Alcohol y Profesorado: medidas educativas (principalmente) y sancionadoras (multa a padres de adolescentes, en general si)

En un estudio que hicimos sobre la percepción de diferentes grupos profesionales y poblacionales sobre el alcohol y los adolescentes, preguntamos al profesorado. Y estas son algunas de las conclusiones que sacamos:


­ La posibilidad de multar a los padres y madres de menores que consuman, es considerada una buena medida, aunque comentan diferencias sobre la efectividad de una norma de este tipo.

l La posición predominante respecto al consumo de alcohol desde el punto de vista del profesorado, es de una total normalidad y permisividad respecto al mismo. Se produce una extensión de la conducta ante la permisividad existente a todos los ámbitos, familiar, educativo, social… La tolerancia y permisividad social se convierte en un elemento facilitador del consumo de alcohol en algunos adolescentes.

Ante tanta normalidad, se denota una pasividad de las familias al considerar que se trata de n hábito normal y aceptable.

l De igual forma, se aprecia la laxitud de la sociedad ante tales hábitos, siempre y cuando no se sufran los efectos del consumo de alcohol en la calle: ruidos y suciedad

El consumo de drogas SI que se percibe como un problema serio, mientras que NO LO ES, el consumo de alcohol.

A algunos profesores, les preocupa el fácil acceso de los y las menores a productos alcohólicos, especialmente en cuanto a:

· la falta de control respecto a la venta y consumo

· la pérdida de valores

· la no asunción de unas mínimas normas de actuación

Algunas de las personas entrevistadas, muestran mayor preocupación respecto a la evolución futura del problema, entendiendo que en la base del mismo se encuentran factores estructurales que pueden generar consecuencias más graves a largo plazo.

Los y las docentes proponen que, al igual que se ha normalizado el consumo de alcohol en nuestra sociedad, se tiene que iniciar un proceso de “normalización de las normas”.

En general, el profesorado opina que es tan necesario educar como sancionar. En esa línea, apuntan que en la información preventiva y en la educación continua debe fundamentarse el cambio.

En opinión de las personas entrevistadas, la imposición de medidas educativas, formativas o de servicio a la comunidad, pueden ser más eficientes que una sanción económica. Medidas como visitar a enfermos a consecuencia del alcohol, a accidentados, a asociaciones de asistencia a alcohólicos, o que los jóvenes hagan trabajos para la comunidad, como la limpieza de calles afectadas por el botellón, gozan del visto bueno de los y las docentes.

Trabajar en equipo valdría por 2 en el programa de metadona #24h24p

Un aspecto que determina en gran medida no solo la motivación y actitudes de los profesionales, sino también la calidad de la atención, es el nivel de organización y coordinación de los distintos equipos de trabajo que participan en el Programa de Tratamiento con Metadona. Por lo general, casi todos los profesionales entrevistados presentan una valoración positiva al respecto.

Es éste el caso del personal integrado en los equipos terapéuticos y en dispositivos de acogida como los pisos de apoyo al tratamiento y la reinserción y los centros de día. Esta situación se ve facilitada por el hecho de que:

por lo general se trata de equipos pequeños

realizan su actividad en recursos específicos de drogodependencias

con un reparto claro de responsabilidades y tareas

una persona asignada a la coordinación del equipo y

una planificación de reuniones periódicas o a demanda para discutir e intercambiar información sobre los usuarios/as acogidos al recurso.

Sin embargo, son estas condiciones que no suelen darse en los equipos que realizan la dispensación en los centros de salud, con el impacto negativo que ello conlleva sobre los resultados del Programa de Metadona. La ausencia de una organización y unas directrices claras se reflejan en las diferencias de los distintos centros en la organización de la dispensación. Mientras que en algunos centros todo el personal de enfermería dispensa de acuerdo a los usuarios/as asignados por el sistema de cupos, en otros esta labor corresponde a una o varias profesionales que se van turnando con las desventajas que ello conlleva para conocer y hacer un seguimiento más cercano de los usuarios/as.

