«La desigualdad en la salud es la peor de las desigualdades. No hay peor desigualdad que saber que morirás antes porque eres pobre» Frank Dobson
Era 1987 cuando en una entrevista la primera ministra de Reino Unido, Margaret Thatcher, afirmaba «La sociedad no existe. Sólo existen hombres y mujeres individuales».
Nada menos inocuo que negar la existencia de la sociedad, para consecuentemente rechazar las clases sociales y por ende, las categorías para pensarlas. Ese halo político de exaltación del individuo y desprecio por la colectividad le hizo un flaco favor a la aceptación social y gubernamental que tuvo el Black Report, encargado una década antes por el gobierno laborista pero publicado en 1980, ya bajo el mandato conservador inglés, quien lo recibió con cierta incomodidad. (1) (2)
Margaret Thatcher en el Parlamento Británico
Douglas Black, presidente del Colegio de Médicos de Reino Unido, fue el encargado de liderar el proyecto que analizaba las causas y la magnitud de las desigualdades sociales en el ámbito de la salud en Reino Unido, con el fin de recomendar a posteriori las intervenciones políticas necesarias para paliar esas diferencias, si las hubiese.
La quimera del oro thatcheriana:
algunas conclusiones y pocas sorpresas
Que enfermen y mueran más las clases sociales trabajadoras “no cualificadas” frente a los grupos sociales con categoría laboral “profesional”, no era casualidad sino causalidad de que las condiciones socioeconómicas se relacionan paralelamente con indicadores como la tasa bruta de mortalidad o el impacto de morbimortalidad por causas concretas como la tuberculosis.
Este informe tuvo la valentía de señalar, por ejemplo, que la mortalidad de los varones adultos trabajadores no cualificados era casi el doble que la de aquellos de clase social alta, y en remarcar que dichos resultados no acusaban exclusivamente al National Health Service, sino que también dirigían la responsabilidad a aspectos mucho más amplios, que unos años antes el ministro de sanidad canadiense Lalonde en su pionero análisis había acuñado como “estilos de vida” y que en 2005 la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud segregó en múltiples ejes sociales, ambientales y económicos. (3) (4)
Así, los y las expertas en estudiar las desigualdades sociales que atraviesan la salud subrayan que este informe sentó las bases para futuros trabajos que tuviesen objetos de investigación similares y abrió un horizonte para repensar las políticas sanitarias (y no sanitarias) enfocadas a cuestionar y transfigurar las condiciones de vida de las sociedades. (5)
Del Black Report al Informe Navarro-Benach:
cómo el legado de la Dama de Hierro llegó a España
La ciclicidad de la historia nos brindó la oportunidad de revivir de nuevo lo acontecido en la Inglaterra de la Dama de Hierro, pero en esta ocasión en España.
El gobierno socialista de 1993 encargó la realización de un informe pionero que analizase las desigualdades sociales en salud en territorio español con el objeto de poder gestar políticas públicas enfocadas a mitigarlas. El informe llamado «Desigualdades sociales en salud en España», también conocido como Informe Navarro-Benach, salió a la luz en 1996, tras el viro al gobierno del Partido Popular, por lo que al igual que había ocurrido en Reino Unido fue recibido con desinterés y apenas tuvo la repercusión y visibilidad con la que inicialmente se concibió. (6)
En dicho informe se hacían múltiples referencias al programa de “Salud Para Todos” de la OMS de 1995, y se incidía en la idea vertebradora de que las desigualdades en salud son el mero reflejo de las desigualdades sociales y que el remedio se ajustaba a la aplicación de “políticas de salud racionales y solidarias”. (7)
Los resultados del informe mostraban desigualdades significativas entre áreas geográficas señalando un marcado gradiente norte-sur, tanto en indicadores de mortalidad por todas las causas, desempleo o analfabetismo así como en posesión de recursos, servicios y/o materiales.
Se ponía en evidencia por primera vez en España, la tediosa tarea de comprender la compleja maraña de los determinantes de la salud y su interrelación. (7) (8) (9)
Un paso más en el análisis de la desigualdad: la perspectiva feminista
Por aquellos entonces, empezaban a escucharse en foros oficiales los discursos disidentes que señalaban al género como un determinante crucial en la salud.
