¿“La locura de las drogas”?. La Patología Dual.

Domingo 22 de Enero, 11 de la noche. TV2 nos ofreció un programa sobre drogas, centrado en un diagnóstico, la patología dual, del que creemos es la primera aproximación digna a una enfermedad de la que solo se ha hablado en los círculos profesionales de la sanidad, pero de la que no se ha informado apenas en las dos últimas décadas a los cientos de afectados y sus familias y por ende a la sociedad en general.

Todos o casi todos los que hemos recorrido el camino de las adicciones como protagonistas o profesionales hemos convivido con el problema desde diferentes enfoques. Hace años que llevamos hablando de una patología que a pesar de su gravedad ha sido en muchos casos una excusa suficiente para “no saber que hacer” con ese gran número de dependientes a los que los distintos programas de afrontamiento de las drogodependencias daban por fracasados y a los que eufemísticamente denominaban de “baja exigencia” que era como decir: “ lo único que podemos hacer con este toxicómano es darle lo que nos pida y de paso intentar que viva lo mejor posible y sobre todo que deje vivir a los demás”.

Durante años, solo unos pocos profesionales vieron que detrás de estos fracasos, además de factores sociales, existían problemas psiquiátricos que en algunos casos originaban una mayor “vulnerabilidad” de los pacientes ante la realidad de que mientras unos consumidores, después de “probar” daban por finalizada su relación con el mundo de las adicciones, otros, posiblemente de sus mismas características sociales y educacionales, no salían nunca de la bien llamada “puerta giratoria” por la que muchos de ellos se han paseado durante años por el triangulo: consumo, tratamiento y recaída. Y vuelta empezar.

La falta de coordinación entre los profesionales de la salud mental y de drogodependencias, enviándose pacientes de unos a otros como si se tratase de dos personas con enfermedades radicalmente opuestas, dieron y siguen dando lugar a un peloteo del que además de llegar a faltar a las mismas normas básicas de la ética médica, solo sirve para alargar el problema y en casos, agravarlo.

Un ejemplo: los profesionales de un centro de tratamiento de las toxicomanías, con un programa experimental y novedoso, ante la frustración por la falta de resultados con determinados pacientes drogodependientes y con síntomas evidentes como alteraciones de la personalidad, violencia contra sí y su entorno y fracaso global, los remitían a la tercera planta (salud mental) desde la baja donde se encuentra dicho dispositivo. Cuando el paciente presentaba su “volante” al especialista médico que le iba a atender, devolvía el mismo con el informe de dos líneas en el que expresaba que “ese no era el problema (salud mental) y que su lugar para ser atendido era tres plantas mas abajo”. Ni una llamada entre los profesionales, ni un pequeño intercambio de opiniones cuando los dos recursos estaban separados por 1 minuto.

En definitiva, dos caras ( dependencia y enfermedad mental) de una misma moneda con un solo valor sin entrar en qué fue lo primero, si el huevo o la gallina.

De todas formas, el programa de TV2 cumplió con creces con el objetivo que pretendía: difundir e informar de un problema que de forma tímida pero en aumento, está siendo tratado como lo que es.

PERO (así de grande, o más debería ser) seguimos después de tantos años viendo y oyendo como los tópicos sobre las drogas y los drogodependientes venden en los medios informativos. Imágenes de una terapia en un centro que atiende a pacientes con patología dual, en la que personas del mismo sexo bailan “agarrados” bajo el título de “la locura de las drogas” sin explicar el contexto en el que realizan ese “ejercicio” induce al prejuicio. “Expertos” que dicen que “estos sí son enfermos y no viciosos”, psiquiatras que alejándose de un lenguaje llano y entendible para los televidentes, exponen la situación de un paciente como si de una sentencia judicial se tratara. Frente a la mirada anterior algunas excepciones, como las lúcidas aportaciones de Miguel Casas, médico psiquiatra y experto en drogodependencias.

Esta vuelta a la necesaria cooperación entre salud mental y drogodependencias nos recordó que entre finales de los años 70 y mediados de los 80, ante el avance y gravedad de las consecuencias del consumo de drogas y la falta en esos momentos de políticas que abordaran el problema, los primeros toxicómanos eran atendidos por psiquiatras como enfermos mentales.

Aunque se ha hablado poco de esos años y cuando se ha hecho ha sido para criticar el trato de “locos” a los drogodependientes, hay que recordar que fueron ellos los primeros en comenzar a utilizar medicamentos como la metadona, que con el tiempo se han visto casi imprescindibles, en especial en el caso del consumo de heroína y sus variantes.

