La epidemia de COVID-19 en las residencias para personas mayores

RESEÑA

Por: Elena Gonzalo Jiménez, Eva Martín Ruiz y Antonio Olry de Labry Lima

 

Entre la vorágine de información, de sentimientos, de noticias confusas en torno a la pandemia de COVID-19, destaca la referida a las residencias de personas mayores. En general, los medios transmiten una imagen de vulnerabilidad y desamparo de las personas que viven en ellas, que, a la vez que empatía y compasión hacia éstas y sus familias, desatan una ola de indignación hacia los centros, sus responsables, y las administraciones de las que dependen, que aparecen como incapaces de proteger la salud y la vida de la población más frágil.

El especial impacto de la enfermedad entre las personas mayores es una evidencia. El informe facilitado por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España el pasado 9 de abril (1) muestra cómo de los 109.146 casos confirmados en todo el territorio nacional, de los que se dispone de datos de edad y sexo, el 34,24% (37.382 personas) corresponde a personas de más de 70 años, suponiendo un 48,3 % de las hospitalizaciones (25.218 personas), un 35,5% de los ingresos en UCI (1.631 personas) y un 86,9% de los fallecimientos (6.173 personas).

Pero estas cifras no distinguen entre las personas que viven en la comunidad y las que lo hacen en instituciones. De hecho, la polémica sobre el registro de datos en las residencias de mayores ha saltado a los medios. Se preguntan a diario sobre la posibilidad de que el número de personas infectadas y fallecidas sea mucho mayor, debido a la desigual notificación por las CCAA a las autoridades sanitarias del Estado, de la situación real en este medio.

La alarma ante las graves consecuencias de que la epidemia se extienda en las residencias de personas mayores no es exclusiva de nuestro país. La prensa de Estados Unidos (2), Canadá (3), Italia (4) o Francia (5) se hace eco a diario de noticias sobre el número de personas infectadas y fallecidas, la falta de equipos de protección para residentes y personal, las dificultades para identificar o aislar a quienes enferman, o la escasez de personal capacitado para frenar la transmisión. En España, el pasado día 12 de abril TVE cifraba en más de 9.900 el número de personas fallecidas con COVID-19, o síntomas compatibles, en centros residenciales para mayores (6), el 58% del total de muertes causadas por la epidemia en España.

Por lo que respecta a Andalucía, el número de personas mayores que viven en residencias, con diagnóstico confirmado de COVID-19, asciende a 1.170; el 12,63% de todos los casos confirmados en la Comunidad (9.261), de las cuales 197 fallecieron. Esto supone el 30,21% de las personas que no lograron sobrevivir a la enfermedad (652), según informe de la Consejería de Salud y Familias, publicado en el BOJA de 9 de abril (7), el primero que ofrece información sobre la situación en las residencias y otros centros sociosanitarios. Más allá de los episodios que llenan titulares en diferentes medios, conviene analizar la situación en que se encuentran las instituciones para hacer frente a una epidemia de este tipo.

En España los servicios sociales han sido históricamente el pariente pobre del Estado de Bienestar. La Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en situación de Dependencia (8), de 2006, sentó las bases para su desarrollo, aunque lento y desigual, al que frenó en seco la gestión de la crisis económica. En este marco, las residencias para personas mayores han estado especialmente desatendidas por el sector público, titular de apenas el 25% de los 5.387 centros que, según datos del IMSERSO (9), existen en nuestro país, y cuya oferta de plazas apenas alcanza la mitad de las cinco por cada cien mayores de 65 años que recomienda la OMS (10). La escasez de plazas públicas ha sido compensada por una oferta privada muy fragmentada, cuya titularidad se reparten fondos de inversión de diferentes países (Francia, en especial), aseguradoras, constructoras, empresas sanitarias, y titulares de grandes fortunas (11), que han visto en la necesidad un importante nicho de negocio

En estos centros residenciales viven, aproximadamente, 350.000 personas, especialmente vulnerables a la epidemia, por su edad (78% > 80años), condiciones de salud (alta prevalencia de enfermedades crónicas, comorbilidad y deterioro cognitivo) y dependencia de otras personas para realizar actividades básicas de la vida diaria; la mayoría necesitan ayuda para asearse, vestirse, comer o desplazarse. Pero, además, el propio entorno añade riesgos a su vulnerabilidad (12), al tratarse de centros cuya actividad se organiza en salas comunes. Bien sea para la provisión de servicios terapéuticos o para las comidas y actividades de ocio. Con un alto trasiego de personas, entre visitantes y personal, una proporción insignificante de profesionales sanitarios cualificados[1], que trabajan en base a un modelo asistencialista, alejado de la tan reivindicada “atención centrada en la persona”, con contratos precarios, bajos salarios, e instalaciones y recursos claramente insuficientes para evitar la propagación del nuevo coronavirus entre residentes y personal.