Esta falta de coordinación y trabajo en equipo se asocia igualmente con episodios de violencia e intimidación. Según los testimonios recogidos, al no existir unas pautas comunes de actuación, unas directrices compartidas entre todos los profesionales del centro, algunos usuarios/as aprovechan la situación para manipular al personal que dispensa.

“Es verdad que son un grupo de usuarios manipuladores y claro, si no se unifican criterios desde la asistencia que se dan en un centro de salud, por ejemplo los horarios, pues ellos saben a quien tienen que ir para conseguir lo que quieren. Si hay un criterio común y seguimos todos una misma pautas de atención, pues no van a manipular a nadie (…) Ese es el punto de partida, en que si ya eso no funciona, es una bola en la que hay una desorganización, que el usuario, por sus características, va a aprovecharse de eso también, porque manipulan mucho” (DUE).

“Es totalmente diferente en un centro de salud que tenga un persona que es la responsable y se los conoce a todo; imagínate un centro de salud, hoy la da uno, mañana otro, pasado otro… política de ellos, yo hoy la doy, yo no le doy mas explicaciones. Pues si entre ellos si hay información, pero claro es mas manipulable que hoy a ti, “oye si ayer me hicieron esto, tu porque no me lo haces?”. Se permite la manipulación y con el tiempo ellos consiguen un beneficio… por eso es necesario la supervisión” (Médico)

Por otro lado, salvo casos puntuales, todas las enfermeras entrevistadas coinciden en señalar las dificultades que afrontan a la hora de conseguir el apoyo de otros profesionales del centro. Se hace especial énfasis en la falta de implicación, en general, de los médicos, un hecho que se percibe como una importante barrera a la hora de garantizar un seguimiento adecuado y una atención sanitaria integral acorde con los objetivos del programa.

“Y a lo largo de estos años, pues el voluntarismo de los profesionales es lo que ha funcionado simplemente, entonces sí ha habido centros en donde el médico se ha implicado un poco más, pero por lo general no quieren ni saber sobre el tema. …es difícil cuando a este tipo de usuarios/as la atención tiene que ser multidisciplinar, entonces si tú detectas un problema pero después no hay colaboración por parte del médico de cabecera que tengan asignado.” (DUE)

A juicio de algunas enfermeras entrevistadas, todas estas limitaciones han llevado a que la calidad de la atención dependa básicamente del voluntarismo y la motivación individual del personal de enfermería, antes que a la labor de todo un equipo de trabajo. Todo ello, con el riesgo de desgaste personal y profesional que de hecho se refleja en la mayoría de los testimonios recogidos entre las enfermeras consultadas.

“si es por la iniciativa de una persona o dos, no se consigue nada y termina quemándose la persona, que es lo que ha ocurrido en estos años que se empezó a dispensar metadona en los centros de salud. Entonces ha habido personas que han tenido que claudicar porque al final no han encontrado apoyo del equipo (…) no se puede atender un grupo de usuarios/as que tiene una multipatología que tiene una problemática social, y sobretodo enfermedad mental, si durante años no se ha intentado solucionar y darle salida a los problemas de salud y sociales que tenga este grupo de usuarios/as” (DUE)

La buena heroína inglesa

HISTORIA: La prescripción de heroína en el Reino Unido, como tratamiento de la adicción a los opiáceos, se inserta en el contexto del denominado “British System”.

· En el año 1926, el informe del Rolleston Committee estableció el derecho de los médicos de prescribir opioides a personas dependientes de éstos.

· A finales de la década del 50 y comienzos de los 60, se incrementó el número de jóvenes adictos, fomentado en parte por la prescripción de heroína como tratamiento de la adicción a usuarios de corta edad, derivando en muchos casos en un crecimiento del mercado negro.

· En 1965 surge un nuevo informe que introduce limitaciones y controles a la prescripción de heroína, siendo a partir de entonces necesario obtener una licencia especial para ello.

