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Trabajar con Iguales
El empleo de personas pertenecientes y representantes de la población a la que se pretende acceder, para activamente informar e influir sus hábitos de salud, se viene utilizando con entusiasmo principalmente en el área de prevención de VIH y enfermedades de transmisión sexual. Una de las mayores ventajas que presentó la educación por iguales fue poder acceder a la población joven fuera del entorno escolar, es decir, personas que por sus circunstancias sociales quedaban excluidas. La educación por iguales se ha mostrado efectiva en la prevención de conductas de riesgo de contagio de SIDA en usuarios de drogas por vía intravenosa. Esta intervención dirigida por iguales (peer-driven intervention) ha conseguido incrementar la adherencia al tratamiento de VIH en UDIs, así como un mayor uso de los servicios socio-sanitarios. Así mismo, se han empleado personas que han sido usuarios de drogas para acceder a actuales usuarios, dado que la familiaridad y credibilidad que poseen en el grupo diana facilita el contacto y la colaboración para realizar las entrevistas.
La metodología de iguales se ha empleado con éxito en el abordaje a poblaciones marginales, por lo que se ha convertido en una herramienta indispensable en la investigación en estos grupos. No obstante existen diferentes tipos de “iguales”, así como formas y situaciones preferibles para su uso. Este resumen pretende compartir la experiencia del trabajo con iguales, sus ventajas e inconvenientes, y algunas anécdotas.
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