta región. Es interesante analizar que hay otras comunidades en el mundo, que trabajan con sistemas no biomédicos y complementarios que ayudan primariamente a sus comunidades.
Los curanderos y parteras tradicionales, por su parte, también son importantes agentes de salud para la comunidad, ya que ejercen una gran influencia a través de una alta consideración social. Por tanto, corroboran considerablemente con las prácticas sanitarias locales y solicitan ayuda (es posible), para casos más complejos y específicos de profesionales mejor preparados.
Fue en la conferencia de 1978 cuando se mencionó por primera vez la noción de «medicina tradicional«. La OMS ha determinado oficialmente que:
“La medicina tradicional tiene una larga historia. Se define como la suma total de conocimientos, habilidades y prácticas basadas en teorías, creencias y experiencias indígenas de diferentes culturas, explicables o no, utilizadas en el mantenimiento de la salud, así como en la prevención, diagnóstico, mejora o tratamiento de la salud física y mental’’ (OMS, 2013).
Para más información sobre medicina tradicional, pinchar aquí.
La producción del cuidado (y no atención a la salud) en esta área debe ser investigada y analizada. En primer lugar, desprendiéndose de la perspectiva evolucionista técnico-científica, que fácilmente puede percibir modelos menos desarrollados porque no alcanzaron el pensamiento racional y de condición especializada.
La conferencia de Alma Ata fue un hito de la salud y tuvo consecuencias positivas por su amplia cobertura, especialmente para países en desarrollo que no requieran accesibilidad en salud. Algunos objetivos de la conferencia fueron:
- Desarrollar los sistemas políticos, económicos y socioculturales de manera sólida, para que la promoción y protección de la salud de los pueblos sea eficaz.
- Creación de estrategias que deben aplicarse junto con la participación de las comunidades y sectores gubernamentales.
- Mejorar la calidad de vida de las personas y la paz mundial: salud para todos para los años 2000.
Además, hubo una redefinición del concepto de salud como: »bienestar completo, físico, mental y social » (OMS,1946), que son estrategias políticas para la promoción de la salud aún vinculados a la adquisición de metas imposibles, tal vez por las estrategias de mercado capitalista.
Pero fue necesario impulsar estructuras gubernamentales que pudieran dar una noción clara de las funciones básicas en salud para los agentes sanitarios de las comunidades. Por ejemplo: orientación, fiscalización, capacitación técnica de los agentes de salud que integran los equipos de salud, evaluación y funcionamiento de cada comunidad.
En África, por ejemplo, la medicina tradicional está arraigada culturalmente, es accesible y asequible y sirve como fuente primaria de atención médica para más del 80% de la población en todo el continente.
En la Región de las Américas existen más de 700 pueblos indígenas, cada uno con una cosmovisión y cosmogonía particular que configuran universos únicos y poseen sus propios modelos de medicina tradicional.
Finalmente, los objetivos fueron buenos, pero un poco ingenuos en los servicios de salud para la humanidad;
Más del 70% de la población mundial sigue viviendo en un contexto de desigualdad social.
¿Cómo lograr un desarrollo inclusivo y sostenible, si las agendas de la OMS siempre proponen metas inviables? En el ámbito de las medicinas tradicionales, la conferencia de Alma Ata tuvo un gran aporte para iniciar este diálogo. Por lo tanto, es necesario dejar atrás creencias formadas sobre la base de supersticiones o comportamientos desprovistos de coherencia y lógica acerca de otros sistemas de salud.
Los agentes de la salud de diversos pueblos no siempre van a tener zapatos en los pies, a veces no tienen que comer. Si pueden tener condiciones básicas de vida, trabajar con distintos profesionales de salud y soporte del gobierno – quizás tendríamos resultados distintos.
Por fin, el desafío es poner en práctica las políticas públicas que puedan contribuir a sostener y preservar los conocimientos/métodos de la medicina tradicional de los pueblos. Otro punto pertinente, es decir, trabajar con la pluralidad de sistemas de salud intercambiando conocimientos entre agentes y profesionales de salud. Promover su sostenibilidad es esencial, en lugar de solo constituir vínculos de dependencia de estos pueblos con los Estados.
Muy interesante tu artículo, nunca antes había escuchado hablar de los médicos descalzos. La medicina tradicional es bastante desconocida en algunos países como España, pero realmente ha hecho mucho por la salud de la mayor parte de la población y todavía continúa haciéndolo día a día en muchos países del mundo, por lo que creo que se merece respeto. Por otro lado, aunque es verdad que los objetivos que se propusieron en Alma-Ata eran ambiciosos, sería lo ideal poder llegar a cumplirlos, aunque nos vaya a costar más de lo previsto.
Enhorabuena por tu artículo Natalia. Me ha gustado mucho porque nos haces ver la necesidad de que a los médicos comunitarios, de los pueblos o tradicionales se les de unas condiciones de vida dignas, y un reconocimiento por parte de las autoridades sanitarias, en relación a las demandas de su población. Quiénes mejor que ellos van a conocer su día a día y sus necesidades vitales, y sobre todo presentes, y no futuristas como las medidas que quisieran adoptar entidades superiores como la OMS. Un saludo.
Querida Natália:
Me ha gustado mucho tu artículo. A pesar de que estudié medicina en un sistema biomédico bastante rígido, siempre me han parecido muy interesantes otras posturas que abordan la salud desde perspectivas diferentes a la mía. Estoy de acuerdo contigo en que un paso inicial muy importante es reconocer nociones como la medicina tradicional tal como se hizo en la conferencia de Alma-Ata. Sin embargo, como sugieres, no se trata sólo de reconocer que existen otras nociones, sino, de intentar incluirlas y apoyarlas. Finalmente, aunque los objetivos sean buenos y ambiciosos están un poco desconectados de la realidad de muchas personas. Desde la base de proponer entender la salud como un «completo estado de bienestar físico, mental y social » se hace inviable que todos alcancemos un estándar tan rígido. Gracias por tu blog y por recordarnos este enorme reto.
Hola, Natália
Me ha hecho mucha ilusión ver que desde dos disciplinas tan diferentes (la Naturología y la Medicina) hemos decidido hablar de la conferencia internacional de Alma Ata como un hito en Salud Pública. Creo que, como dices, las intenciones de la conferencia y la declaración eran muy positivas, aunque su implantación se ha quedado corta (siendo mucho más escasa en el campo de las medicinas tradicionales).
Mi formación, como sabes, es en el marco biomédico, muy cartesiana. Conocerte, ver tu pasión por lo que haces y cómo te entusiasmas cuando hablas de tu disciplina me ha conmovido y ha enriquecido mucho mi visión de la salud y de los distintos enfoques terapéuticos que se pueden dar a los problemas de las poblaciones. Dar el salto de ver el mundo con los ojos que tú lo ves, tan inclusivos, respetuosos y combativos, me parece digno de admirar. ¡Qué suerte tienen las poblaciones indígenas de tener una guerrera como tú a sus espaldas! También tenemos suerte nosotros, tus compañeros, de que hayas dado el paso valiente de entrar con tu formación en un máster que sigue el modelo biomédico hegemónico para venir a ampliarnos las miras a todas. Harás cosas grandes, lo veo claro.