El pasado 21 de marzo, la OMS publicó la primera guía para la prevención y control del COVID-19 en instituciones de cuidados de larga duración (13), que recoge una serie muy completa de recomendaciones para los centros. A la vez que insta a las autoridades nacionales y locales de cada país a hacerse cargo de la coordinación y activación de las redes sanitarias y sociales para garantizar la continuidad de cuidados entre las citadas instituciones y los diferentes proveedores de atención sanitaria. Así como a facilitar recursos y personal de salud para apoyar a los centros ante posibles casos de COVID-19 en sus instalaciones. En Estados Unidos, el CDC (14), ha emitido también recomendaciones específicas, facilitando, además, un checklist muy completo para que los centros puedan autoevaluarse, identificando sus propias debilidades y fortalezas para hacer frente a la epidemia.

En España, el Ministerio de Sanidad publicó un primer documento técnico para la prevención y control frente al COVID-19 en residencias de mayores (15), el pasado 5 marzo, y una guía ampliada (16) el 24 del mismo mes. La Consejería de Salud y Familias de Andalucía, por su parte, emitió una primera guía de recomendaciones (17), que completó días después en un segundo documento normativo (18), en el que incluía instrucciones para la medicalización de las residencias, creando una Red de Alerta a través de Enfermeras Gestoras de Casos, para la coordinación, mediante el seguimiento presencial y/o telefónico diario de todas las residencias.

En general, las recomendaciones se han basado en la detección activa de casos en residentes y personal; la restricción de movimientos, o el aislamiento en áreas diferenciadas, en caso de sospecha o confirmación de la infección; la cancelación de actividades grupales; la implementación de medidas de higiene y protección frente al riesgo de contagio; la prohibición de visitas de familiares, exceptuando el acompañamiento en situaciones de final de la vida; el refuerzo de recursos y profesionales sanitarios para atender a las personas que pueden permanecer en los centros y el traslado a un centro sanitario cuando se requiere una intervención de mayor intensidad.

El problema no ha estado en la calidad de las recomendaciones, emitidas con el aval de la evidencia científica, sino en las condiciones de los centros para poder aplicarlas. Una carta al director publicada el 26 de marzo en el Journal of American Geriatrics Society (19), explicaba cómo habían logrado evitar la transmisión del virus en las residencias de Singapur, hasta el punto de no haberse dado un solo caso de contagio en los centros, remitiendo al hospital a todos los residentes con fiebre y síntomas respiratorios, para descartar el COVID-19, y aislando en salas de presión negativa a quienes presentaban una infección respiratoria aguda.

Los recursos y las capacidades de las unidades geriátricas de los hospitales son muy superiores a las de las residencias para ofrecer cuidados de enfermería del nivel que la epidemia requiere, en las personas mayores más vulnerables. Con ello evitaban complicaciones, como el aumento en el número de caídas, o el uso de restricciones físicas, en las personas que anteriormente eran aisladas en las residencias, a la vez que los riesgos del personal de los centros, debidos a la escasa preparación para protegerse a sí mismos. Por otra parte, los centros no admitían a ningún residente dado de alta en el hospital, sin asegurarse de que se hubiera descartado la infección por COVID-19.

El pasado 1 de abril, un grupo de 38 profesionales de reconocido prestigio en el ámbito de la geriatría y la gerontología de nuestro país, firmaba una “ Declaración en favor de un necesario cambio en el modelo de cuidados de larga duración de España” (20) abogando por aprovechar las debilidades que esta crisis ha puesto de manifiesto, para abrir un debate que permita afrontar, de una vez por todas, los retos pendientes. “Viejos retos” como la continuidad de cuidados, la coordinación entre los sistemas social y sanitario, o los obstáculos para conseguir una mayor integración de servicios. Cuando esta crisis termine será, también, el momento de emplearse a fondo para que las personas mayores que viven en una residencia, puedan ejercer, como cualquier ciudadano o ciudadana, su derecho a recibir del sistema público de salud los servicios que necesiten.


[1] De acuerdo con la normativa autonómica sobre requisitos de Acreditación de Residencias para Personas Mayores, un máximo de 28 cuidadoras o cuidadores por cada 100 residentes con un grado de dependencia III, de los cuales al menos un 70% debe poseer el título de Técnico Auxiliar en Enfermería, o Atención Sociosanitaria, aunque esta exigencia puede reducirse en localidades donde no haya suficientes personas tituladas, y 4 Enfermeras por cada 100 mayores, en ambos casos para garantizar una cobertura de 24 horas, los 365 días del año.

