Hay opiniones para todos los gustos…

  1. Quiero un/a jefe/a que esté a pie de obra para que valide las pequeñas decisiones de cada día.
  2. Quiero un/a jefe/a que planifique el futuro, que diseñe el rumbo de la organización (con la colaboración de todos) y que piense mucho y en voz alta y escuchando a todo el mundo.
  3. Quiero un/a jefe/a que sea uno mas, que haga lo que hacemos todos y que además planifique y gestione y trabaje para mejorar nuestro futuro.
  4. Quiero un/a jefe/a que siempre este ocupado, que haga mil cosas, que no delegue, que no tenga ni un minuto en su agenda.
  5. Quiero un/a jefe/a que esté siempre en su despacho, por si lo necesito.
  6. Quiero un/a jefe/a que se note que está pero sin estar siempre en todas partes. Alguien que me guíe y no alguien que me lleve de la mano.

 

Este es el gran dilema del presencialismo frente al slow management, del estar en todos los momentos críticos a centrarse en repensar el presente para preparar el futuro (y no dejarse ver mucho).

 

Por un lado Mintzberg definió alguna de las características del trabajo directivo:

(a) los directivos trabajan a un ritmo implacable,
(b) sus actividades están típicamente caracterizadas por brevedad, variedad, fragmentación y discontinuidad y
(c) están fuertemente orientados a la acción».

 

Por otro lado, en Sintetia propugan principios entre los que destaca:

«Dejar de hacer. Muchos directivos viven confundidos, y no entienden la diferencia del “you can do anything, but not everything”. Reuniones que no voy a asistir, mails que no voy a escribir, procedimientos a abandonar«.

 

Es evidente que los roles directivos comprenden tareas como:

  • Desarrollar e implementar la misión de la organización.
  • Velar por el mantenimiento de la visión de la empresa.
  • Transmitir las metas y objetivos de la compañía a las personas.

Para alcanzar el éxito, una organización requiere de directivos/as y ejecutivos/as, que aporten un gran conocimiento en el área de actividad de la organización y que, además, estén ilusionados con el proyecto y sean capaces de contagiar de su entusiasmo al resto de trabajadores, dirigiéndolos hacia la meta común.

 

Para ello, el/la directivo/a debe:

  • Contribuir a mejorar el desempeño de la organización.
  • Luchar por mejorar de forma individual también, alcanzando un necesario equilibrio interior.
  • Utilizar las herramientas de comunicación disponibles, al servicio del conocimiento.
  • Transmitir su entusiasmo e implicación por la misión y la visión de la empresa.

Si los roles directivos se gestionan correctamente, los objetivos de la organización se alcanzarán gracias al esfuerzo de todos y la responsabilidad conjunta. En este proceso, la cultura de organización y los valores que promulga juegan un papel clave a la hora de lograr la implicación e involucración de todos los miembros de la organización. El compromiso personal de cada uno culminará en la consecución de las metas generales.

 

De hecho, el comportamiento directivo tiene un impacto:

  • Hasta un 70% en la rotación de personal no deseada
  • De entre un 70% y un 80% en el clima laboral
  • Y de un 90% en el aprendizaje de trabajo interno de la organización

Pero no hay un modelo único de éxito directivo y cada persona a este nivel de responsabilidad debe dejarse inspirar sin dejar de aprender.

 

Con todos estos aspectos, puestos encima de la mesa. ¿Qué es para ti un/a buen/a directivo/a en una organización sanitaria?

Me gustaría conocer vuestras respuestas.

Gracias

 

9 comentarios

  1. He ahí la cuestión… y cómo cada uno podríamos responder de distinta forma a la última pregunta.
    Señala que un buen directivo debe:
    Contribuir a mejorar el desempeño de la organización.
    Luchar por mejorar de forma individual también, alcanzando un necesario equilibrio interior.
    Utilizar las herramientas de comunicación disponibles, al servicio del conocimiento.
    Transmitir su entusiasmo e implicación por la misión y la visión de la empresa.

