El uso de crack en la capital francesa es fuera de control
La comunidad de consumidores de crack es un problema que afecta a París desde hace más de 30 años, pero la población se ha vuelto sensible a este tema hace apenas dos años, cuando la colina que la ha hospedado durante casi 20 años ha sido evacuada. A partir de ahora, las personas usuarias de drogas han sido trasladados como objetos de un barrio a otro de la capital francesa creando el descontento de los residentes. Es indispensable encontrar soluciones que permitan ayudar a estas personas enfermas que sufren dependencia a una de las drogas más adictivas en circulación. Sobre la mesa hay enfoques represivos o socio-sanitarios, salas de descanso o salas de consumo, pero encontrar una solución que ponga de acuerdo a políticos y ciudadanos no es fácil.
El crack es una droga, creada a partir de la combinación de clorhidrato de cocaína y bicarbonato sódico. Los consumidores de crack calientan la sustancia blanca hasta que se disuelve y después la fuman inhalando a partir de pequeños tubos de vidrio. Su efecto empieza inmediatamente, y los usuarios se convierten en dependientes de la substancia durante el tercer consumo. Esta sustancia produce en quien la consuma efectos psicóticos. Los consumidores nunca se quedan quietos y alternan momentos de gran felicidad con tristeza y depresión. El bajo precio y la insustituibilidad de esta sustancia hacen aún más difícil dejar de consumirla.
La crisis del crack es un problema de París desde hace años. Al inicio eran camellos originarios de las Antillas, pero desde la década de 1990 la venta de este derivado de la cocaína es administrada por sectores de África occidental. Con los flujos migratorios de la primera década de los años 2000, la situación solo empeoró. Los inmigrantes que duermen en la calle se involucran en el consumo de drogas y ellos también se convierten en toxicómanos.
Desde el principio se desplazan de un lugar a otro de la ciudad hasta estabilizarse en el año 2000 cerca de la puerta de la Chapelle, que pronto cambia el nombre a la colina del crack. En los años siguientes ha habido mas de 15 evacuaciones, pero todas sin éxito.un grupo de usuarios de crack. En el 2019, la finalización de las obras de remodelación de la puerta de la Chapelle impone el desmantelamiento del campamento y obliga a los las personas usuarias de drogas a desplazarse. Primero se mueven a un túnel cerca de la estación Rosa-Parks, pero en septiembre del 2020 son expulsados. Después se instalan en la plaza Stalingrad.
De aquí también fueron expulsados muy pronto y el 30 de junio del 2021 son trasladados al parque de Eole, pero ya el 24 de septiembre son trasladados en autobús y llevados dos kilómetros más lejos en el decimonoveno distrito, a las puertas de la Villette. Se han instalado en un áreas verde y a menudo bajo los efectos de las drogas molestan a los transeúntes. Los residentes de esta zona se quejan. Camille, que vive a 400 metros de distancia:
Esto solo empeorará la situación. Esta evacuación se hizo en el último momento y todo el mundo se sorprendió. Ninguno de los residentes fue avisado. Lo que lamentamos es que de este modo añadamos miseria a la miseria e inseguridad a la inseguridad. Y lamentamos también que no se ayude a estas personas enfermas, dependientes de la droga.
Los enfoques a este problema son dos, uno represivo y el otro socio-sanitario. En el primer caso, la droga es mala, no hay otra opción que el aislamiento de estas personas afuera de la sociedad para que puedan desintoxicarse. Es decir obligarles a entrar en una estructura especializada e iniciar un proceso de rehabilitación. En el segundo caso, el enfoque es más individual e incluye una ayuda social y sanitaria a estas personas que no logran salir de la dependencia. Ambas soluciones son válidas y deben ponerse en práctica al mismo tiempo.
Es importante tener en cuenta que estudios psicológicos han demostrado que las personas dependientes del crack han sufrido en el pasado de violencias físicas o psicológicas. Por lo tanto, son personas frágiles que necesitan protección. En otras palabras, necesitan seguimiento y acompañamiento a largo plazo.
