La Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) se crea por acuerdo de gobierno el 2 de mayo de 1985. Se constituye como empresa pública, con carácter de sociedad anónima y capital fundacional íntegro de la Junta de Andalucía. Se inaugura el 19 de julio de 1985 quedando adscrita a la Consejería de Salud y Consumo. Los órganos de dirección son la Junta General de Accionistas, el Consejo de Administración, y el Consejo de Dirección encabezado por la Dirección-Gerencia de la EASP.

Es miembro de las principales asociaciones internacionales de escuelas de salud pública y de gestión sanitaria tanto en Europa como en Latinoamérica: EHMA (European Health Management Association), ASPHER (Association of School of Public Health in the European Region) y ALAESP (Asociación Latinoamericana de Escuelas de Salud Pública).

La EASP colabora con la Universidad de Granada y la Universidad Internacional de Andalucía, que reconocen como títulos propios los cursos Máster y Expertos impartidos por la institución. Gran número de universidades y organismos nacionales y de otros países mantienen también convenios de colaboración con la EASP. Sus principales clientes en la comunidad autónoma andaluza son la Consejería de Salud y Consumo y el Servicio Andaluz de Salud. La Escuela trabaja también para sociedades profesionales, hospitales y servicios regionales de salud de toda España así como para terceros países a través de proyectos de la Unión Europea, la Organización Panamericana de la Salud, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

La EASP es “WHO Collaborating Centre on Primary Health Care”.

En la EASP se integran, a través de sus proyectos de Docencia, Consultoría e  Investigación, los enfoques de salud pública y de gestión, a través de los cuales,

  • Genera nuevos conocimientos y los disemina entre los miembros de las organizaciones sanitarias.
  • Desarrolla un proceso continuo de actualización del conocimiento en respuesta a las variaciones en las demandas sociales y a la evolución de los sistemas sanitarios.
  • Identifica los conocimientos relevantes existentes en las organizaciones y los flujos de información necesarios para su transmisión.
  • Crea espacios de intercambio y circulación de la información y facilita la transferencia entre las personas que la necesitan y las que la generan.
  • Materializa el conocimiento creando productos, servicios y sistemas e implementándolos en las organizaciones.