· En 1976 se realiza un estudio controlado y aleatorizado en Londres, donde se compara la prescripción de heroína y la de metadona oral. Este estudio se realizó en una época en la que el tratamiento de mantenimiento con metadona era la novedad, y el consumo de heroína recién comenzaba a extenderse. Por otro lado, los grupos comparativos, además de tener un número de participantes relativamente pequeño, estaban formados por jóvenes que se inyectaban la heroína, siendo que la metadona era tomada por vía oral.

· A finales de los 70 el sistema británico se encontró sobrecargado, dado el surgimiento de un gran número de nuevos adictos.

· Así, en las últimas décadas, se ha prescripto heroína sólo a un número muy bajo de usuarios, probablemente entre el 1 y 2 por ciento del total de personas que han ingresado a tratamientos por su adicción. Lamentablemente en el Reino Unido muy poco se ha escrito sobre la práctica clínica actual con prescripción de heroína, no contando con resultados documentados, o evaluaciones científicas sistemáticas.

· Hace 10 años, había aproximadamente 320 (menos del 2% de todas las prescripciones de opiáceos) personas recibían heroína bajo prescripción médica. Los médicos exponían no haber iniciado un tratamiento apoyado en la heroína desde hace años, y que sus pacientes eran personas de alrededor de 40 años, con problemas de salud, a lo que se les proporcionaba una dosis diaria que variaba entre 10 y 300 mg. En general prescribían la heroína a pacientes de más de 30 años de edad, con un largo historial de adicción por vía intravenosa, y sólo si habían fracasado otros tratamientos. El tratamiento con heroína continúa en tanto exista un mínimo de adherencia al mismo por parte del usuario, y que sea posible un seguimiento de este paciente. En general el tratamiento con heroína se combina con una dosis de metadona oral, a fin de minimizar los malestares de la abstinencia entre las dosis de

RECIENTEMENTE: Un artículo publicado en la revista ‘The Lancet’, nos cuenta las bonanzas de un estudio realizado por varios especialistas del Instituto de Psiquiatría del del Kings College London (Reino Unido) que reclutaron a un grupo determinado de enfermos crónicos adictos a la heroína: aquellos que llevaban recibiendo un tratamiento con metadona oral desde, al menos, 26 semanas y que, sin embargo, continuaban inyectándose heroína en la calle con cierta regularidad.

En total, participaron 127 personas. De éstas, 42 comenzaron a tratarse con metadona inyectada, 43 con heroína inyectada y otros 42 con metadona oral. Todos se sometieron al método que se les había asignado durante un periodo de 26 semanas. Al cabo de este tiempo, los investigadores observaron resultados muy positivos en todos los casos, especialmente entre los pacientes con heroína inyectada, cuya adherencia al tratamiento era de un 88%. Este porcentaje se reducía al 81% en el grupo con metadona inyectada y al 69% entre aquellos que recibían la metadona oral.

Según demuestra la investigación británica, los pacientes tratados con heroína inyectada fueron los que más redujeron las inyecciones en la calle (en un 66%), seguidos de la metadona inyectable (30%) y la metadona oral (19%). Y la diferencia comienza a notarse a las seis semanas.

El objetivo de los expertos es que la heroína inyectada se utilice como segundo tratamiento de elección en aquellos que no respondan a otros tratamientos

El problema es que «la historia y la realidad actual nos ha demostrado que la prescripción de la heroína inyectada como tratamiento no depende tanto de los ensayos que confirmen su efectividad y seguridad, sino de intereses políticos».

¿Quieres saber algo más sobre la heroína como medicamento?

Mucho se habla de la heroína y poco se sabe sobre ella. De nuestra experiencia os contamos:

1.Perspectiva histórica.

Desde su síntesis en 1898, la venta de la heroína ha sido libre hasta que en 1951 la OMS la proscribe de la farmacopea. En 1961 la Convención Única de los estupefacientes la clasifica entre las drogas particularmente peligrosas pero le reserva un status experimental en el contexto de estudios estrictamente controlados.

