Leer un ratito juntos

Para algunas familias leer antes de acostarse es buena idea, otras prefieren hacerlo en otro momento del día. Lo importante es que sea una experiencia agradable tanto para el niño o la niña como para la persona adulta que lee, y que se haga con regularidad.

No hace falta que el padre o la madre sea un gran lector para empezar a leer voz alta a sus hijos o hijas. Se trata simplemente de mantener una conversación sobre un libro entre el niño o la niña y la persona adulta.

Tips para la lectura interactiva con los más pequeños

A continuación os proponemos unas frases que puedes usar mientras leéis, se trata de lectura interactiva o dialógica [1]

Pero tened siempre en cuenta que estas técnicas de estímulo no tienen que agobiar, no se trata de interrogarle, sino de invitarle a que participe de la lectura.

Érase una vez…
y su historia da comienzo con tus palabras

 

«Soy la madre de Mateo. El pediatra de mi hijo me invitaba a leerle libros al niño cuando apenas tenía tres meses, me parecía una situación cómica, me sentía ridícula, pero por confianza en el médico (y por temor… porque siempre me preguntaba si le leía libros al niño) seguía su consejo. Mi hijo ha empezado a hablar pronto y desde muy pequeño ha tenido un nivel lingüístico envidiable. Cada día soy yo la que me quedo sin palabras escuchándole; y muchas veces me acuerdo de las 1.000 recomendaciones que me hacía el pediatra sobre la importancia de los libros para los niños desde la más tierna edad. Estoy muy agradecida.»

(Manetti S, et al. Strumenti per i pediatri. Medico e Bambino 3/2011)

Ideas sencillas para hacer de la lectura en voz alta un hábito agradable
  • Poner voces especiales a los personajes.
  • Usar la mímica con las manos.
  • Señalar las figuras en los dibujos.
  • Repetir palabras de uso cotidiano.
  • Ir variando el ritmo de la lectura, más lenta o más rápida.
  • Hacerle preguntas sobre los personajes, pero sin agobiar, solo como invitación a que comente algo.
  • Que el niño cuente la historia a su manera.
  • Hacer visitas a la Biblioteca pública más cercana, suelen tener espacios muy bonitos reservados para los más pequeños.
  • Poner libros a su disposición, cuantos más mejor. Si en casa no hay libros, id a la biblioteca pública.
  • Aprovechar los momentos de espera, durante un viaje, en el médico, haciendo cola.
  • Ojo, si el niño se inquieta, no insistir e intentarlo en otro momento, poco a poco.

Estimulación

  • Invitar al niño a que diga algo del libro
  • Padre/Madre: “¿Qué es esto?”

Evaluación de  la respuesta

  • Evaluar o afianzar la respuesta del menor.
  • Hijo/a: “Un camión”
  • P/M: “¡Sí!”, “¡Eso es!”

Ampliación de la información

  • Ampliar, añadir información a la respuesta o reacción del pequeño.
  • P/M: “Sí, es un camión rojo de bomberos”

Repetición

  • Repetir lo que ha dicho para asegurarnos de que el niño ha aprendido de la información adicional que le hemos dado.
  • P/M: “¿Puedes decir ‘camión de bomberos’?”

Invitaciones a completar

  • Dejar “un espacio en blanco” para que complete una rima o una frase.
  • P/M: “El camión es de color…”

Preguntas abiertas

  • Se puede llevar a cabo en libros con imágenes.
  • P/M: “¿Qué está pasando en este dibujo?”

Preguntas focalizadas

  • Hacer preguntas que empiecen por: qué, dónde, cuándo, por qué  y cómo
  • P/M: “¿Cómo se llama esto?”

 


A partir de 4-5 años

Estimular la memoria

  • Preguntar acerca de lo que ha pasado en el cuento
  • P/M: “¿Qué le ha pasado al camión rojo de los bomberos?”

Asociaciones con el mundo real

  • Relacionar lo que se ve en el libro con experiencias vividas junto al niño.
  • P/M: “Mira, una cabra. ¿Te acuerdas de las cabritas que vimos en la granja escuela?”

(Whitehurst G. Dialogic Reading: an effective way to read to preschoolers)