Evaluación de la seguridad y la eficacia del uso de cannabidiol en niños y jóvenes con epilepsia refractaria.
Introducción
Los derivados de la planta de cannabis, Cannabis sativa, han sido utilizados durante largo tiempo como tratamiento para muchos trastornos, como la anorexia y el dolor. Informes anecdóticos sugieren que los extractos de cannabis pueden reducir las convulsiones. El Cannabis contiene más de 80 fito-cannabinoides y, aunque poco se sabe sobre los efectos terapéuticos potenciales de la mayoría de estas moléculas, dos compuestos -el tetrahidrocannabinol y el cannabidiol- han obtenido la mayor atención en base a su abundancia en la planta.
El Tetrahidrocannabinol, el principal cannabinoide psicoactivo, ha demostrado tener efectos anticonvulsivos y pro-convulsivos en estudios sobre epilepsia en animales. El uso médico potencial de los extractos de la planta entera de cannabis, particularmente en niños con un cerebro en desarrollo, está limitado por las propiedades psicoactivas y los efectos adversos asociados con el uso del tetrahidrocannabinol a largo plazo.
Los posibles efectos adversos de las drogas que contienen tetrahidrocannabinol en los adolescentes incluyen alteraciones psiquiátricas crónicas y deterioro cognitivo. Los posibles efectos tóxicos del tetrahidrocannabinol y de otros componentes de cannabis todavía no han sido estudiados en niños más pequeños (< 12 años) quienes podrían ser más vulnerables que los adolescentes a estos y a otros potenciales efectos adversos.
En los últimos años, los medios de comunicación social y de prensa generaron un enorme interés sobre los efectos beneficiosos de la marihuana medicinal no purificada, con altas proporciones de cannabidiol a tetrahidrocannabinol, en niños con epilepsias resistentes al tratamiento, especialmente con síndrome de Dravet. La evidencia pre-clínica que muestra las propiedades anticonvulsivas del cannabidiol en animales apoya este enfoque con preparaciones con alto contenido de cannabidiol.
Además, dos de cuatro ensayos previos en seres humanos sugirieron beneficios modestos en el control de las crisis y buena tolerabilidad, sin experimentar efectos adversos o experimentando efectos leves. Sin embargo, estos ensayos fueron demasiado pequeños (entre 9 y 15 pacientes) como para evaluar adecuadamente su eficacia.
Los datos pre-clínicos y clínicos insuficientes, además de los informes anecdóticos de los últimos años, se han cruzado con la necesidad de terapias más eficaces para la epilepsia resistente al tratamiento, creando una demanda de los pacientes y sus familias para el acceso a tratamientos basados en cannabidiol. Muchos estados de los Estados Unidos han aprobado el uso medicinal de la marihuana para niños y adultos con epilepsia. Desafortunadamente, se han realizado pocos estudios bien diseñados o conducidos sobre la seguridad o la eficacia del cannabidiol en humanos. Sin embargo, hay datos de seguridad disponibles sobre el uso de compuestos conteniendo cannabidiol en adultos con dolor y espasticidad relacionada con esclerosis múltiple.
Un análisis agrupado de ensayos aleatorios de Sativex (GW Pharmaceuticals, Londres, Reino Unido), un spray oromucoso que contiene cannabidiol y tetrahidrocannabinol en una proporción 1:1, no mostró efectos adversos graves. Los eventos adversos leves o moderados más frecuentes incluyeron dolor oral, mareos, diarrea, náuseas, trastornos de la mucosa oral, alteraciones del gusto, boca seca, fatiga, y somnolencia. Debido a que estos compuestos contienen tetrahidrocannabinol, que es responsable de muchos de estos efectos, se esperan menos efectos adversos del cannabidiol solo, y aquellos que se produzcan (como la somnolencia) se espera que sean menos severos. Sin embargo, esta hipótesis continúa sin definirse en la población pediátrica con epilepsia.
Dada la escasez de datos sobre la seguridad y la eficacia del uso de cannabidiol en niños y jóvenes adultos con epilepsia, y al intenso interés de las familias de los pacientes en la obtención del cannabis, los autores realizaron este estudio para evaluar si el cannabidiol como tratamiento complementario a los fármacos antiepilépticos convencionales sería seguro, tolerable, y eficaz en niños y adultos jóvenes con epilepsia resistente al tratamiento.
Fuente: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=90108&uid=859074&fuente=inews