Fue a finales del siglo XX cuando comienza a ensalzarse en foros científicos internacionales esta idea.
En 1993 en la Conferencia Mundial sobre los Derechos Humanos realizada en Viena se reconoce por primera vez la violación atroz de los derechos humanos de las mujeres. Este sustrato sembró en la IV Conferencia Internacional de las Mujeres celebrada en Beijing en 1995, el reconocimiento de la transversalidad del género y la importancia de integrar como objetivo la igualdad de género en todas las políticas públicas.(10)
La desigualdad en salud tiene su origen aguas arriba, en las desigualdades políticas, económicas y sociales que existen en las sociedades, y el género implica indudablemente desigualdades en salud de carácter propio, diferencias injustas provenientes de la distribución de roles y relaciones de poder entre hombres y mujeres. (11)
Las indagaciones en este ámbito nos llevan a las nuevas aproximaciones que abordan estas cuestiones avanzando más allá del enfoque de género hacia una propuesta analítica denominada perspectiva feminista, un salto metodológico conceptual en tanto que no se limita a identificar las metacausas de la discriminación y la opresión (¡como si «eso» fuera poco!) sino que, además, cuestiona esos modelos dominantes y androcéntricos y emprende el proceso de construcción de estrategias emancipadoras y transformadoras. (12)
Hoy en día, existen multitud de investigaciones que concluyen que las desigualdades en salud son injustas y evitables ya que pueden reducirse mediante políticas públicas sanitarias y sociales dirigidas.
Será entonces que no sólo el código genético o el código postal nos predicen, como si de una pitonisa salubrista se tratase: cómo nacemos, cómo vivimos o cómo morimos; será también que la lectura identitaria que haga la Sociedad, aquella que Thatcher negaba, sobre quiénes somos y cómo nos comportamos para con nosotrxs mismxs y lxs demás, condiciona inconmensurablemente nuestra existencia y la vivencia que hagamos de ella.
Imagen de portada: Lunch atop a Skyscraper. Foto original en la tarde del 20 de septiembre de 1932 en Rockefeller Center.
Referencias:
- Gray AM. Inequalities in Health. The Black Report: A Summary and Comment. Int J Health Serv. julio de 1982;12(3):349-80.
- Townsend, P., Davidson, N., Black, D., & Whitehead, M. Inequalities in health : the Black report. 1988.
- Lalonde, M. A New Perspective on the Health of Canadians. A Working Document. [Internet]. Ottawa; 1974. Disponible en: https://www.phac-aspc.gc.ca/ph-sp/pdf/perspect-eng.pdf
- World Health Organization. Estrategia mundial de salud para todos en el año 2000. 1981.
- Moral PAP, Gascón MLG, Abad ML. The social determinants of health: Inequalities and exclusion in XXIst century societies. Rev Int Sociol. 2014;72(EXTRA 1):71-91.
- Benach J, Daponte A, Borrell C, Lucía Artazcoz V. Las desigualdades en la salud y la calidad de vida en España.
- Lucía Artazcoza, Juan Oliva, Vicenta Escribá-Agüir, Óscar Zurriaga. La salud en todas las políticas, un reto para la salud pública en España ̃.Informe SESPAS 2010.
- Javier Segura del Pozo. Desigualdades Sociales en Salud (lección 7a): Repasando algunos estudios epidemiológicos históricos [Internet]. Salud Pública y otras dudas. 2008. Disponible en: https://www.madrimasd.org/blogs/salud_publica/2008/06/08/94084
- Javier Padilla. Desigualdades que nos enferman [Internet]. Colectivo Silesia. 2016. Disponible en: https://colectivosilesia.net/2016/09/04/desigualdades-nos-enferman/
- De La Wgekn V, Sen G, Östlin P, George A. La inequidad de género en la salud: desigual, injusta, ineficaz e ineficiente Por qué existe y cómo podemos cambiarla Informe final a la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud de la OMS Gita Sen y Piroska Östlin Equipo de redacción del informe. 2007.