En 2015, el Gobierno francés autorizó la experimentación de salas de consumo supervisado de droga en las ciudades de Estrasburgo y París. Estas salas responden a un doble objetivo, de salud pública, ya que reducen el riesgo de infecciones y sobredosis, y un objetivo de tranquilidad pública porque reducen los trastornos asociados al consumo de drogas en el medio urbano y favorece una mejor convivencia en el barrio.
La apertura de estas salas dedicadas a los consumidores de crack genera descontento entre los ciudadanos y por esta razón algunos organizan protestas. Por fin, en los primeros días de octubre de 2021, el Ministro de Sanidad francés, Olivier Véran, confirma la apertura de cuatro nuevas salas de consumo que, sin embargo, respetarán algunas exigencias de los residentes, como la distancia de las escuelas. En esta tabla se prueba la eficacia de estas salas de consumo en otras ciudades. Los datos indican la disminución del número de jeringas en el espacio público alrededor de los centros de consumo supervisado de droga.
Ciudad | Año de la encuesta | Redución en porcentaje |
Sydney | 2007 | 50% |
Barcelona | 2013 | 76% |
Vancouver | 2004 | 50% |
Rotterdam | 2003 | 83% |
El consumo de crack es un problema a la vista de todos que la ciudad de París no puede ignorar mas. Estas personas sufren una enfermedad y necesitan ayuda urgentemente. No cabe duda que lo que se ha hecho hasta ahora no ha hecho más que empeorar la situación ya de por sí crítica.
Creo que estas salas de consumo son importantes tanto por los ciudadanos y como por los consumidores, y constituyen un primer paso para la reintegración en la sociedad. Ambas partes se benefician de estas estructuras. Los consumidores ya no consumirán drogas en la calle, no molestando a los residentes, al mismo tiempo serán asistidos por un equipo médico especializado reduciendo el riesgo de sobredosis y enfermedades. Y quizás para algunos de ellos será un primer paso para salir permanentemente del crack.
¡WOW!
¡Me encantó tu artículo! Creo que trae a colación una problemática que ha sido invisibilizada por muchísimo tiempo y que vive con nosotros día a día en la sociedad. Y el empleo o instalación de salas de consumo para personas usuarias de estas drogas, como bien lo has explicado, contribuyen grandemente a la salud poblacional (en todo el entendimiento de la palabra) y por tanto, las políticas de salud pública son quienes deben velar por estas situaciones.
Definitivamente se han estigmatizado a las personas usuarias de drogas y se les minimiza dentro de la sociedad, pero pequeños avances que podemos ir haciendo para quitar este estigma va de la mano con lo que has hecho acá: No hablar de drogadictos o drogadictas, sino de personas usuarias de drogas. Esto es un paso importantísimo en términos de lenguaje y comunicación, y ayudan a reducir la percepción negativa de las personas usuarias de drogas.
Además, creo que, como has dejado entrever en tu artículo, es necesario que el sistema de salud pública haga esfuerzos en brindar ayuda a través de políticas sanitarias en pro de las personas usuarias de drogas, y que estas políticas no tienen que venir solo desde el lado tajante de la deshabituación sino a través del acompañamiento de estrategias pensadas para las personas que no están listas para iniciar la deshabituación que, de por sí, toma tiempo. Las salas de consumo ahora deberían ser una realidad en muchas sociedades donde la problemática del consumo irregular de drogas es un factor altamente contribuyente a enfermedades prevenibles por el mal uso de agujas y jeringas, y a condiciones de pobreza y carencia de vivienda.
Felicidades por tu artículo y tocar este tema tan importante y tan actual.
Hola Hélène,
Gracias por tratar de este tema. Conoczo un poco: he vivido en el distrito XVIII de París durante 6 años, y he pasado 8 meses en la principal unidad de adictología hospitalaria de esta zona de París. Vivía en París cuando abrieron la sala de consumo supervisado en mi barrio, me acuerdo de los debates y de las manifestaciones.