Desde su exclusión, la cuestión de la legalización aparece regularmente en la literatura científica en el marco del tratamiento del dolor y en los foros científicos y políticos en el marco de las políticas reducción de daños.

2. Situación actual de los proyectos que utilizan heroína.

La escena internacional de los programas de heroína se estructura desde la perspectiva de 3 grupos de países:

a) los que ya están desarrollando el programa o han terminado los ensayos clínicos: Suiza, Holanda, Reino Unido, España (Andalucía), Alemania y Canadá España

b) con ensayos de heroína oral o en proyecto: España (Cataluña y Andalucía);

y, c) interesados en el diseño de un ensayo o paralizados políticamente: Australia, Bélgica, EEUU , Francia, Portugal y Rusia.

3. Evidencia científica:

La evidencia científica, basada en estudios de experimentación animal y observaciones en seres humanos sugiere que la diacetilmorfina es la mejor sustancia para mantener la salud física, mental y la función social de los heroinómanos. Esta sustancia posee menos efectos nocivos para la salud y menos efectos adversos que otros agonistas puros como morfina o metadona. Los proyectos desarrollados en los que se ha utilizado diacetilmorfina, así como la evaluación que sobre la experiencia Suiza realizó la OMS, han demostrado que los heroinómanos en mantenimiento con dicha sustancia mantienen contactos más frecuentes con la red sanitaria, mejoran su salud física y mental, reducen la utilización de otras drogas ilegales, en particular de cocaína, y disminuyen la criminalidad asociada al uso ilegal de drogas.

4. Descripción del tratamiento:

La Heroína es un opioide con efecto analgésico, que tiene una duración del efecto de 4-5 horas, una vida media de eliminación de 0,5 horas, una dosis mortal mínima de 25 mg. i.v. y se obtiene de la morfina por la adicción de dos grupos acerilos. Cuando los opioides alcanzan rápidamente y a altas concentraciones al lugar de acción provoca un gran placer llamado flash. El tiempo de invasión dura desde unos segundos hasta un cuarto de hora y no se experimenta flash sino flooding.

La diacetilmorfina (DAM) puede conseguir el efecto máximo (“ceiling effect”) con heroína inyectada a dosis de 600 mg/día. La dosis máxima, se alcanza como media, a las 6 semanas. La dosis media de DAM prescrita en el ensayo clínico andaluz, en el grupo experimental, fue de 293 mg/día (rango: 15 – 600 mg.). La dosis media de metadona complementaria fue de 40 mg/día. Esta dosis de metadona equivale, según la conversión utilizada en el ensayo andaluz y suizo, a una media de 130 mg/día (rango entre 121 y 140) de DAM. Siendo la dosis cotidiana media total equivalente de DAM/día ha sido en el ensayo andaluz de 423 mg. (rango: 414 y 433 mg/día). La dosis media de opiáceos en el programa PEPS de Ginebra equivalente de DAM al día es de 420 mg.

La media de dosis cotidiana de DAM en los ensayos suizos, con 6 meses de experimentación, y holandés, con 12 meses, fue sensiblemente superior: 509 mg/día y 548 mg/día respectivamente.

Tabla 1. Dosis equivalentes entre la heroína y la metadona oral. Dosis válidas para la DAM prescrita en los programas de prescripción de heroína. No válidas para la heroína ilegal. Fuente: « Traitement avec prescription d’héroïne, directives, recommandations, informations». OFSP, 2001

DAM i.v./día

Metadona/día

DAM i.v./día

Metadona/día

DAM i.v./día

Metadona/día

DAM i.v./día

Metadona/día

20-60

20

181-200

65

341-360

100

661-700

135

61-80

25

201-220

70

361-400

105

701-760

140

81-100

30

221-240

75

401-460

110

761-800

145

101-120

35

241-280

80

461-500

115

801>1000

150

121-140

40

281-300

85

501-560

120

141-160

50

301-320

90

561-600

125

161-180

60

321-340

95

601-660

130

5. Indicaciones:

Heroína Intravenosa: se recomienda en tratamientos para eliminar el consumo ilegal intravenoso de opioides y en caso de que hayan fracasado otros tratamientos agonistas.