En definitiva, el programa televisivo nos ha mostrado la cruda realidad de la enfermedad mental asociada al consumo impulsivo de drogas, independientemente de de si la adicción fue consecuencia de una enfermedad mental o ésta fue una consecuencia del abuso de drogas. La realidad es que el enfermo debe ser tratado mediante programas integrales, tanto farmacológicos como con abordajes terapéuticos sin dejar de considerar que la enfermedad sobrevivirá en la mente del paciente una vez que este haya abandonado el consumo de drogas. En estos casos el seguimiento deberá de continuar durante años e incluso de por vida. La enfermedad mental, visualizada mediante brotes psicóticos, esquizofrenias, trastornos de la personalidad, etc. será la herencia que el consumo de drogas, especialmente cocaína y LSD, ha dejado. Es lo que por error y desconocimiento, nos ha llevado a considerar que la adicción a las drogas debe ser controlada de por vida. Ya vemos que no es así en todos los casos. Son las lesiones cerebrales las que requerirán de un tratamiento a largo plazo y en casos, crónico.

¿Drogas en las letras de las canciones?

¿Qué escuchan los adolescentes en sus MP3, IPAD, Smartphones, Ipods, Iphones,…? Puede parecer una pragunta frívola para un blog que normalmente trata temas más sesudos y complicados, pero hoy queremos dar a la semana un espacio para la reflexión musical, esperando vuestros comentarios de canciones que llevan drogas en sus letras.


Y todo viene por la lectura de un titular de periódico que ha caído en nuestras meanos que dice que «El alcohol y la marihuana son las sustancias que más nombran los cantantes»

Este titular proviene de un estudio realizado por Brian A. Primack, profesor de medicina de la Universidad de Pittsburgh (EEUU), que se propuso responder una pregunta que se plantean muchos padres.

Para empezar, señala que «si los chicos llevan canciones populares de rock, rap o country tienen muchas posibilidades de oír referencias concretas al abuso de sustancias como las drogas y el alcohol».

Según los primeros resultados de un estudio coordinado por este profesor, de las 279 canciones más famosas de 2005 –recogidas por la lista Billboard- 93 (el 33,3%) hablaban del consumo de estas sustancias. En cuanto al género musical que más referencias incluye gana con diferencia el rap, con un 77% de letras explícitas. Le siguen el country (37%), el R&B y el hip-hop (20%), el rock (14%) y el pop (9%).

Primack indica que las sustancias más citadas por los cantantes son el alcohol (23,7%) y la marihuana (13,6%) y, en la mayoría de los casos (68%) se relaciona su consumo con consecuencias más positivas que negativas en el terreno social, sexual, económico y emocional.

Algunos grupos no dejan lugar a dudas y desde el mismo título de sus canciones hacen un guiño al consumo de drogas y alcohol. Es el caso, por ejemplo, de Heroin de Velvet Underground, de ‘Cigarettes and alcohol’ de Oasis o de ‘Tequila Sunrise’ de The Eagles. Otros cantantes prefieren desarrollar la adicción a estas sustancias a lo largo de la letra. Sea como sea, Primack destaca que, en un día, los jóvenes pueden oír de media hasta 84 expresiones sobre las drogas y el alcohol.

La cocaína también tiene sus canciones como: «Never Let Me Down Again», de Depeche Mode. «White Line», de Neil Young; «Spent on Rainy Days», de Bright Eyes y Britt Daniel; «China Girl», de David Bowie; «Narcotic», de Liquido; «Morning Glory», de Oasis; «Masters of Puppets», de Metallica; «Accuracy», de The Cure; «Todo por la napia», de Siniestro Total.

También ha habido cantantes, hoy primera dama francesa Carla Bruni, que dedicó canciones a hablar sobre la heroína afgana y la blanca colombiana.

En España, hay muchas canciones para comentar y como decía SINIESTRO TOTAL, España se droga y así MECANO,cantaba HOY NO ME PUEDO LEVANTAR. Destacamos tres: Una de ellas, ésta de Ramoncín Litros de alcohol (I)o de de Melndi, Vuelvo a traficar (II) o de Estopa, Exiliado en el lavabo (III):

(I)

Litros de alcohol
corren por mis venas, mujer.
No tengo problemas de amor,
lo que me pasa es que estoy loco por privar.

