Hace unos escasos minutos he visto un vídeo publicado en la red social Facebook de un famoso cómico español que no me ha sido indiferente. En el sketch, había un paciente que acudía a la consulta médica en busca de una solución a su remedio; el médico como tratamiento a su problema le decía en primera instancia: “Mucho reposo y buenos alimentos”, sin embargo al cabo de un instante cambiaba su tratamiento y le instaba a “Hacer mucho ejercicio y comer muy poco”. Aunque se trata de un episodio de ficción, lamentablemente es muy común, que los pacientes no sepan manejar un tema tan importante como su propia alimentación y que su mente esté llena de mensajes ambiguos y contradictorios.
Trabajo en un estudio de Investigación Nacional donde nuestra población tiene Síndrome Metabólico y nuestro fin es la prevención de la enfermedad cardiovascular a través de una dieta saludable y un estilo de vida activo. Tras 3 años pasando consulta (prestada) en centros de atención primaria de la provincia de Granada, he conocido muchos testimonios. Hace poco, un señor me trató de loca por recomendarle tomar como postre fruta…
– “Pero señorita, soy diabético ¡Yo no puedo tomar fruta porque tiene mucho azúcar!”
– “Bueno y entonces ¿Qué suele tomar de postre?”
– “Un café con leche desnatada y miel y 3 galletas Digestive. Yo tomo eso, porque la miel es muy buena sabe usted, porque es natural…y las galletas dicen que tienen mucha fibra y son para diabéticos porque no tienen azúcar”.
Cuando día tras día y paciente tras paciente me llegan mensajes de este tipo, me planteo lo mismo… ¿No hay ningún profesional sanitario que a este señor le haya explicado que está en lo incorrecto? Y ante la negativa de la respuesta mi indignación aumenta.
Que la alimentación está relacionada con la salud y la esperanza de vida ya era conocido en civilizaciones antiguas, este hecho quedó plasmado en la mítica frase “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento”, atribuida a Hipócrates. Más tarde, Lalonde, a principios de los años 80 identificó el estilo de vida y con ello la alimentación, dentro de uno de los 4 grandes determinantes de salud. La OMS, en el año 2002 aseguró que de los 10 riesgos actuales para el desarrollo de la enfermedad, 6 estaban relacionados directamente con la alimentación y en su informe publicado en 2004, aseguró que una correcta alimentación podría prevenir enfermedades crónicas no transmisibles como la enfermedad cardiovascular (80%) y el cáncer (30%). En España, el 60% de los adultos tienen sobrepeso u obesidad, pero sin embargo es el único país de Europa que no tiene la figura del nutricionista en sanidad pública.
Cuando visualizaba el vídeo de Carlos Álvarez-Dardet sobre epidemiología política, no encontraba en sus palabras un resquicio en el que la profesión del nutricionista o simplemente un estilo de vida saludable se viesen amparados. En el curso también pudimos ver como Luis Andrés López Fernández, nos informaba sobre los mecanismos para poder mejorar la salud. De acuerdo con los preceptos de ese vídeo, te propongo una breve reflexión sobre si en realidad se está haciendo algo por la promoción de un estilo de vida saludable en nuestro medio…
- Políticas públicas; es decir hacer fácil lo sano. En España, no es fácil (ni económico) llevar una dieta saludable; sino intentad llenad un carrito de la compra con fruta y verdura, y otro con bollería industrial, bebidas azucaradas y precocinados. ¿Cuál sale más barato? ¿Qué productos se anuncian más?
- Crear ambientes favorables. Sólo hay que echar un vistazo a nuestro alrededor, ¿Cuántos carriles bici o parques tienes al lado? ¿Cuántas actividades relacionadas con la actividad física se promueven desde administraciones públicas?
- Desarrollar aptitudes individuales: Las aptitudes individuales se diluyen a merced de la publicidad y de agresivas promociones de la industria alimentaria (multimillonaria) en la que una escasa legislación hace mella sobre ellas. ¿Nunca has pedido una Coca-cola light porque estabas a dieta? ¿No le has comprado a tus hijos unas galletas Dinosaurus porque la Asociación Española de Pediatría (AEP) las avala?
- Reorientación de los Servicios de Salud: Volviendo al hilo conductor del post ¿Cuántos profesionales de la nutrición tienen una consulta en atención primaria?
Cuando veo a estos pacientes, conociendo su estilo de vida y sabiendo que en la mayoría de los casos son ellos los que se encargan del cuidado de sus nietos, la teoría del río de la vida adquiere más relevancia; y es que en la infancia las elecciones erróneas llevadas a cabo por los adultos encargados de la alimentación de esta población; pueden suponer que un futuro no muy lejano, la prevalencia de las enfermedades crónicas aumente y con ello el coste de la asistencia sanitaria. Quizá sea en ese momento, cuando el rancio pensamiento actual sobre la organización sanitaria, crea necesario que los nutricionistas sean los encargados de manejar esta ardua tarea y ocupen el papel que les corresponde impulsando políticas saludables y educando en nutrición a la población.
Como decía Ramón y Cajal, “Nadie me inspira más veneración y asombro que un anciano que sabe cambiar de opinión”. Esperemos que así sea.
Naomi Cano Ibáñez.