 


 

REFERENCIAS

  1. Actualización nº 71. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19). 10/04/2020. Ministerio de Sanidad. Secretaria General de Sanidad. Dirección General de Salud Pública, calidad e innovación. [Consultado 11/04/2020].
  2. Carless J, Phaneuf KM, Hlandky G. New state plan for nursing home tests, isolation facilities could have big impact on COVID-19 spread. CT Mirror, USA 2020, abril 9. Disponible en: https://ctmirror.org/2020/04/09/state-taps-four-nursing-facilities-to-house-residents-with-coronavirus/
  3. Cecco L. Canada nursing home reels from death of almost half its residents. The Guardian, International edition 2020, abril 8. Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2020/apr/08/canadian-nursing-home-reels-from-death-of-half-its-residents-bobcaygeon
  4. Coronavirus, Sos per 300mila anziani ricoverati in case di riposo. UECOOP. UE.COOP UNIONE EUROPEA DELLE COOPERATIVE 2020, marzo 18. Disponible en: https://www.uecoop.org/coronavirus-sos-per-300mila-anziani-ricoverati-in-case-di-riposo/
  5. Ayuso S. El angustioso recuento de ancianos muertos en residencias en Francia. El País 2020, abril 6. Disponible en: https://elpais.com/sociedad/2020-04-05/el-angustioso-recuento-de-ancianos-muertos-en-residencias-en-francia.html
  6. Radiografía del coronavirus en residencias: más de 10.000 fallecidos a falta de test generalizados. RTVA 2020, abril 4. Disponible en: https://www.rtve.es/noticias/20200411/radiografia-del-coronavirus-residencias-ancianos-espana/2011609.shtml
  7. Acuerdo de 8 de abril de 2020, del Consejo de Gobierno, por el que se toma conocimiento del informe de la Consejería de Salud y Familias, sobre la evolución de la pandemia del COVID-19 en la Comunidad Autónoma de Andalucía a fecha 8 de abril. Boletín Oficial Junta de Andalucía. Disponible en: https://www.juntadeandalucia.es/boja/2020/514/14
  8. Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia. BOE núm. 299, de 15/12/2006. Disponible en: https://www.boe.es/eli/es/l/2006/12/14/39/con
  9. Informe 2016. Las personas mayores en España. Colección Personas mayores. Serie documentos técnicos y estadísticos. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. IMSERSO.
  10. Envejecimiento y ciclo de vida. OMS. Disponible en: https://www.who.int/ageing/es/
  11. Vélez AM. Fondos, aseguradoras, ladrillo y grandes fortunas: los amos de los mayores grupos de residencias de ancianos en España. Eldiario.es 2020, abril 8. Disponible en: https://www.eldiario.es/economia/Capital-aseguradoras-ladrillo-residencias-Espana_0_1014549544.html
  12. Gardner W, States D, Bagley N. The Coronavirus and the Risks to the Elderly in Long-Term Care. Journal of Aging & Social Policy, 2020. DOI: 10.1080/08959420.2020.1750543
  13. World Health Organization. (‎2020)‎. Infection prevention and control guidance for long-term care facilities in the context of COVID-19: interim guidance, 21 March 2020. World Health Organization. https://apps.who.int/iris/handle/10665/331508. License: CC BY-NC-SA 3.0 IGO
  14. Preparing for COVID-19: Long-term Care Facilities, Nursing Homes. Centers for Disease Control and Prevention. [Consultado el 10 de abril de 2020). Disponible en: https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/hcp/long-term-care.html?CDC_AA_refVal=https%3A%2F%2Fwww.cdc.gov%2Fcoronavirus%2F2019-ncov%2Fhealthcare-facilities%2Fprevent-spread-in-long-term-care-facilities.html
  15. Documento técnico. Recomendaciones a residencias de mayores y centros sociosanitarios para el COVID-19. Versión de 5 de Marzo de 2020. Ministerio de Sanidad.
  16. Guía de prevención y control frente al COVID-19 en residencias de mayores y otros centros de servicios sociales de carácter residencial. Versión de 24 de Marzo de 2020. Ministerio de Sanidad.
  17. Recomendaciones de actuación para residencias de mayores y centros sociosanitarios para el COVID-19. Junta de Andalucía. Consejería de Salud y Familias.
  18. Actuación en centros residenciales de mayores y otros sociosanitarios asimilados –COVID-19. Junta de Andalucía. Consejería de Salud y Familias.
  19. Tan LF, Seetharaman S. Preventing the Spread of COVID‐19 to Nursing Homes: Experience from a Singapore Geriatric Centre. Journal of the American Geriatrics Society 2020.
  20. Ante la crisis del COVID-19: Una oportunidad de un mundo mejor. 65ymas.com, abril 1. Disponible en: https://www.65ymas.com/sociedad/asociaciones-de-mayores/crisis-covid-19-cambio-modelo-cuidados_14119_102.html

 

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