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levamos un más de un mes desde el estado de alarma por el que estamos en cuarentena o confinamiento en casa. Hemos podido ver cómo se han cerrado negocios, vaciado las calles y aflorado la imaginación de miles de personas.
Desde hace semanas salimos a los balcones a aplaudir por determinadas causas, fundamentalmente por el esfuerzo que realizan los sanitarios y personal de emergencias. Estos aplausos ciertamente nos reconfortan y nos hacen sentir no mejores o merecedores de ellos, sino quizás más trabajadores y nos ayudan a motivarnos más en el trabajo.
Pero también afloran las “locuras” o pensamientos más irracionales o egoístas de las personas, como es el Tweet que he leído recientemente, donde algunos vecinos han dejado un cartel en la puerta de algunos sanitarios invitándole a que no acuda a su domicilio a descansar por el riesgo de contagio vecinal.
En el momento en que vi el mensaje pensé en el egoísmo que tienen algunas personas, que seguramente aplaudirían los días previos en sus balcones. Entran en contradicción ciertos sentimientos, porque si por un lado el agradecimiento que nos demuestran con los aplausos y gestos de solidaridad, otros muestran sentimientos de egoísmo y miedo al no querer que esos héroes descansen en sus hogares. Por un lado quieren que los sanitarios estemos a pie de cañón, exponiéndonos al coronavirus, pero por otro lado no quieren que esos mismos salvadores tengan contacto en sus vidas a nivel domiciliario.
¿Han pensado en que los sanitarios sabemos tomar las medidas de higiene necesarias para evitar el contacto no sólo en el trabajo, sino allí donde dormimos o tenemos a la familia? ¿Dónde nos alojamos si estamos en cuarentena también y no hay otros hoteles disponibles? Porque no se pueden ir a segundas residencias.
Estoy seguro que son los menos los que tienen esta forma de pensar, y que en esos casos estarán promovidos por el miedo al contagio, pero la capacidad empática brilla por su ausencia.
Con toda esta crisis mundial, deseo y espero que la solidaridad y comprensión por parte de la población general aumente para todas las profesiones y sepamos ver lo bueno que tiene cada uno en su campo de trabajo.


Y comprensión entre los sanitarios igualmente. También se han dado casos, o por lo menos en mi círculo cercano. Culpando unos a otros de contagios.
Triste: La primera palabra que se me ha ocurrido.
¿Por que? Porque el egoísmo forma parte de la naturaleza de unos pocos, supongo.
Como el aguijón en los escorpiones.
Ánimo.
La crisis del covid saca lo mejor pero también lo peor de nuestra sociedad .
Y de lo peor es ver como hay ciudadanos que rechazan a quienes cuidan y salvan vidas.
Pero también hay gente maravillosa que tienen gestos y comportamientos admirables.
Ánimo .
Estoy de acuerdo con Daniel, tristeza es lo que se me vino a la cabeza cuando vi esos carteles y me iba enterando de situaciones parecidas. ¿Es que no aprenderemos nunca? ¿Por qué sigue habiendo tanta insolidaridad?