Análisis de la situación y marco teórico de la Estrategia
Según el Observatorio Europeo de drogas y toxicomanías, España es de los países europeos donde más drogas legales e ilegales se consumen. El consumo de sustancias psicoactivas es uno de los problemas de salud pública con una mayor incidencia entre los adolescentes. La encuesta sobre alcohol y drogas en España (EDADES) para el período de 1995-2013, describió que las drogas más consumidas entre los adolescentes son las bebidas alcohólicas (inicio consumo a los 17 años), seguido del cannabis (19 años), existiendo diferencias según sexo, donde se confirma un mayor consumo entre los varones.
Las causas del inicio del consumo entre los adolescentes, se deben a diversos factores, diferenciándose entre aquellos correspondientes al propio sujeto, tales como el: autocontrol y la búsqueda de nuevas sensaciones. Por otro lado existen factores externos al individuo como nivel educativo, características demográficas o relaciones familiares. Esta problemática por tanto no sólo afecta al adolescente, sino que implica todos los sistemas de relaciones tales como su hogar, sistema educativo y la comunidad. Siendo por todos conocido que el consumo de sustancias psicoactivas, se relaciona con el uso recreativo de las mismas, influenciado bajo el prisma de determinados factores sociales entre los que se incluyen prácticas culturalmente aceptadas por la comunidad.
Sin embargo, pocas veces nos hemos planteado cómo se percibe el papel de la comunidad educativa por parte de los adolescentes en cuanto al consumo. Aunque, la educación siempre se ha considerado un factor protector, si el mensaje no funciona adecuadamente, entonces podría convertirse en un factor de riesgo, produciéndose un incremento de la curiosidad o reforzando creencias o mitos que promueven el consumo o subestiman las consecuencias del consumo de dichas sustancias.
A mi modo de entender la estrategia preventiva, ésta debe tener como remisa la implementación de estrategias que impacten positivamente en los adolescentes, más allá de la transmisión de la información, realizando un enfoque basado en que el consumo de drogas es el resultado de una decisión personal y que los individuos que eligen no consumir, toman una decisión basada en la utilización de herramientas que les permiten desarrollar habilidades personales para afrontar las presiones sociales en los entornos recreativos. Para ello, la estrategia de prevención ha de centrarse en educar, formar y brindar alternativas en los tiempos libres que fomenten la socialización.
Como decía Benjamin Franklin “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”.
De acuerdo a lo anteriormente expuesto, planteo una estrategia teórica basada en la prevención en el nivel educativo y en el tiempo libre, para que ambos espacios sean determinantes en cuanto a la posibilidad de ofrecer herramientas que permitan a los jóvenes negociar con asertividad su relación con las sustancias psicoactivas.
Formulación de objetivos
Objetivos Generales:
- Enfatizar en las competencias emocionales y en habilidades como la empatía para de esta forma capacitar a los adolescentes en el consumo y los comportamientos problemáticos tras su ingesta.
- Apoyar a los adolescentes en el proceso de maduración personal y social, para que sean capaces de tomar decisiones basadas en elecciones individuales. https://www.youtube.com/watch?v=JndZ3y-KVLQ
Objetivos Específicos:
- Promover actitudes responsables hacia la propia salud (bienestar emocional, social y físico)
- Aprender estrategias para el abordaje ante situaciones de peligro (influencia del grupo, aburrimiento, experimentación…)
- Potenciar la capacidad de autocontrol e incrementar las habilidades sociales del adolescente.
Medidas y Actuaciones: La intervención educativa
El desarrollo de habilidades sociales y la toma de decisiones como estrategia de prevención en el consumo de estas sustancias, se fundamente en la teoría de Inteligencia Emocional desarrollada por Mayer y Salovey (1997), fundamental para comprender ¿Qué hace que un joven tome la decisión de iniciarse en el consumo y otro del mismo grupo elija no hacerlo?, para ello realizaría una intervención basada en la toma decisiones y la resolución de problemas, donde relacionaría la inteligencia racional con la social, centrándome en la realización de sesiones individuales tras una evaluación del alumnado, y por otro lado en talleres colectivos. La intervención la debería realizar un equipo multidisciplinar (psicología, enfermería, terapeuta ocupacional, entre otros).
- Intervención individual: Acompañamiento personal y de apoyo en situaciones problemáticas: relaciones familiares, bullying, absentismo escolar… Entrenar con los adolescentes habilidades personales (control del impulsos, presión grupo, autoestima). Apoyo en la gestión y uso del tiempo libre y el ocio.
- Intervención grupal: Talleres para adolescentes, donde ofrecer un espacio de encuentro para que puedan compartir sus experiencias, emociones… y trabajar de manera colectiva temáticas centradas en la ocupación de su tiempo libre y su realidad escolar.
El contenido del programa de prevención debe ser presentado de forma que el estudiante reflexione acerca de lo que se le expone y que a través de ese mensaje, visibilice las alternativas para la socialización y uso del tiempo libre.
Así mismo, la conexión con otros servicios de prevención de la comunidad educativa (Departamento de orientación al estudiante) y también de la propia Comunidad (Ayuntamiento: creación de espacios deportivos, entradas gratuitas a musicales, cine, teatro…), Creación de asambleas de estudiantes para escucha activa de sus coetáneos… implicarían a la comunidad y ofrecerían alternativas al consumo de sustancias.
Seguimiento y Evaluación
Como se ha comentado en este diploma en muchas ocasiones, lo ideal en un equipo de trabajo para la intervención en promoción de la salud, es realizar un seguimiento y evaluación. Para ello se deben acordar estándares de calidad, en relación a los indicadores y criterios usados en este procedimiento; para ello la programación ha de ser flexible y adaptada a la realidad que se contemple, siendo supervisado el seguimiento tanto por el equipo multidisciplinar, el equipo directivo/educativo del centro escolar como de los propios adolescentes.
De esta forma se podría realizar una evaluación de los procesos, bien preguntando a los propios adolescentes objeto de la prevención o con la utilización de auditorías externas que controlasen que las actividades planificadas se realizan según la previsión propuesta. Por otro lado se podría efectuar una evaluación de resultados, para ello se podría preguntar a los adolescentes a través de encuestas estructuradas qué les parecía el programa de prevención llevado a cabo, pero no sólo evaluando (si tomas o no tomas drogas) sino en un sentido más amplio (relaciones familiares, bienestar emocional, social…) esa evaluación individual se debe centrar específicamente en el área familiar, área social y área de ocio y tiempo libre.
Así mismo también se les podría realizar esta evaluación a las asambleas de estudiantes, familiares, profesores… que indirecta o directamente habían participado en el programa; es indispensable bajo mi punto de visa, la variedad de información recogida a través de diversas fuentes y la realización de una evaluación a priori (antes de comenzar con la intervención) y a posteriori (una vez se ha hecho la intervención) para así tener constancia de los resultados del seguimiento y la evaluación del programa tomando un punto de referencia.