Que la divulgación científica ha existido y debe seguir existiendo, es un hecho irrefutable. No lo digo yo, sino que ya a principios de siglo XVI, el visionario científico Galileo Galilei, acertó de lleno a afirmar lo siguiente:
«Todas las verdades son fáciles de comprender una vez que se descubren. El asunto es descubrirlas»
En los últimos tiempos, parece ser que este hecho ha perdido trascendencia, es común que en determinados ambientes sociales y comunicativos, se le dé más importancia al contenido y tecnicismo del mensaje, más allá que a la propia trascendencia y fondo del contenido. Sirva como ejemplo la siguiente situación que puede surgir un día cualquiera, en un lugar cualquiera, en la cafetería de una facultad cualquiera:
-Pepe, camarero de facultad: «Hola María, pensaba que habías acabado la carrera. ¿Qué haces por aquí?»
-María: «Sí, pero ahora estoy haciendo mi trabajo de máster»
-Pepe: «¿Ah sí, y de qué lo estás haciendo?»
-María: «Pues verás, trabajo con los glucosinolatos o también llamados tioglicósidos que son S-glicósidos en los que la glicona es b-D-tioglucosa y la aglicona es una oxima sulfatada. El radical R es el que diferencia a los diversos glucosinatos. Además ¿sabes que se encuentran en plantas dicotiledóneas, de la familia de las crucíferas?. Es genial, porque numerosos estudios celulares en animales sugieren que tienen un papel clave en procesos que detienen la carcinogénesis y la metástasis, pero también protege a las células del desequilibrio redox que subyace al desarrollo de varias enfermedades inflamatorias crónicas». (Traka MH. Health Benefits of Glucosinolates. Adv Bot Res 2016;80:247-279.)
Después de este diálogo, yo me preguntaría… ¿Pepe, lo habrá entendido?. María hija, ¿No sería más sencillo decirle a Pepe que hay unos compuestos que están en plantas como la coliflor o el brócoli, que se han descubierto tienen un papel protector para detener el avance de determinadas enfermedades como el cáncer? Es lo mismo, pero de otra forma más sencilla. Es lo mismo, pero de manera que Pepe pueda plantearse incorporar las crucíferas en su dieta. En definitiva… Es lo mismo, pero no es lo mismo.
Quizá es una situación un poco exagerada, pero como profesionales siempre tendemos a trasladar un mensaje con un vocabulario muy técnico; porque hay que ser sinceros… Si no parece que no sabemos de lo que estamos hablando y que nos han dado el título en la feria… Esto es lo que yo pensaba justo hace un año. Por suerte, me topé de lleno con un concurso que se celebraba en la Universidad de Granada llamado «3 Minute Thesis». Este concurso consistía en explicar tu tesis doctoral en 3 minutos, pero de forma amena, con un lenguaje accesible para el público en general, y lo más complicado en sólo 3 minutos.
Y es que yo, inmersa en mi síndrome metabólico, en regresiones logísticas, ANOVAs, intervalos de confianza y micronutrientes revoloteando en mi cabeza diariamente; no me había dado cuenta de que cuando intentaba explicarle a mi vecina Encarna en qué trabajaba, la mujer no se enteraba absolutamente de nada.
«Lo cualo niña»– Cara resumen de mi vecina Encarna
Es por eso que ví presentarme a ese concurso como una oportunidad. Después de un curso intensivo, donde la premisa fue: «DIVULGAR ES RENUNCIAR». https://canal.ugr.es/noticia/i-plan-divulgacion-cientifica/. Aprendí que mi tesis podía ser contada como un cuento, donde lo principal era que la gente entendiese que aunque en España hay obesidad, la población está desnutrida y que esto se debe a numerosos factores. Os dejo un trocito de mi intervención (podéis reiros de mi pronunciación, yo lo hago cada vez que me veo, jajaja). https://www.youtube.com/watch?v=uBWRZT1s-6I
Oye pues ni tan mal, logré colarme en la final… https://canal.ugr.es/noticia/doctorandos-final-3-minute-thesis-la-ugr/. Pero sobre todo, ahora sé como contarle a mi vecina en qué trabajo y que ella empiece a cuidar su alimentación un poco más. Y es que, la divulgación es precisamente eso. Un hilo conector para que se produzca una transferencia de conocimiento y el pueblo pueda beneficiarse de él.
Es por eso que, la divulgación es una herramienta necesaria e imprescindible en Salud Pública, más aún si lo que pretendemos es realizar estrategias de Promoción de Salud. Es un deber y obligación que la población esté informada de los últimos avances científicos, ya que todo lo que se hace en nuestro campo, está destinado a mejorar la salud de la población. No tiene sentido publicar en revistas de alto impacto, si luego los principales beneficiarios de nuestras acciones están al margen; y lo triste es que suceda porque nosotros como profesionales no seamos capaces de bajar al mundo real y hacer que estas personas se empapen de nuestro conocimiento, para que sean libres y conscientes de las decisiones que toman en lo que a su salud concierne.
Existen numerosos medios para poder hacerlo. Desde la Universidad de Granada optan por jornadas, cursos abiertos, entrevistas radiofónicas, prensa visual o escrita… https://fciencias.ugr.es/divulgacion-cientifica-permanente. Todas ellas tienen una puesta en escena divertida y dinámica, que hacen que la sociedad granadina pueda involucrase y participar en lo que en su ciudad se investiga. Otros medios que a mí personalmente me gustan mucho son las charlas y el blog de NAUKAS http://naukas.com/. Donde de una manera distendia, con humor pero sobre todo con mucha ciencia tratan diversas temáticas. Yo siempre me decanto por la temática de nutrición (lo siento, es un fallo personal de serie…) y cómo son capaces de desmentir mitos alimentarios enlazándolos con temas de actualidad https://www.youtube.com/watch?v=0oFlEEHATj8.
Otros formatos distendidos son las charlas TEDtalks o el famoso concurso FameLAB si no los conocéis, os animo a que veáis los numerosos vídeos en clave de humor de distintas temáticas científicas que se alojan en sus servidores.
Para que no nos pase como a muchos representantes que pululan, hablando sin decir nada a ojos vista de la sociedad…
Seamos conscientes de que existen necesidades reales y que hay numerosos recursos disponibles a nuestro alrededor para que la ciencia no muera en un cajón, sino que viva en cada palabra que nosotros traslademos. Me despido con una frase que ilustra lo que he querido compartir en esta entrada, del genial y recientemente genio fallecido Stepehen Hawking.
«En una sociedad democrática, los ciudadanos necesitan tener unos conocimientos básicos de las cuestiones científicas, de modo que puedan tomar decisiones informadas y no depender únicamente de los expertos”.
Naomi Cano.