Solidaridad en la ciencia y la protección de los derechos fundamentales

RESEÑA
Por: Maribel Tamayo Velázquez y Ainhoa Ruiz Azarola El Grupo Europeo de Ética en Ciencia y Nuevas Tecnologías (1) publica en abril la “Declaración sobre la solidaridad europea y la protección de los derechos fundamentales en la pandemia COVID-19”. Este post es una síntesis de dicha declaración, que se puede consultar de forma íntegra en este enlace así como su traducción al español realizada ad hoc por una de las autoras de este post. La pandemia de COVID-19 plantea serios desafíos para las sociedades en Europa y en todo el mundo. El impacto económico de la pandemia ha costado a las personas sus trabajos y medios de vida, y ha comenzado a afectar al bienestar y la salud física y mental de las personas. Los actos de solidaridad que presenciamos diariamente en nuestros vecindarios, ciudades y países de toda Europa sirven como un faro de esperanza. Además, individuos, organizaciones tanto públicas como privadas, en una amplia gama de sectores, están ofreciendo su experiencia y capacidad en la respuesta por calmar esta pandemia. No obstante, parece que la solidaridad y la ayuda mutua no se ejerce por igual con “los otros” cuando no son semejantes a nosotros, personas varadas en las fronteras nacionales o personas refugiadas, p.e. Se echa en falta la cooperación entre los Estados miembros por el bien de todos. La solidaridad es más potente y significativa cuando es inclusiva y no exclusiva a aquellas personas que viven en nuestra propia ciudad, región o país.   Solidaridad con las personas más afectadas  Las desigualdades sociales marcan diferencias en el afrontamiento de la pandemia y el confinamiento. Debemos considerar especialmente los efectos posteriores de las medidas tomadas ahora, desde la recesión económica hasta el aumento de la violencia doméstica, el abuso infantil y el suicidio, así como la de medidas de apoyo inmediatas, como la asistencia financiera y psicosocial, basadas invariablemente en la idea básica de igual valor de todos los seres humanos, enraizada en una dignidad humana común. Muchas personas que han perdido sus trabajos como resultado directo de las medidas son personas trabajadoras con salarios más bajos (2), quienes brindan servicios esenciales, como la atención a nuestros niños/as y personas mayores. Para hacer frente a la profunda recesión económica que seguirá a las medidas actuales se necesitará utilizar formas de asistencia financiera proporcionadas por los instrumentos que la UE ha puesto en práctica tras la crisis financiera de 2008 – y posiblemente expandirlos. Confianza y transparencia Esta pandemia debe aprovecharse como una llamada para fomentar la solidaridad a nivel europeo y global, mediante acciones concretas, como el intercambio honesto y la puesta en común de información, experiencias, innovaciones y recursos. Que los gobiernos y sus asesores científicos hagan transparente la evidencia de sus decisiones, fortalezcan la ciencia y la investigación abiertas y cooperen internacionalmente, respetando los principios democráticos, la transparencia, la rendición de cuentas y el estado de derecho.     Fortaleciendo nuestros valores La pandemia también es un desafío a las nociones individualistas y nacionalistas de seguridad, salud y bienestar. Todos somos vulnerables y dependientes del trabajo duro, del apoyo, de otras personas. La acción inmediata y la velocidad de las medidas no deben conducir a una suspensión continua de derechos y libertades. Se pide vigilancia sobre la necesidad, la evidencia y la proporcionalidad de cualquier política e intervención tecnológica que, incluso temporalmente, suspenda los derechos fundamentales, cuidando especialmente su impacto en diferentes grupos como personas mayores, padres/madres solteros/as o niños/as en riesgo. Las excepciones a los derechos humanos, aunque en interés del bien público, deben ser temporales y, de manera crítica, deben existir criterios claros y transparentes para su suspensión. El mayor peligro, durante y después del final de cualquier «estado de emergencia» formal, es una «nueva normalidad» de derechos y libertades erosionados. Un buen liderazgo en tiempos de crisis depende de la protección y promoción de la democracia y los derechos humanos y el estado de derecho.   Investigación e innovación El COVID-19 ha unido al mundo científico a escala y con un enfoque y un enstusiasmo sin precedentes. La ciencia abierta y las prácticas de datos abiertos ahora respaldan en gran medida la búsqueda global de avances en la investigación. Los editores académicos abren sus tesoros, revistas y periódicos patentados para derribar sus muros de pago cuando se trata del COVID-19. La ciencia, la tecnología y la innovación pueden, deben y proporcionarán la ayuda que marcará la diferencia. Lo que a menudo hace la diferencia en ciencia y tecnología es la búsqueda incesante de lo que parece imposible e inviable en primera instancia. Esta pandemia ya ha proporcionado muchos ejemplos concretos de innovaciones tecnológicas que ejemplifican la falta de voluntad para aceptar elecciones trágicas en la escasez de equipos, en la funcionalidad limitada del equipo. En una semana, se han desarrollado aplicaciones que se pueden descargar en los teléfonos personales para que tengan acceso actualizado a la información de salud pública sin ubicación geográfica o seguimiento.   Salidas de la crisis Los desafíos y las consecuencias de la pandemia afectan a cada persona y a cada región de manera diferente. Sin embargo, nos enfrenta por igual a nuestra vulnerabilidad y dependencia mutua. Somos más fuertes si nos enfrentamos juntos a esta amenaza. En este espíritu, se recomienda:
    1. La protección de la salud humana tiene una prioridad mucho mayor en el sistema de valores de la Unión Europea que los intereses económicos. Los Estados miembros de la UE deben proteger la salud de la ciudadanía y ayudar a fortalecer y mantener la integridad de los sistemas sanitarios e infraestructuras públicas.
    2. Las medidas emprendidas por muchos gobiernos para proporcionar apoyo inmediato, tanto financiero como de otro tipo, a individuos, familias y empresas comunitarias, se mantienen y fortalecen, y se sugiere que se tomen medidas adicionales para mejorar la seguridad de la vivienda, en particular, en toda Europa.
    3. Solidaridad entre Estados miembros que cuentan con más y menos  recursos para la asistencia sanitaria.
    4. Salvar vidas es el objetivo más importante y urgente. Sin embargo, las restricciones de derechos y libertades que se imponen para salvar vidas en una situación de emergencia, deben eliminarse, y destruir los datos tan pronto la emergencia haya terminado o las infracciones ya no son proporcionadas.
    5. Una vez que la crisis haya terminado, las sociedades europeas deberían trabajar juntas para implementar las lecciones aprendidas durante el COVID-19, mediante una estrategia común para hacer frente a una pandemia y amenazas similares a nivel europeo y mundial. Se debe tener considerar las amenazas a la salud, a nuestras democracias, los derechos individuales y la sostenibilidad económica. Las personas más desfavorecidas socioeconómicamente son más vulnerables a las enfermedades.  Se aboga por una vacuna que proporcione resiliencia, solidaridad social y económica duradera e inmunidad duradera contra la indiferencia.
 
Referencias
  1. European Group on Ethics in Science and New Technologies (EGE). https://ec.europa.eu/info/research-and-innovation/strategy/support-policy-making/scientific-support-eu-policies/ege_en
  2. Future of Work, Future of Society, p9 : « Much of the work done today that is of key importance to the functioning of our societies (such as care work) is unpaid and often invisible in the sense that it takes place inside people’s homes and is not recognised by our institutions. ». https://ec.europa.eu/info/publications/future-work-future-society_en

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