    Me parecen cuestiones que se han planteado en Blogs de compañero/as, Francis, Mª José y algunos más, incluso el mío, problemas que vemos en comunicación, entusiasmo, mejorar el desempeño, etc.. problemas que nos planteamos y vemos y que son parte principal para poder ser un buen gestor/directivo.
    Creo que fue en el módulo II donde hicimos un cuestionario de estilos de liderazgo y de cómo ser «un buen lider», viendo los estilos y la flexibilidad y adaptabilidad de los estilos. Y, para eso estamos aquí, para que nos enseñéis a ser, gestionar o enseñarnos las herramientas para hacerlo mejor.

  2. Muchas gracias José María. Me gusta la idea que planteas de “Utilizar las herramientas de comunicación disponibles, al servicio del conocimiento. Transmitir entusiasmo e implicación por la misión y la visión de la empresa”.

    Es evidente que hay diferentes tipos de jefes/as y que ante situaciones diferentes tenemos que modificar nuestro posicionamiento para poder desarrollar de forma adecuada la tarea directiva. De todas formas, nuestro estilo directivo puede ayudar a conseguir estos objetivos.

    Si ves la clase virtual de Miguel Ángel Mañez podrás encontrar más respuestas a esta pregunta que he planteado como título de este post.

  3. Tras las clases presenciales, documentación y bibliografía disponible del módulo II y visualizar la sesión BBB de Miguel Ángel, me aventuro a la descripción: UN/A BUEN/A DIRECTIVO/A DEBE SER AQUEL/AQUELLA…

    … capaz de ENTUSIARMARSE y conseguir ENTUSIASMAR al equipo con lo que se hace.
    … capaz de MOTIVAR a su equipo.
    … que crea y conoce las EXPECTATIVAS, sabe lo que quiere su equipo y media para que sean congruentes con las expectativas y valores de la organización.
    … que sabe COMUNICAR y mantener espacios de comunicación con su equipo.
    … que sabe MEDIAR Y COORDINAR entre los componentes del equipo y entre el equipo y la jerarquía superior.
    … que DEFIENDE a su equipo y a su vez CRITICA y DIALOGA con éste para crear espacios de mejora.
    … que es PARTE DEL EQUIPO y no solo dirige el equipo.

    La teoría es maravillosa, la práctica conlleva mucho esfuerzo a veces poco recompensado.

    ¡Un saludo!

  4. Salvo estas dos cuestiones : «Quiero un/a jefe/a que siempre este ocupado, que haga mil cosas, que no delegue, que no tenga ni un minuto en su agenda. Quiero un/a jefe/a que esté siempre en su despacho, por si lo necesito,» el resto es deseable. En resumen como hemos visto en la sesión de Miguel A. Máñez, un buen jefe debe de ser una buena persona entendida la «bondad» como la capacidad empática, la capacidad de trabajo, la honestidad y la capacidad de cohesionar a su equipo.
    He tenido algunos jefes, excelentes y nefastos. De los primeros conservo excelentes recuerdos y me han servido de ejemplo, de los últimos me he llevado grandes enseñanzas de lo que no se DEBE SER, bajo ningún concepto. la experiencia me ha servido mucho pero de este Diploma también me estoy llevando grandes enseñanzas. Gracias por todas las herramientas que se están poniendo a nuestra disposición.

    • Me gusta tu reflexión Queti.

      Yo por eso hace años creé un blog que se llama NO ME GUSTA MI JEFE, que sirve para reflexionar sobre aspectos que me gustan y sobre todo de Lis que NO me gustan de los jefes.

