Imagina que estamos en el 2050, atravesando la peor crisis ambiental de la historia a causa de nuestro comportamiento no ecológico. La tasa de natalidad de tu país ha disminuido, ya no hay niños jugando al aire libre, corriendo bicicletas por el vecindario, ni siquiera estar en casa es sano debido a la insalubridad del aire. Pero… es el 2021, lo que significa que aún estamos a tiempo para cambiar nuestros estilos de vida, políticas ambientales, económicas y sanitarias.
El cambio climático se ha denominado como la mayor amenaza para la salud mundial de este siglo. Este representa graves implicaciones inmediatas en la salud, bienestar y desarrollo de poblaciones vulnerables como lo son las mujeres embarazadas, los recién nacidos y la población infantil. La exposición materna a los fenómenos climáticos, influyen en la gestación del feto y continúan durante su nacimiento y a lo largo de su desarrollo y adultez, si este llegase.
Esperanza de vida y sobrevivencia de una nueva generación
Los efectos causados por eventos climáticos, ya sean directos o indirectos, son un riesgo para la salud alimentaria, psicológica e inmunológica de la sociedad, pero en especial la de la población de nuestros neonatos, infantes y adolescentes. Todo niño/a nacido en las últimas décadas hasta el día de hoy se encuentra ante un futuro en el que su salud, bienestar y desarrollo está cada vez más amenazado por el medio ambiente.
Esta población, como se ha visto con la pandemia del COVID-19, siente el impacto más letal de los diversos brotes de enfermedades a causa de los virus y otros patógenos en el ambiente. Lo mismo ocurre con la exposición a las olas de calor y la contaminación atmosférica, donde se ha visto una gran preocupación e interés de investigación por parte de organizaciones y profesionales de la salud.
El informe del Lancet Countdown on Health and Climate Change del 2019, presenta en su reporte como la salud y el futuro de los niños está asociado con el cambio climático desde su período de gestación hasta la adolescencia.
Mientras más pequeño es el bebé o cuanto antes ocurra su nacimiento, mayor es el riesgo de mortalidad. Si estos sobreviven a la infancia, pueden presentar un mayor riesgo de enfermedades infecciosas durante sus primeros años, pero también de enfermedades crónicas a lo largo de su vida. Lo que implica tener una mayor probabilidad de tener una baja esperanza de vida durante los próximos años en la mayoría de los países.
¿Pasará la salud materna y neonatal a ocupar una de las primeras 5 causas de muertes anuales en el mundo?
Todo individuo que desee concebir un hijo en este siglo corre el riesgo de que su criatura pueda verse afectada por los estragos del cambio climático, independientemente de su geo-localización, estatus socioeconómico, cultural e historial genético. Aunque, está claro que la desigualdad de género, el acceso a un sistema sanitario de calidad y la posición geográfica de los países son factores que disminuyen la salud de una población ante el cambio climático.
Según un reporte del Health Effects Institute, en el 2019 la contaminación del aire contribuyó a casi 500,000 muertes de bebés durante su primer mes de vida.
Estas son cifras alarmantes para un mundo en el cual si no se reducen las emisiones de carbono, la temperatura continuará ascendiendo y serán las madres y los neonatos la población más afectada. Lo que tendría como resultado el final de nuestra especie.
Rol del personal sanitario
La formación e incorporación de salud medioambiental y los riesgos a la salud por edad deben ser requeridos en la práctica clínica para proteger, tanto la salud materna como infantil, de la exposición a factores climáticos y prevenir el desarrollo de enfermedades y complicaciones que puedan aumentar a lo largo de su desarrollo.
Debido a que los efectos de la crisis climática varían según la región geográfica y los factores socio-personales, el rol de los pediatras debe ser escuchar y observar las inquietudes del paciente y su familia, para así crear un expediente adaptado a las condiciones que presente el mismo.
Es indispensable que los profesionales sanitarios, como lo son los especialistas en obstetricia, neonatología y pediatría, estén formados y preparados para reconocer y diagnosticar enfermedades que están asociadas a exposiciones y factores del medio ambiente las cuales afectan la salud de sus pacientes. Para así, actualizar su práctica con las últimas recomendaciones basadas en la evidencia científica y los datos provistos por organizaciones nacionales e internacionales de la salud.
¿Qué podemos hacer?
Debemos abogar por una acción y respuesta inmediata de los gobiernos de todos los países para reducir la huella ecológica mediante políticas locales, nacionales e internacionales.
Para conocer más acerca de los riesgos del cambio climático en la salud neonatal e infantil, se deben implementar nuevos programas de evaluación y vigilancia que identifiquen los riesgos de exposiciones nocivas, mejoren la promoción del bienestar y desarrollen planes de contingencia para proteger y mejorar la salud a los niño/as y sus familias durante la crisis climática.
