Dr. Knock o el triunfo de la medicina

«Las personas sanas son enfermos que se ignoran»

(“Dr. Knock o el triunfo de la medicina”, Jules Romains, 1923)

Si alguien se asoma a un aula de un centro cualquiera de un día cualquiera, ¿qué espera encontrar?.Pues oiga lo normal: mesas, sillas, pizarras, proyector y pantalla grande. “Tecnología punta” con el que cada docente exhibe su saber particular ante un alumnado ávido de conocimiento. Si el pasado 10 de junio alguien se hubiera asomado al aula 4 de la Escuela Andaluza de Salud Pública no le habría sido muy difícil intuir que algo era diferente. En lugar de docentes había actores, en lugar de alumnos había público, en lugar de tomar apuntes había que apagar los móviles: empieza la función.

El objetivo de la última sesión i-deo fue precisamente ese: compartir la utilización de un formato docente diferente basado en la narrativa y en la representación de una obra de teatro. Dice Íñigo Marzabal que cuando la emoción entra por la puerta la razón salta por la ventana. Somos narrativos por naturaleza y, por tanto, el acceso a la realidad y al conocimiento está incompleto si solo accedemos a descripciones objetivas y científicas, así que ¿por qué no aprender de las historias? ¿por qué no representar una obra de teatro en un aula? Las narraciones nos obligan a discutir y a deliberar. A través de sus personajes nos llegan modelos que rechazamos o con los que nos identificamos, cualquier posición es válida para el aprendizaje siempre que esté suficientemente argumentada. Y para hacer esto, ¿sirve cualquier narración? Rotundamente no. La película, relato u obra de teatro que forme parte de un programa docente deberá cumplir una característica básica, presentar personajes con sus virtudes y contradicciones lo suficientemente ricos que nos obliguen a discutir y deliberar. La elección de “Dr.Knock o el triunfo de la medicina” tiene todas esas aristas. Esta obra la escribió Jules Romains durante el año 1923. La obra se estructura en tres actos. En el primero de ellos se presenta a los personajes, el contexto en el que se va a desarrollar la obra y la venta del consultorio del Dr. Parpalaid al Dr. Knock. El segundo acto da cuenta del “método científico” del que alardea el Dr.Knock que no es otro que, junto con el pregonero, profesor y farmacéutico, diagnósticar, etiquetar y tratar a la población de Saint Maurice sin ningún criterio más que el propio beneficio. Y ya en el tercer y último acto, el Dr. Parpalaid regresa al pueblo de Saint Maurice donde se encuentra una realidad totalmente diferente de la que dejó al principio de la obra, toda la población ha pasado de estar sana a estar enferma. Se puede hablar por fin del triunfo de la medicina.

Este sugerente y desgraciadamente argumento aún vigente en muchos procesos de medicalización, produjo un intenso debate entre actores (a modo de docentes) y público (a modo de alumnos).

El trabajo que realizaron los actores Javier Parra, Nerea Cordero y Ales Furundarena de la compañía “Proyectos Personales” fue magnífico. Se metieron en la piel de los personajes y reinterpretaron la obra para hacernos sentirnos a la vez pacientes, a la vez profesionales, a la par ingenuos, a la par manipuladores. No todos los días se tiene la oportunidad del directo y la posibilidad de llevar el teatro al aula pero si se da con una buena obra, y una buena puesta en escena, no hay que dudarlo.

Como el propio Dr. Knock afirma: “Caer enfermo”, idea antigua que ya esta superada ante los datos de la ciencia moderna. La salud es una palabra que debería ser borrada de nuestro vocabulario. Naturalmente si ud. les dice que gozan de buena salud, ellos no desean otra cosa que creerle. Pero les engaña”.

 Pues dejémonos “engañar”, eso sí, por el teatro que puede romper el esquema docente y abrirlo a uno más ancho en el que se mueven las historias de personas como tú y como yo.

Maite Cruz
Escuela Andaluza de Salud Pública