
La incorporación de contenidos docentes relativos a la salud comunitaria en los programas formativos de enfermería y medicina contribuye a acrecentar la calidad, el rigor y la sostenibilidad de las intervenciones comunitarias. En este artículo dialogamos sobre cómo la medicina familiar y comunitaria y la atención primaria siguen sin ser consideradas disciplinas nucleares y transversales en las facultades de medicina españolas. Durante la formación especializada médica y enfermera existe una gran variabilidad en el aprendizaje sobre salud comunitaria, dependiendo de la capacitación, las prioridades y la motivación de los profesionales de atención primaria, las unidades docentes y sus residentes. La creciente inestabilidad laboral y los actuales sistemas de contratación dificultan la puesta en práctica de las competencias adquiridas, el desarrollo de actividades comunitarias y la consolidación de espacios y redes para la formación. A pesar de las adversidades, existen iniciativas que potencian con ilusión una formación de calidad en salud comunitaria, y que merecen ser impulsadas y visibilizadas.