      Aquí tienes algunas de las 50 SOMBRAS y LUCES de Jefes que NO me gustan y de LÍDERES que deseo tener

      1. El jefe, controla. El líder, confía.
      2. El jefe pone metas. El líder, transmite visión
      3. El jefe, absorbe. El líder, expande
      4. El jefe, informa. El líder, pregunta
      5. El jefe trabaja para su jefe. El líder trabaja para sus trabajadores
      6. El jefe comunica miedo. El líder inspira
      7. El jefe es sólo él. El líder delega
      8. El jefe ve las cosas en negativo. El líder piensa en positivo
      9. El jefe no pregunta, hace. El líder es honesto y pregunta antes de hacer
      10. El jefe no pide nunca perdón. El líder es humilde y pide las cosas Por favor, da las Gracias y pide Perdón

      Espero que te gusten

    • Totalmente de acuerdo con Queti. En el momento que leí «quiero un jefe que siempre esté ocupado, que haga mil cosas… que esté siempre en su despacho» no tuve más remedio que resoplar. Después de reflexioné, si yo quiero un trabajador que siempre esté ocupado, que haga mil cosas, etc. En definitiva, prefiero la bondad, la empatía, la capacidad de trabajo (no la cantidad) y la honestidad. Y si esto quiero de mis compañeros, supongo que esto lo que tengo que ofrecerles. En definitiva, todavía buscando ser un buen jefe.

  5. Me quedo con el colofón de la sesión virtual de Miguel Ángel de Gloria Fuertes: terminar con una poesía de Gloria Fuertes: “Lo primero la bondad, el talento y aquí termina el cuento”.
    Saludos!

  6. Muy buen colofón de la clase de Miguel Ángel Mañez que coincide con mi visón sobre ser buena persona para ser buen profesional:

    Una persona se convierte en “un gran profesional”, cuando su parte “emocional” acompaña al 100% a su parte “racional”. Es decir, cuando sus conocimientos técnicos van envueltos de confianza, rectitud y actitud de forma permanente. Desde ahí es desde donde nace el trabajo en equipo, la comunicación, el liderazgo, la motivación, etc. Justo las competencias que más caras nos salen cuando flojeamos en ellas.

    Todo lo que sea ignorar esto, ensombrece nuestro desempeño como profesionales, y nos convierte en mediocres antes o después. Por mucho conocimiento y experiencia que tengamos. Se trata de tener presente que allá donde tengamos que realizar un trabajo, con mayor o menor responsabilidad, lo hagamos poniendo nuestro mejor conocimiento, pero sobre todo nuestra mayor responsabilidad humana y la más limpia intención de respeto y trato hacia las personas con las que trabajamos. Es decir, desplegar la parte humana que más ayuda a otras personas a que desplieguen lo más humano de sí mismas y entre todos afrontar el proyecto, trabajo, reto o desafío que requiere el aporte de conocimiento y experiencia. Y pensemos en lo que recibimos y en lo que damos.

    Y por último: No pidamos lo que no ofrecemos. Es fundamental tener una actitud que motive, que llame la atención por la forma en que cala y toca a los demás, una actitud que ilusiona y que da garantía de una confianza que aglutina, que da seguridad y que invita a que todos despleguemos lo mejor de nuestro trabajo emocional que hay dentro de nosotros en beneficio del equipo del que formamos parte.

    Cuando ofrecemos y recibimos contribuimos a que aflore el talento. ¡Esto requiere de humildad, de honestidad, de generosidad y de gratitud! Gracias

    👉 https://t.co/sGuHuu2uC2?amp=1

  7. A priori parece fácil la respuesta de cómo debe ser un buen jefe. En la poca experiencia que he tenido he ido pasando por varias fases de jefe, y por varios jefes en mi jerarquía ascendente. Francamente, pienso que el jefe debe ser dinámico y en continuo cambio, pues las circunstancias que nos rodean son cambiantes, y nosotros, como todos, vamos evolucionando. He tenido compañeros que lo que quieren es verte ocupado, atareado tanto o más que ellos, y que siempre esperan que estés ahí. He pasado por la fase de «lo hago todo yo» a la de «dejo que los trabajadores tengan autonomía cada vez mayor», y en ambas fases me han cuestionado, bien porque lo abarco todo, o porque no aprieto lo suficiente.
    En definitiva, ser jefe no está bien pagado, y a día de hoy, pienso que todo el mundo debería rotar en el puesto y «probar a ser jefe».

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