Alejandro, a sus 59 años, cogió a su familia y sus maletas y, después de 34 años trabajando para el SAS, puso rumbo a Normandía (Francia), a un pueblecito de 7.000 habitantes, donde se estableció con sus hijas de 9 y 11 años. De eso hace ya más de año y medio.

Casi todos conocemos a alguien que ha tomado la decisión de emigrar para trabajar fuera de nuestras fronteras.

Según datos de la OMC, 23.500 profesionales sanitarios solicitaron el certificado que se precisa para convalidar su título y trabajar en otros países, y, sólo en 2018, lo pidieron 3.525 médicos. Además, no sólo aquellos que acaban de salir de la facultad y no tienen plaza MIR, sino también profesionales que acaban de terminar su residencia, de los que se dice que pueden llegar a una tercera parte de ellos los que pueden irse a trabajar fuera de España.

Pero no se trata de un tema que sólo compete a jóvenes, ni a una sola especialidad, y a eso se une el dato de que el 40% de los profesionales que trabajan en sanidad pública se jubilarán en los próximos 10 años. Esa circunstancia va a empeorar la situación de déficit de profesionales, y va a ser un nuevo factor a tener en cuenta para intentar detener la sangría de sanitarios que se van de nuestro país.

 

Ahora nos toca pensar….

 

¿Por qué se toma esa decisión, casi siempre difícil, y en algunas ocasiones cargada de tristeza por el abandono de nuestras raíces?

Podemos adivinar la respuesta a esta pregunta, y cuando se les pregunta lo corroboran: son motivos de muy distinta índole, que van desde la estabilidad laboral, dado que es conocida la temporalidad e inestabilidad de los puestos de la administración pública sanitaria, con contratos que a veces rozan el ridículo en cuanto a tiempo y forma de contratación, como por ejemplo contratos a tiempo parcial, contratos de días sueltos, etc.

También incide la vertiente económica; se trata de trabajos similares a los nuestros o con incluso menor carga asistencial, pero con una remuneración que en ocasiones puede cuadruplicar o quintuplicar el salario de un médico español (más aún si hablamos de Andalucía), además de facilitar beneficios fiscales y ayudas para el establecimiento del profesional en el país de destino. Nuestro ejemplo inicial, Ale, puede ser que sólo en sus dos primeros años de trabajo pueda tener un sueldo cuatro a cinco veces mayor si lo comparamos con el que tenía en Andalucía, y como nos comenta “trabajando lo mismo o menos”.

Pero no todo es estabilidad ni cuestiones monetarias, también nos comentan que el estátus de un médico y su reconocimiento social es diferente fuera de nuestras fronteras. Eso también se ha perdido en nuestra sociedad, donde hemos pasado a ser un funcionario más al que se le repite hasta la saciedad que debe hacer lo que el usuario/ciudadano/cliente desea porque “es el que nos paga el sueldo”. Cuántas veces habremos oído eso…

En fin, y por no aburrir, lo dicho, a pensar.

¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos incentivar a nuestros profesionales, a todos los que van a ser imprescindibles para que nuestro sistema sanitario no quede vacío de médicos?

Es fácil y a la vez difícil, y sobre todo va a depender, desde mi punto de vista, de la voluntad y capacidad de nuestros gobernantes para aportar recursos suficientes que generen incentivos para estos profesionales.

Aunque no sólo debemos pensar en la incentivación económica, también se debe tratar la mejora del prestigio profesional de los facultativos, tan denostado en los últimos tiempos, y la adecuación de nuestras condiciones laborales, aunque éstas estarían muy ligadas a la mejora de recursos económicos.

Esa es desde ahora nuestra labor: dar soluciones, ya que si no lo hacemos, nuestro futuro se presenta incierto.

Por cierto, je suis en train d’apprendre français.