Has destacado una cosa muy importante: el consumo de crack existe en el barrio desde hace décadas, y, que coincidencia, el problema se volvió mucho más mediatizado cuando los consumidores se desplazaron del distrito XVIII al distrito XIX, un barrio en el que se solía verlos menos.
En el ámbito del uso de sustancias, el arbitraje político se encuentra entre la policía, la justicia y la salud. La primera ley que castigó claramente el uso de algunas sustancias (“estupefaciente” y “venenoso” en el texto) es de 1970 (1); 50 años después de esta reforma la constatación es resonante: la represión no funciona. Mi documento de referencia sobre este asunto es el del Observatorio francés de las Drogas y Toxicomanías (OFDT) sobre el balance de la despenalización del uso de sustancias en Portugal, 20 años después (2). Este documento comienza así: “Portugal es el primer país del mundo que ha efectuado una reforma penal para favorecer antes que todo el acceso a la atención para los usuarios de drogas clasificadas como estupefaciente”. Se trata de consecuencias sobre el nivel de uso en la población, la salud pública (¡por fin!), el sistema judicial, el mercado de las sustancias y el gasto social.
Saludos,
Sander.
Referencias:
1. République française. Loi n°70-1320 du 31 décembre 1970 relative aux mesures sanitaires de lutte contre la toxicomanie, et à la répression du trafic et de l’usage illicite des substances vénéneuses [Internet]. dic 31, 1970. Disponible en: https://www.legifrance.gouv.fr/jorf/id/JORFTEXT000000321402
2. Obradovic I, de Saint-Vincent M. Dépénalisation des drogues au Portugal : bilan 20 ans après [Internet]. Observatoire français des drogues et des toxicomanies; 2021 jun [citado 28 de octubre de 2021] p. 26. Report No.: 2021-03. Disponible en: https://www.ofdt.fr/BDD/publications/docs/eisxio2b6.pdf
Hola Hélène
Tu artículo de opinión me ha gustado mucho porque trata un tema que sigue siendo un problema de salud pública a día de hoy, y que afecta a personas de todo el mundo.
La verdad es que la adicción a las drogas es un tema social que desde mi punto de vista debería tenerse más en cuenta por parte de los gobiernos para ponerle fin. En el caso de la adicción al crack el problema es mucho más serio debido a las consecuencias sobre la salud que esta droga deja en las personas que se vuelven adictas a ella.
Me ha parecido una buena reflexión el que hayas recalcado que las personas que acaban teniendo problemas de adicción al crack son personas que han tenido otros problemas sociales en el pasado, por lo que son personas que están aún más desamparadas si cabe. Además, me ha llamado mucho la atención el concepto de las salas de consumo en París para tener más controlada a esta población, de modo que no se sientan tan desamparadas y puedan controlar de forma más segura su problema de adicción.
En definitiva, me parece que la drogadicción es un tema que está a la orden del día y creo que los gobiernos no tienen tan presente este problema en la sociedad, teniendo consecuencias catastróficas sobre la salud pública, pero es bueno que estén empezando a intentar regular este problema no dejando de lado a estas personas.
Muchas gracias por tu artículo
Hola Helen!!!!, me ha gustado mucho tu nota de opinión y el enfoque del tema sobre los determinantes sociales urbanos y como este representa un problema sanitario, social y migratorio, me parece muy acertado el uso de lugares seguros en los cuales se interviene de manera directa con los usuarios realizando prevención primaria y apoyo en atención médica y psicológica, los resultados hablan por sí solos, además me haces reflexionar sobre el déficit de la intervención social en asegurar las condiciones básicas de los refugiados los cuales están olvidados en el inhóspito de la pobreza urbana.
Me parece que abordaste un tema muy actual y complejo que recae en los determinantes sociales que obligan a caer en situaciones de drogadicción, observamos lo necesario y beneficioso de contar con sitios de supervisión de consumo pero que al mismo tiempo no es suficiente ya existe el problema social aun sin abordar, es necesario en primer lugar cubrir las NBI de esta población y brindar periodos de acompañamiento e integración social en conjunto a las intervenciones que se brindan con los sitios de consumo supervisado.