Esto con la ayuda del personal sanitario, el cual tiene un impacto potencial en la sociedad y puede trascender las diferencias políticas y económicas a nivel mundial, para así cautivar de manera directa a la audiencia.
El mayor legado que podemos dejarle a nuestros infantes durante los próximos años es un mundo en el cual hayan disminuido los efectos del cambio climático mediante el cambio social. Aspiremos a que la longevidad sea también un hecho para su generación y no el miedo a perder su vida a causa de los estragos del cambio climático.
Es por eso que, está en cada uno de nosotros definir la salud de toda una generación.
Alexia, fue un placer de leer este artículo.
En primer lugar, me gustó el enfoque sobre la población infantil como manera de profundizar y concretar sobre los efectos del medio ambiente en salud y enfermedad en una determinadad población. La inocencia de la infancia destaca también la injusticia de este determinante de salud – las personas que padecen más los efectos del medio ambiente a menudo no son las que lo más hicieron daño.
En segundo lugar, creo que el artículo subraya la importancia de reflexionar sobre el papel de profesionales de salud en luchar contra esto y otros determinates de salud. Aunque médicos son expertos en el tratamiento de enfermedades, hacemos suficiente como profesionales de enfrentar los determinantes?
Además, deja claro la necesidad de cada uno a hacer su parte en disminuir su impacto en el medio ambiente.
¡ Nos da mucho que pensar!
Cormac gracias por tu comentario, lo aprecio mucho. Me alegra saber que te ha conmovido y al igual, pienso que es indispensable revisar y modificar las practicas clínicas de los médicos para enfrentar los determinantes de la salud y atender a los pacientes según su historial y exposición a diversos factores.
Alexia, primero dejame felicitarte por este artículo Me pareció interesante, necesario y muy relevante. Aplaudo la manera que abordaste el tema, tu forma de escribir me mantuvo cautivada a lo largo del texto y refleja de manera clara la urgencia de las cosas.
Estoy muy de acuerdo con el texto y me encanto cuando mencionaste «Todo individuo que desee concebir un hijo en este siglo corre el riesgo de que su criatura pueda verse afectada por los estragos del cambio climático, independientemente de su geo-localización, estatus socioeconómico, cultural e historial genético.» Según yo, es muy fácil alejarse del problema cuando uno viene de un entorno de privilegios porque hasta ahora no ha vivido mucho las consecuencias, aunque sabemos que son los países del primer mundo que contaminan más. Sin embargo tu texto nos lleva a la realidad que al final las consecuencias afectan a todos, y aunque podemos asumir que es muy obvio, para mucha gente no lo es. También me gusta el enfoque que diste en la población infantil , no solamente porque si, ellos son la generación que van a pagar más por nuestras acciones sino también que, en mi opinión, sensibilisa más al lector porque aborda un tema vulnerable.
Al final no solamente has dejado muy claro el problema de salud pública sino que añadiste en tu texto sugerencia para afrontar el problema, no solo a nivel sanitario sino también a nivel individual. El cambio climático es un monstruo enorme y puede desanimar a muchos pero es bueno recordar que cualquier accion , aunque se vea muy pequeña tiene un impacto para mejorar nuestro futuro. Y bueno, hiciste una buena elección para el vidéo final porque da al lector un sentido de poder y de esperanza, lo que es necesario para no abandonar esa lucha tan importante.
Muchas gracias por tu comentario Gaby. Agradezco que hayas tomado el tiempo de leer y analizar mi artículo. Como sabes, me atrae mucho el tema de la salud infantil así que quería aprovechar esta oportunidad para exponer los riesgos y comunicar la importancia de mitigar el cambio climático por la salud de todos, pero específicamente la de nuestros niños. Concuerdo contigo en que son las pequeñas acciones las que tienen un gran impacto en nuestro futuro. Así que, esta en todos nosotros poner nuestro granito de arena para frenar el cambio climático.
No es el Cambio Climático.
Sino que nos dirigimos irremisiblemente a grandes cambios globales. Ya que toda la tierra desde hace mucho viene acelerándose y gimiendo; cada vez más; como una mujer con dolores de parto, para dar a luz o fin ya, a la división continental o su fugacidad (“vanidad» Strg 3152) con que fue sujeta y dar lugar a la cuarta deriva continental, que conformará de reverso la Pangea. Nuevamente con su original y primigenia durabilidad o longevidad y la manifestación clara del conocimiento perfecto y el contenido de su indiscutible verdad natural.
El apóstol Pablo que oyó palabras indecibles en el tercer cielo, aquí en la Epístola a los Romanos 8:18-23, explicó este misterio muy claramente.
Lucas Blanco Acosta
Santanita de Paraguaná
Edo Falcón, Venezuela
01/01/2023