17 comentarios

  1. Muchas gracias por tu reflexión en un tema que necesita palabras como las tuyas para que se cambien los aspectos que nos llevan a situaciones como la que has descrito

    • Es una sensación agridulce la que da el que un amigo y compañero se tenga que marchar para mejorar en su trabajo. Tiene que ser muy valiente para dejar toda una vida y todo un entorno, y a pesar de llevar consigo a «lo más importante de su vida», su familia. El desarraigo puede ser desgarrador, y la contrapartida muy elevada.
      A mí me ocasiona sentimientos encontrados, y, por ahora, por mucho francés que aprenda, soy cobarde.

  2. Muy interesante lo que indicas, cargado de mucha razón. El panorama que se plantea a corto y medio plazo en cuanto a número de profesionales tiene visos de ser desolador. Los gestores creen que con aumentar unas pocas plazas MIR va a quedar resuelto este problema… pero me temo que esto se va a agravar. Al final lo arreglarán con un «hagan más con menos».

  3. Pues me da, que pensar y mucho, que sean compañeros de mi especialidad, medicina de familia, los que hayan decidido de manera mayoritaria, hacer las maletas. De hecho dos compañeros de mi círculo más cercano, con familia incluida, decidieron el año pasado emigrar al país vecino de Francia. Ganas y envidia me dieron en su momento, lo reconozco, de seguir su ejemplo. Ahora no. Creo que las cosas pueden cambiarse y buscar incentivos, no solo económicos, para volver a entusiasmarnos. En nuestra profesión, el dinero no es nuestra mayor motivación, son otras razones las que nos hacen seguir, y son a mi criterio, la estabilidad laboral, el reconocimiento profesional de la sociedad y de nuestros gestores y políticos, la autonomía, un proyecto futuro , la sensación de sentirse realizado, el clima laboral…
    En eso estamos , y aunque los datos de demografía médica en ocasiones abruman, yo sigo estando ilusionada.

  4. Tema candente e importante. Son varias las reflexiones que me gustaría compartir. La primera, una sorpresa, mis compañeros de especialidad son los terceros en emigrar, cuando no es ni mucho menos una profesión tan numerosa; tan mal estamos? Ahora no es complicado encontrar trabajo, pero hace unos años si lo era, puede que esta sea la razón principal de esas cifras, pues en la crisis pasada no se contrataban oftalmólogos en el sector público, a la vez que cerraban clínicas privadas. Y ahora, como volver con peores condiciones económicas, laborales y sociales?. Otra cuestión es la edad de los médicos que “se van”. Como parece lógico, la mayoría son menores de 35. Los jóvenes ahora son diferentes, hablan idiomas, están acostumbrados a viajar, no les supone un reto tan enorme como a los que no somos tan jóvenes, y son más prácticos. Así, la decisión natural es buscar la mejor oferta. La suma de todos estos factores convierte en lógico el éxodo que esté ocurriendo. Pienso que se deberían tomar medidas urgentes para facilitar que nuestros médicos se queden en España y que vuelvan cuantos más mejor, antes de que la pérdida, que ya está siendo un problema para nuestro sistema sanitario, acabe siendo un desastre.

  5. Creo que este tema lleva aparejadas muchas más cuestiones que lo estrictamente económico o de reconocimiento.
    El sistema de autonomía que encorsetarlo cualquier movimiento entre comunidades , el favoritismo que prevalece sobre la igualdad el mérito y la capacidad, la envidia tan española que hace que si un profesional destaca en algo, sea objeto de acoso y derribo, la falta de desarrollo profesional….
    Y no olvidemos el desapego cada vez más creciente a la familia o simplemente a la no familia, más que estrictamente la que si acaso has formato con tu pareja y en en raras ocasiones algún hijo…una pena porque las raíces son lo que a la larga da felicidad…..lo podríamos enlazar al blog de Quety…..como no vamos a acabar en residencias y solos??? ya nos visitarán desde el extranjero si hay suerte un par de veces al año….eso si…con un buen coche y quizás en Jet privado….