- Borrel C., García-Calvente M., Martí-Boscà, J. La salud pública desde la perspectiva de género y clase social. Gac Sanit 18Supl 12-6. 2004;
- Carballo de la Riva M, Miguel Juan C, Rodríguez Manzano I, Leyra Fatou B, Martínez Herrero MJ, Zabala Errazti I, et al. Género y desarrollo: cuestiones clave desde una perspectiva feminista.
Elena,
Me ha encantado tu artículo.
Muy muy bien escrito y fundamentado, con múltiples referencias bibliográficas. El primer gif de la Dama de Hierro pronosticaba un texto duro.
Me quedo con tus palabras del final: “Será entonces que no sólo el código genético o el código postal nos predicen, como si de una pitonisa salubrista se tratase: cómo nacemos, cómo vivimos o cómo morimos; será también que la lectura identitaria que haga la Sociedad, aquella que Thatcher negaba, sobre quiénes somos y cómo nos comportamos para con nosotrxs mismxs y lxs demás, condiciona inconmensurablemente nuestra existencia y la vivencia que hagamos de ella”. Dan ganas de convertir este párrafo en una cita con tu nombre y apellidos detrás. Es una genialidad, sincera y oportuna.
Sobre la foto de portada siempre me he preguntado cómo no sentían vértigo esos hombres, aparentemente tan ajenos al peligro, con la inmensa Nueva York abriendo sus fauces para en cualquier momento devorarlos. Perfecta elección. ¿Quien dijo que la ignorancia es la felicidad?
Escribes tremendamente bien, de una manera muy lúcida.
🙂
Querida Cristina:
¡¡Te agradezco enormemente tu tiempo para leer mi artículo y tus cariñosas palabras!!
Aprecio muchísimo todo lo que me dices y valoro tu pregunta a propósito de la foto del Rockefeller Center; nunca sabremos si tendrían vértigo, miedo o si pusieron impedimentos para ser fotografiados… en cualquier caso es meritorio señalar que la belleza de la fotografía está teñida por desigualdad.
Gracias de nuevo por tu comentario, me llena de ilusión.
Un abrazo,
Elena
Querida futura «pitonisa salubrista» 🙂 : gracias por hacer que la lectura de un tema tan fundamental en salud pública haya sido tan amena y con mucho gancho desde el principio. Me ha gustado leerte, me parecía que te estaba escuchando, que no es poco. Enhorabuena por tu energía y por tus buenas dotes de comunicadora. Gracias. Un abrazo.
Enhorabuena por tu artículo. Creo que has hablado muy bien de uno de los temas más importantes de la Salud Pública. Además, adoro la valentía que has tenido al poner un meme para quitarle un poco de hierro al asunto. Un saludo.
Querida Elena,
Creo que has planteado uno de los mayores, si no el mayor, de los problemas de salud pública. La salud pública debería ser accesible e igual para todos. Por desgracia, no es así. Hay grandes desigualdades debidas al código genético o al código postal (uso tus propias palabras porque no podría encontrar mejores). Estoy totalmente de acuerdo con la declaración de la OMS de que las desigualdades en salud no son más que el reflejo de desigualdades sociales. Y sin adoptar políticas que resuelvan los problemas sociales, difícilmente habrán mejoras en la salud pública.
Y la enésima demostración de estas desigualdades la tuvimos con la pandemia de Covid-19. Mientras que Europa tiene más del 55% de la población vacunada y en algunos países ya está administrando la tercera dosis, en África sólo el 6% de la población ha sido vacunada. Se espera que la pandemia de COVID-19 provoque una recesión económica en toda Europa, que agravará las desigualdades en materia de salud. Por lo tanto, has elegido un tema muy interesante y de gran actualidad.
Dentro de las desigualdades sociales, también has hablado de las desigualdades de género como un factor determinante social. No puedo estar más de acuerdo con lo que has escrito. Queda mucho por hacer, pero ¿cuántos avances se han realizado desde la Conferencia Mundial sobre los Derechos Humanos de Viena de 1993?
Te agradezco por tu artículo y también me felicito por tu estilo muy claro y cautivador, que te hace querer leerlo rápidamente.