Al igual que en otros espacios de la vida, en promoción de la salud se puede tener la sensación de que las cosas que se hacen son por inercia o por que hay que hacerlas. Por tanto, es importante revisar los principios de los que partimos y hacia los que vamos.
Hace ya 40 años los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud se reunieron con motivo de una conferencia internacional en Alma-Ata, para adoptar un acuerdo sobre la atención primaria de salud, como la estrategia para alcanzar la salud para todos en el 2000.
En los años 70, Aarón Antonovsky definió uno de los modelos más influyentes para la comprensión de las variables y procesos que explican la salud humana, el modelo salutogénico, facilitando las claves para el desarrollo de la salud pública actual.
La primera Conferencia Internacional para la Promoción de la Salud, tuvo lugar en Ottawa el 21 de Noviembre de 1986, con el objetivo de “Salud para todos en el 2000” y para dar respuesta a una creciente demanda de un nuevo concepto de salud pública a nivel mundial. Los puntos de acción más importantes para la promoción de la salud, que se describen en la Carta de Ottawa, van dirigidos a la elaboración de políticas saludables, fortalecimiento de la acción social en salud, a la creación de ambientes favorables para la salud, al desarrollo de aptitudes individuales en pro de la salud y a la reorientación de los servicios de salud.
La promoción de la salud, es un área de la salud pública, que permite que las personas tengan un mayor control de su propia salud, proporcionándole los medios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma. Se dirige a:
- A disminuir los riesgos
- Hacia la transformación positiva de las condiciones de vida.
- Hacia mecanismos de decisión colectiva y de producción de las decisiones sociales
- Mejorar las condiciones de vida de una población.
- A las transformación de los procesos individuales de toma de decisiones para lograr que sean favorables a la calidad de vida y a la posibilidad de salud.
El enfoque de la salud pública está cambiando hacia una salud publica positiva, se está reorientando hacia una forma de ver las acciones en salud focalizando en lo biopsicosocial y en aquello que hace que las personas, las familias y las comunidades aumente su control sobre su salud. En este modelo toma valor el concepto de activos en salud que se define como cualquier factor o recurso que potencie la capacidad de los individuos, de las comunidades y poblaciones para mantener la salud y el bienestar.
Existen dos miradas una centrada en el déficit y otra en activos de salud, ambas puede compensarse. Para ello tenemos de dejar de hacer para poder hacer:
DEJAR DE HACER
- Abandonar el rol paternalista en la atención sanitaria.
- Medicalizar los malestares de la vida cotidiana
- Culpabilizar a las personas de su estado de salud
- Creernos los protagonistas de los procesos sin contar con la ciudadanía
- Adoptar roles profesionales demasiado voluntaristas.
HACER:
- Defender la salud como derecho de los individuos
- Formarnos en un abordaje integral de los problemas que nos podemos encontrar en nuestras consultas.
- Indicación social de los recursos comunitarios y activos en salud
- Buscar la participación y el empoderamiento de las personas a las que atendemos.
El proceso de integración de las actividades de promoción de la salud en la atención primaria, no ha alcanzado un grado óptimo de desarrollo. Tenemos que tener en cuenta que para el desarrollo de la promoción de la salud son imprescindibles:
- Un modelo teórico con solidez
- El que tenga un contenido definido y repetible
- Eficacia conocida y relevante de las intervenciones.