El acelerado envejecimiento de la población en Andalucía, impulsado por la mayor esperanza de vida, impone una carga económico-financiera y de organización de recursos a los sistemas social y sanitario, por una mayor demanda de servicios mantenida en el tiempo. Las enfermedades crónicas se han convertido en las principales causas de muerte, tras años de atención, padecimiento y discapacidad, y representan el mayor porcentaje de los gastos de la atención médica. A estas situaciones se suma el aumento progresivo de fragilidad y deterioro cognitivo, asociados al envejecimiento poblacional.
En este contexto, la atención residencial a las personas mayores se ha planteado como una alternativa a las necesidades de cuidado y apoyo en las rutinas cotidianas. En Andalucía, existen 648 residencias para personas mayores y aproximadamente 44,842 plazas residenciales. De estas plazas, el 62% son de financiación pública y el 38% de financiación privada. La heterogeneidad en la atención sanitaria y social en centros residenciales que reciben las personas mayores en los centros residenciales ha llevado al Servicio Andaluz de Salud a plantear la necesidad de actualizar las competencias profesionales del personal de enfermería que pueden favorecer la aplicación de los procesos asistenciales bajo el enfoque de la atención centrada en la persona.