  6. La Organización Sanitaria no sé si con buena fe o sin ella dejó de apostar por sus profesionales sanitarios. En concreto en Andalucía se ha abonado con contratos por horas, días e intentando rascar cualquier complemento, para que huyan despavoridos hacia otra Comunidad de España o de Europa,
    El Poder de las Sociedades Médicas bloqueado a sabiendas por sus intereses un mayor número de plazas de formación en especialidades que sabemos necesarias .
    Ahora recogemos lo que hemos sembrado, y sin invertir ni mejorar las condiciones ni el reconocimiento profesional no quiero imaginar como acabará …..

  7. El blog te hace pensar….no soy Médico, pero creo que esta emigración se ha producido durante años en las profesiones sanitarias. La mía, la enfermería la lleva sufriendo bastantes años. Yo decidí quedarme, trabajé en un Hospital privado durante 17 años combinándolo con contratos del SAS de verano en verano, alguna reducción de jornada, meses al 75%, hasta que 18 años después de terminar la carrera Universitaria me ofrecieron una interinidad…y encima me sentí afortunada. De eso tan sólo ha pasado 2 años y medio…
    La verdad es que me planteo preguntas que no soy capaz de contestar:
    ¿ Quien decide el número de MIR por especialidad? Porque algunos comentais que en unos años se jubilarán gran volumen de profesionales.¿ No hubiera sido correcto convocar más número de especialistas por año en previsión? es más, ya se está viendo durante el periodo estival que faltan especialistas…pero, sin embargo, ¿ no creeis que hubieran emigrado más profesionales?¿ que pasaría el resto del año no periodo estival? ¿Habría contratos? ¿y si el sistema no les asegura contratación? ¿ y si el sistema decide que la solución no es más recursos?….
    No se cuál es la solución pero nos guste o no, somos profesionales de una «empresa» llamada SAS, una empresa que nos hace pasar por malos momentos, una empresa que hace que compitamos con los compañeros para mantenernos, que nos hace estar pendiente de un teléfono para ver si nos llega o no ese contrato de un mes al 75%, que no convoca oposiciones, que hace que tengamos el sentimiento de maltrato por lo pasado en los último años…pero ha sido nuestra elección, buena o mala de quedarnos….A lo mejor el valiente que decide irse, siempre le queda la duda de lo que hubiera pasado si se hubiera quedado…
    Y mientras alguien decide cambiar la forma de hacer las cosas, ….yo puedo decir que, pese a todo lo pasado, mi profesión me llena y soy feliz.

    • Buenos días, por fin una respuesta que deja algo de esperanza….

      Cuando hice la entrada al blog precisaba de gente que me diese esperanzas a un futuro que yo veía, y aun veo, sombrío.

      El que haya un comentario esperanzador da ánimo, aunque basarse en la buena voluntad de la gente me temo que ya es algo a lo que se ha recurrido en exceso.

  8. Siempre hay lugar para la esperanza.
    Estoy convencida de que se incentivará la contratación de los MIR para evitar que emigren a otros lugares, que se mejorarán la temporalidad de los contratos y los salarios. También para los sitios de difícil cobertura, con complementos tanto económicos como curriculares y otros. El mundo se está globalizando, permitiendo el movimiento también de médicos de otras latitudes hacia España.
    Las motivaciones (especialmente entre los profesionales sanitarios) son tanto intrínsecas, extrínsecas como trascendentales… Los que se van entiendo que tienen múltiples motivos, y los que nos quedamos también… cada uno los suyos, personales e intransferibles.

