Formación y apoyo desde los centros sanitarios para controlar los riesgos de nuestras profesionales sanitarias

ANÁLISIS DE DATOS

Por: Clara Bermúdez Tamayo

Está claro que la velocidad vertiginosa con la que ha avanzado la epidemia del COVID-19 ha supuesto un enorme reto para decisores sanitarios y políticos. Durante estos escasos meses de vida del virus, es muy poca la evidencia científica que se ha podido generar, lo cual dificulta enormemente la toma de decisiones informada.

Si unos días atrás, los datos de nuevos casos en las residencias de mayores ponían en evidencia la necesidad de reforzar las actuaciones en esta línea, también los informes epidemiológicos de los últimos días alertan del riesgo al que se exponen el conjunto de profesionales de centros sanitarios en general, y en particular, al grupo de profesionales sanitarios, colectivo especialmente feminizado.

En el Informe sobre la situación de COVID-19 de la Red de Vigilancia Epidemiológica del 18 de marzo [1] de 2020, nos ofrecía ya con unos datos preocupantes, situando como antecedentes epidemiológicos de riesgo, se encontraba el ser personal sanitario (16%). Posteriormente, en el informe del 20 de marzo [2], este porcentaje aumentó a un 23%, siendo significativamente mayor entre las mujeres que entre los hombres (30 vs 16%) [3]. El patrón se ha mantenido a lo largo de los informes de la semana. En el último informe (25 de marzo) se mantiene un alto porcentaje de profesionales sanitarios, y más del doble de mujeres que de hombres. (Ver a continuación la tabla del citado informe).

 

Esta situación también se ha dado en otras epidemias. De los más de 8.000 casos de la epidemia de SARS en 2003, más de la mitad de personas infectadas eran mujeres, y el 21% de los casos afectaron a quienes trabajaban en el ámbito de la salud y los cuidados. Igualmente, durante el brote de Ébola en África Occidental 2014-2016, las mujeres tenían más probabilidades de ser infectadas por el virus, dado su papel predominante como cuidadoras dentro de las familias y como trabajadoras sanitarias de primera línea.

Los casos en el personal sanitario agravan la gestión de la epidemia (Chang et al, 2020), ya que no solo preocupa la propia salud del personal sanitario (muchas en grupos de riesgo), sino que amenaza la continuidad de la atención y facilita la transmisión de la infección a otras personas que son atendidas.

Hay que anotar que este dato hay que leerlo con precaución, porque la realización del test, según los criterios del Ministerio (compartidos con la OMS), incluyen personas con criterios de ingreso hospitalario, personal sanitario o personal de otros servicios esenciales. Es decir, el personal sanitario seguramente tenga una tasa de testeo mayor que otros grupos.

A pesar de esta salvedad, es un hecho que hay que hay un área importante de mejora en la protección de las profesionales sanitarias y para mejorar esta situación, es imprescindible que cuenten con equipos de protección individuales (EPI) apropiados y suficientes, así como su correcto uso, particularmente el personal de enfermería que podría estar más a riesgo por el contacto más cercano con el paciente, que suponen los cuidados.

Por otra parte, el gobierno de España ha elaborado hasta el momento al menos 3 guías de seguridad para el conjunto de profesionales sanitarios, en colaboración con diversos organismos, sociedades y sindicatos: 1) Procedimiento de actuación para los servicios de prevención de riesgos laborales frente a la exposición al nuevo coronavirus (SARS-COV-2) (11.03.2020),  2) Prevención y control de la infección en el manejo de pacientes con COVID-19 (20 de febrero de 2020) y 3 ) Guías de actuación con los profesionales sanitarios en el caso de exposiciones de riesgo a COVID-19 en el ámbito sanitario.

Sin embargo, la evidencia nos dice la mera difusión de guías de práctica clínica y protocolos, no conduce a su aplicación. Incluso cuando los esfuerzos de difusión de la información han sido exitosos, se reconoce generalmente que la conciencia de la existencia de guías, directrices o información relacionada con la salud es insuficiente para su cumplimiento. Es necesario una concienciación de los riesgos, formación y apoyo desde los centros sanitarios, para propiciar la protección.

Notas:

[1]  Contiene información a 18 de marzo de 2020, sobre los 1.276 casos de COVID-19, de los 13.716 totales en España (9,3%), notificados al Centro Nacional de Epidemiología a través de la plataforma SiVies

[2] Esos casos (3.657) suponen el 18,3% de los 19.980 totales en España cuantificados hasta el día 19 de marzo de 2020.

[3] Este informe se ha empezado a detallar por sexo desde el día 20 de marzo

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