Heroína Inhalada: se recomienda cuando la vía intravenosa no sea considerada adecuada y/o cuando hayan fracasado otros tratamientos.

Heroína Oral:Se recomienda para la estabilización de pacientes dependientes a la heroína que hayan fracasado en el Programa de Mantenimiento con Metadona oral.

6. Parámetros límite para determinar los valores adecuados de la dosificación:

Vía intravenosa: 1ª dosis segura: 15 mg (2ª dosis y las primeras dosis diarias hasta 30 mg). Aumento máximo de la dosis diaria: 50% de dosis total del día anterior. Dosis de tolerancia: 600 mg/día. Tiempo de espera máximo para la próxima dosis: ½ h. Vida media. 5-8 horas. Frecuencia máxima de consumo diario : < o igual a 9.

Vía Inhalada: 1ª dosis segura: 100 mg. Aumento máximo de la dosis diaria No se necesita limitación para cigarrillos DAM de 100 mg. Vida media. 5-8 horas. Frecuencia máxima de consumo diario : < o igual a 21.

Drogas en la cárcel y la salud

Hace unos años, estuvimos un tiempo entrando en una cárcel para ver que decían y pensaban los reclusos acerca de la salud, las drogas, el uso de servicios sanitarios,….

Utilizamos un cuestionario, con campaña previa para estimular la respuesta y luego hicimos grupos y entrevistas para poder conocer algo más en profundidad la situación.

  • El 90,4% de los reclusos eran varones y el 9,6% mujeres, con una edad media de 32,19 años.
  • El 72% de los internos consideraban que su salud era buena o muy buena, frente al 27,5% que consideraron su salud como regular, mala o muy mala. Respecto al año anterior, el 24,7% de los internos consideraban que su salud había empeorado.
  • Un tercio de los reclusos (32,7%) declaró visitar al médico una o más veces al mes, mientras que el resto lo hacía con menor frecuencia. Los motivos de consulta más frecuentes fueron cuadros agudos o revisiones de sus enfermedades crónicas. La especialidad médica más solicitada fue Salud Mental, que representó un 6,4% de todas las consultas.
  • El 43,1% de los internos declaró tener alguna enfermedad crónica: el 19,1% VIH, el 18,2% hepatitis C, el 1,1% hepatitis B, el 4,4% “hepatitis” sin poder dar más datos, el 2,7% tuberculosis, el 1,6% un trastorno mental y el 8,7% otra enfermedad crónica.
  • Casi la mitad de los internos (40,9%) declaró tomar algún medicamento.

Los factores asociados a tener peor salud fueron:ser adulto, tener una enfermedad crónica, tomar algún fármaco, tener VIH y tener más de dos parejas sexuales desde que están en prisión.

Los factores asociados a una mayor utilización de servicios sanitarios fueron: llevar dos años o menos en prisión y tomar algún fármaco.

Los principales problemas de salud en la prisión eran: la atención sanitaria que reciben, el VIH/sida, la falta de higiene, la deficiente alimentación y la tuberculosis. Para que la prisión fuera más saludable, los internos proponían: realizar más talleres ocupacionales y actividades socioculturales, mejorar el trato por parte de los funcionarios, mejorar la alimentación y la atención médica.

En resumen: el estado de salud percibido por los reclusos de la cárcel es peor que el de la población general. Se sugiere la necesidad de prestar más atención a determinados aspectos como la calidad de la atención sanitaria prestada en las prisiones, el estado de drogodependencia de los presos a su llegada, la posibilidad de incorporar especialistas en Salud Mental a las prisiones y especialmente a las demandas formuladas por los presos.