Mi hij@ se opera, cómo se lo explico?
Acabamos de salir de la consulta del médico, después de habernos informado del diagnóstico y del tratamiento quirúrgico que nuestro hijo necesita. Ahora es cuando me vienen a la cabeza preguntas como: ¿qué hago para explicárselo?, ¿cómo lo llevo al hospital sin que se angustie?, ¿cuál es la mejor forma de despedirme de mi hijo cuando pase el quirófano?. Estas y otras muchas preguntas inundaran nuestras cabezas y nos generarán una vivencia del proceso quirúrgico lastrada por la ansiedad y la preocupación ante lo desconocido.
Solemos anticipar acontecimientos que todavía no han ocurrido, nos encerramos en nuestros miedos, centrándonos en lo que queremos evitar y nos desgastamos física y psicológicamente sin dejar que aflore la racionalidad y lo positivo, factores que nos permitirían afrontar la cirugía y su posterior recuperación de forma óptima con el fin único de continuar con una buena y rutinaria calidad de vida familiar. Esto se podría ver englobado dentro de un enfoque patogénico o lo que se derivaría en un modelo culpabilizador, no afrontamos el proceso desde el punto de vista de lograr una liberalización en los activos de salud y lógicamente los padres, ante esa falta de información se centran en lo patológico.
Hemos detectado que existe una relación importante entre los determinantes sociales, concretamente los referidos al estilo de vida y el comportamiento del paciente y familia y la posterior recuperación del proceso quirúrgico.
Centrándonos en los aspectos de alimentación, educación y escala social, como determinantes sociales que inciden directamente en la promoción de la salud, actuamos transmitiendo hábitos alimenticios saludables y facilitando información sobre pautas de actividad física básicas. Aspectos muy importantes y con suficiente evidencia científica en el grupo poblacional con el que trabajamos, edad pediátrica.
Activamos valores educacionales y de respeto hacia los demás, haciendo hincapié en el respeto al profesional sanitario y en el respeto a la institución como garante de la salud.
Nosotros trabajamos con la finalidad de aportar un ambiente saludable, promocionando y formando en conductas que alivien el stress familiar derivado del procedimiento quirúrgico y a la vez buscamos la complicidad de familias y pacientes para ser gérmen del cambio en su comunidad.
En este contexto de pérdida del bienestar emocional, en lo que a la unidad familiar se refiere y de adaptación y acomodo al sistema de salud, entendido este como un espacio agresivo para nuestro hijo pero necesario para recuperar su integridad personal es cuando muchos padres necesitamos asesoramiento en el proceso quirúrgico y para ello en mi hospital hemos habilitado el HOSPITAL DE DÍA QUIRÚRGICO.
Este es nuestro activo en promoción de la salud, un espacio orientado a gestionar la salud positiva, buscando la participación de las familias, enfocando nuestra labor a conseguir equidad y orientación hacia los determinantes, con una meta clara, influir en procesos generadores de salud.
Nos encontramos con la necesidad de transmitir nuestra visión del hospital a una familia y su hij@ que vienen atemorizados, hemos de transmitirles y hacerles efectiva la capacidad de tener resiliencia. Comprobamos todos los días desde nuestra práctica clínica que los niveles de ansiedad ante lo desconocido, cuando el paciente está en edad pediátrica, son mucho más elevados que cuando el paciente es adulto.
Solemos realizar actividades que incidan directamente en promoción y educación en aspectos como el manejo del dolor, en hábitos de higiene, así como en el cuidado y manejo de la herida quirúrgica.
Centrándonos en la fase de orientación al desarrollo de las aptitudes individuales, aptitudes que focalizamos al entorno familiar, que es el eslabón primario que actuará para conseguir el restablecimiento de la salud en positivo. Tenemos identificadas actuaciones de control y seguimiento sobre el entorno familiar, buscando monitorizar el nivel de compromiso de este, en el cuidado del paciente quirúrgico pediátrico. Estas actuaciones se realizan utilizando el soporte telefónico y la asistencia a citas de revisión, como elementos para obtener información.
Todo lo que pretendemos conseguir es proporcionar condicionantes positivos (cercanía profesional, accesibilidad institucional) que refuercen las actividades de promoción de la salud y que consigan crear un sentido de la coherencia que se vea directamente abocado al desarrollo del empoderamiento de la unidad familiar.
Como resumen, la frase que cito abajo, estamos intentando liberarnos del modelo encorsetado que respiramos a nivel hospitalario y poniendo nuestro granito de arena mirando a lo que hacéis los demás en atención comunitaria.