  9. De las primeras visitas que hizo después de su nombramiento el actual Consejero de Salud Jesus Aguirre, fue a mi hospital, «El Macarena» y cuando lo escuché hablar, me emocionó muchas de las cosas que dijo y que este gobierno quería hacer. En esos días (4/3/19), salió la noticia publicada: «Andalucía, al rescate de los médicos con un ‘plan retorno'» «La Junta de Andalucía quiere recuperar a los médicos andaluces que trabajan fuera ofreciéndoles contratos más estables y otro tipo de incentivos» y la noticia sigue así:
    La Junta de Andalucía y la Consejería de Salud van a poner en marcha un ‘plan retorno’ para que los médicos andaluces que se han ido a trabajar fuera regresen al Servicio Andaluz de Salud (SAS). Pero los facultativos que actualmente trabajan en el SAS también se verán beneficiados ya que entre los compromisos del consejero de Salud, Jesús Aguirre, está frenar la fuga de profesionales sanitarios que se está produciendo en la comunidad autónoma.
    No voy a poner la noticia al completo pues es larga, quien quiera leerla os pongo el link: https://www.consalud.es/autonomias/andalucia/andalucia-al-rescate-de-los-medicos-con-un-plan-retorno_60989_102.html

    Yo, visto lo visto y viendo lo que nos espera y que ya algunos profesores nos están avisando de la situación económica que nos viene encima, por un lado lo veo negro pero no porque no haya necesidad, que las hay, sino por las condiciones en las que quieran llevar a cabo esto. Hemos estado viendo en estos años LA FUGA DE TALENTOS, lo que cuesta el sistema educativo y lo preparados que salen los alumnos para que se vayan a otro sitio a trabajar.
    Está claro, que la situación actual necesita un cambio y la pregunta está clara ¿Cuál y cómo?

  10. Al igual que FranNb soy enfermera y este fenómeno migratorio lo llevan sufriendo desde hace muchos años mis compañeros/as. Al principio era por poco tiempo, al cabo de unos pocos años volvían y encontraban trabajo; el problema es cuando esto ya no es así y no ven el momento de volver. Ni ellos/as, ni los miles de jóvenes que con sus títulos e ilusiones debajo del brazo salieron de nuestras universidades y emigraron a otros países con el deseo de una pronta vuelta.
    Es importante buscar medidas que les permitan no perder la esperanza de volver en una condiciones dignas.

  11. Siempre me acuerdo lo que me contaba un compañero especialista ecuatoriano cuando yo era residente sobre la situación de su país ante la pérdida de una generación completa de profesionales cualificados debido a la crisis no sólo económica ,sino social y moral por la que estaban atravesando .Una generación de profesionales muy difícil de reponer en décadas.
    Hay países buscadores de talento y países donde parece que el talento pasa inadvertido y creo que va mucho en relación con la mala gestión de sus gobiernos (sean del color que sean y crisis económicas aparte).
    Un completa pérdida de capital invertido en educación y formación de jóvenes que serán productivos para otro país.
    Pero yo también conservo la esperanza de que nos parezcamos más al resto de países de Europa Occidental que a América Latina en lo que a gestión de talento se refiere 🙂

  12. Gran artículo que abre las puertas al debate. Estoy con Queti en lo referente a la esperanza de un tiempo mejor, y con FranNB en cuanto que nos guste o no, somos profesionales del SAS. Yo he estado trabajado por días sueltos y por horas, con contratos de semanas y meses al 75%, y cuando me veía casi en el precipicio de ir al paro rogaba aunque fuera por un contrato al 30% para poder completarlo con guardias y tener algo de dignidad para subsistir. Ese contrato no llegó porque me decían de «arriba» que era muy precario, pero no me daban opción a trabajar alguna. Después de contemplar irme a la privada o emigrar al extranjero, tras haber llamado a TODOS los distritos, Áreas Sanitarias, hospitales y teléfonos del SAS, me llamaron para trabajar 2 semanas en un pueblo de Almería, y allí sigo. Me daba igual el prestigio, y como dice Mª Ángeles, necesitaba destacar en algo para poder diferenciarme de mis compañeros, puesto que el curriculum no importaba en esos momentos, sino la «disponibilidad del teléfono y trabajar sin importar el día de la semana.
    Ahora, miro la vista atrás, con la esperanza de lo que dice José María en cuanto a las palabras de Jesús Aguirre, y veo la noticia de que cesan al director gerente del SAS hoy mismo. Por lo que sigo en la eterna esperanza.
    Y puestos a definir a quién consideramos «valientes» hoy en día.. ¿quién es más valiente, el que deja todo esto y se va a explorar otra frontera, o el que se queda esperando a que las cosas cambien? Porque cambiar, han cambiado, ahora somos interinos, trabajamos al 100%, los compañeros pueden irse de vacaciones cuando quieren, y seguimos sin tener sustitutos.
    Pienso que las cosas tanto para criticar (de forma constructiva), como para poder cambiar el sistema, tienes que estar trabajando «dentro» y hacer con tu esfuerzo diario un sistema sanitario sostenible.
    Espero no haberme enrollado, y que se haya entendido más o menos.
    Un saludo y espero veros en el próximo encuentro.

