Llevo varios días pensando en cual puede ser mi aportación en el blog como actividad de este módulo, la comunicación en un tema tan apasionante como la promoción de la salud. Como pensamientos disruptivos que aparecen en una sesión de mindfulness me aparecen varias ideas, hasta hoy, ya rozando el plazo de entrega no he sido capaz de ponerme a escribir algo coherente.
Esta semana he tenido la oportunidad de compartir espacio y tiempo con un grupo de sabios en participación comunitaria. Se ha organizado un taller práctico de participación comunitaria multidisciplinar en la escola balear de administración pública. He tenido el privilegio de ser una de las “docentes”. Entre todos se ha creado un ambiente de trabajo propicio para la deconstrucción de creencias para reconstruir saberes, respetando las opiniones, ritmos y experiencias de diversas procedencias. Algo difícil de conseguir, que requiere la disposición de todos.
Volviendo a la comunicación, me he acordado de una amiga que me ha enseñado a mirar el lenguaje corporal de las personas y saber cuando hay discrepancia entre el lenguaje verbal y el no verbal. Hoy he sido consciente de cómo íbamos compenetrándonos cada vez más como grupo, hasta el hecho de que del propio grupo ha salido la iniciativa de crear un grupo de WhatsApp para seguir compartiendo saberes, aprovechando una de las oportunidades que nos brinda las redes sociales. En la dinámica “Blanco y Negro”, en un momento dado, en un momento dado les hemos pedido el cambio de rol. Los participantes nos han solicitado un cambio de posición corporal para poder asumir ese rol y entrar de lleno en la dinámica. El debate que se ha creado ha sido tan enriquecedor y constructivo que han acabado creando las bases de una intervención comunitaria con un grado de participación compartida, mucho más allá del objetivo de la dinámica.
Volviendo a la comunicación, reflexiono ahora sobre lo comentado el martes en la sesión golfa de este módulo, he entendido que compartir en los medios sociales (con la autorización de los integrantes del grupo) la experiencia, conclusiones… puede hacer que lo aprendido llegue más lejos y a más gente. También puede ser una estrategia para «vender» tu producto en pro de la salud comunitaria más allá de las personas a las que llegas directamente. Personalmente hago una evaluación con las fotografías que voy recogiendo en el curso, que voy colocando-retocando para después hacer un video con ellas, y así resumir el taller en un par de minutos como mucho. Este video lo comparto con los asistentes del taller y lo difundo en redes sociales si me dan su consentimiento. Viene a ser una curación de los contenidos del taller a través de la fotografía… Curiosamente estos son los contenidos que mejor funcionan en las redes sociales.
Por último, me gustaría compartir una última reflexión… esta semana también he descubierto zoom utilizado para sesiones de refuerzo en un taller de mindfulness. La videoconferencia para reflexionar sobre meditaciones en un grupo no consolidado como tal no nos ayudó a conectar como grupo demasiado… Es cierto que es una solución intermedia, entre no hacer el curso y hacerlo totalmente presencial con instructores de fuera, que nos dan las nuevas tecnologías, pero no todo vale. La importancia de utilizar según el objetivo de comunicación y target el medio social adecuado, para ello nos ayudan las estadísticas sobre usos de redes sociales, tenemos varias fuentes, la primera son las de IAB, en breve se presentaran las estadísticas del 2018 y en temas de salud los estudios de red.es, destaco el big data en salud digital y e-sanidad .
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