  13. Peleón comenta: «¿Por qué se toma esa decisión, casi siempre difícil, y en algunas ocasiones cargada de tristeza por el abandono de nuestras raíces?» , y creo que esta frase resume el por qué creo que nos dejamos llevar un poco por la pena con este tema de la migración por (mejores)motivos laborales…
    Si alguien se va, es porque toma una decisión sobre su futuro, con el fin de conseguir algo a un coste determinado. Y eso no es una pena, bajo mi punto de vista, es una suerte, al igual que cuando decidimos invertir varios años de nuestra vida en formarnos, y no hacer cosas que otros pueden hacer antes que nosotros (independencia económica, formar una familia, establecerse en un lugar). Todos lo hacemos por algo. Yo me fui con 21 años de mi casa, a 1.000km. Os prometo que lloraba por estar fuera casi todas las semanas (echaba de menos a mi familia), pero lo hice con un fin, y eso lo justificaba todo.
    Lo dicho, no me da pena verlos marchar, porque sé que van a volver siendo mejores…

  14. En primer lugar, felicitarte por la estructura de tu post, desde el título tan auténtico que te introduce en el tema desde el segundo uno, la información tan reveladora, y el planteamiento polémico de un problema de actualidad.
    Una cuestión a reflexionar » la fuga de profesionales o talentos» ¿se produce a otros países más desarrollados? ¿son países más inteligentes a la hora de reconocer a sus sanitarios?, acaso ¿es mejor ese país que el nuestro?.
    ¿Qué es aquello que persiguen aquellos que se van?. Como la gráfica nos indica, son mayoritariamente temas laborales, y los demás pensaremos que buscan un mayor poder adquisitivo, reconocimiento, estabilidad de empleo,… o un conjunto de todas esas cosas. Demasiados interrogantes en una misma cuestión, quizás si conociéramos los verdaderos motivos podríamos resolver parte del problema.
    Por mi parte, pensando en aquellos amigos y compañeros que nos han dejado para irse a otros lares, fuera de nuestra comunidad, y de nuestro país , su motivo principal, en mi modesta opinión es la estabilidad laboral. Y siento, que aquellos de nosotros que trabajamos en lo que nos gusta, que nos pagan todos los meses, y no vemos peligrar nuestro pan de cada día, ¿cómo vamos a querer marcharnos si no es por objetivos más elevados (formación, inquietud personal, relaciones personales) ?
    Busquemos soluciones para que se queden con nosotros, y sólo se marchen por voluntad propia, no por obligación.

  15. Efectivamente hay que hacer una reflexión de este fenómeno migratorio, no nos podemos permitir el riesgo de permanecer mucho más tiempo sin tener una idea articulada de cómo enfrentar el flujo continuo de salida de profesionales. Tenemos que fortalecer las condiciones laborales y el tejido productivo para que la migración no sea una necesidad,ante la ausencia de demanda laboral en los profesionales sanitario . ¡¡Que pena que esto ocurra en nuestra propia casa…..¡¡
    Las dificultades en el mercado laboral , las oportunidades que estos encuentran fuera , el reconocimiento profesional son motivos por los que se ha incrementado el flujo de profesionales sanitarios cualificados que emigra. Siempre tengo la esperanza que un tiempo mejor estar por llegar….

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