(II)
Me sobra el dinero me faltan las pelas
Me sobran las penas me faltan dos primaveras
Mientras se ahoga mi cordura en la profunda laguna de un reloj
Me sobra potencia y falta coherencia
Me dijo la voz ronca de mi tímida impaciencia
Hoy, hoy hoy…….
Hoy, me voy a comer el mundo
Voy a pasar de este curro
que ya no me da pa ná
Y hoy ,te voy a decir la verdad
Comienza mi nueva vida…….
Vuelvo a traficar
Como!?
Ahogando mis penas, chupando tarjetas
Subiendo tensiones, bajando escaleras
Repleto bolsones, control de alcoholemia
Esquinas, callejones, gente que trafica y gente que se pone
Gente que se pone, gente que se deja de poner
Gente que se huele, que algún día habrá que dejarlo también
Pero no será hoy, pero no será hoy……hoy hoy
Como?!
Ahogando mis penas, chupando tarjetas
Subiendo tensiones, bajando escaleras
Repleto bolsones, control de alcoholemia
Esquinas, callejones, gente que trafica y gente que se pone
Ahogando mis penas… chupando tarjetas…
Subiendo tensiones… bajando escaleras…
Repleto bolsones… control de alcoholemia…
Esquinas, callejones… gente que trafica… y gente que se pone.
……..

(III)

Con la cabeza metida en el water

debes llevar unas horas dormido sin aire.
La última raya de coca
ensuciaba en espejo volcado.
Y en el suelo gotas de sangre
porque un grumo te ha cortado.
Dime cómo ves el mundo
exiliado en cada lavabo,
contando cada minuto,
administrándote los gramos.
Dime cómo ves mi cara
desde tus ojos desquiciados.
Dime cómo huele el viento
desde tu tabique blanco.

O como diría Pata Negra: TODO LO QUE ME GUSTA ES ILEGAL, INMORAL o ENGORDA o como diría Extremoduro: Necesito drogas y amor:

No me conoces, sólo son dos días, yo nunca doy un paso atrás. romper barreras quiero cada día, ya sé que no soy supermán. no necesito alas para volar, prefiero lsd. no necesito verte pa saber que no te olvidaré. aguanto porque ya tengo con qué, fundir la nieve al paso de mis pies. viviendo bajo el agua como un pez, no entiendo por qué me muero de sed. no sólo vivo del aire, necesito tu sudor. no sólo vivo del aire, necesito tu alegría. no sólo vivo del aire y de ponerme noche y día. no se lo cuentes a nadie: los camellos no me fían. dirán que apenas necesito respirar, me salgo con la mía. será que apenas necesito respirar y me salgo con la mía. dirán que apenas necesito respirar, me salgo con la mía. será que apenas necesito respirar y me salgo con la mía.

AUNQUE, si tuviera que elegir letras de canciones me quedaría con las de Antonio Vega, cuya adicción también cantó y la evocó con desgarro, como en otra de sus canciones emblemas, Agárrate fuerte, en recuerdo de su compañera, en la que decía: Agárrate fuerte a mí, María/que esta noche es la más fría/y no consigo dormir/y no tengo adónde ir

¿Se te ocurren canciones que te gusten y hablen de drogas? Coméntalas en nuestro blog. GRACIAS


¿Haber sido DROGODEPENDIENTE facilita AYUDAR A OTROS?

La respuesta a la pregunta es SI, y nuestra experiencia nos dice que si se trabaja bien en la selección y formación, puede ser CLAVE de éxito.

Ejemplos en los que hemos trabajado:

  1. Captación de pacientes del Proyecto PEPSA de heroína
  2. Intervención en poblaciones excluidas ligadas al sida y las drogas en ciudades europeas
  3. Proyecto en jóvenes transeuntes

La generosidad y la solidaridad, más que el derecho a una retribución por su trabajo, es el motor que mueve a que personas que han sufrido un problema o siguen inmerso en él, pongan al servicio de personas que ahora lo padecen su conocimiento y experiencia. Su labor callada y de segunda fila es de por sí impagable”…

Desde hace algunos años, en las investigaciones o intervenciones que tenían como objetivo el conocimiento de poblaciones “ocultas”, uno de los problemas que con más frecuencia nos encontrábamos era la dificultad para acceder a dichas personas. Ello por la necesidad de obtener informaciones claves que nos aportaran las respuestas básicas a fin de lograr que las hipótesis y objetivos de las investigaciones pudieran ser realizadas con datos fiables y veraces, así como con la calidad y garantía que favorecieran el logro inicial propuesto.

A partir del inicio de la década de los 80 y como consecuencia de la grave situación provocada por el SIDA entre poblaciones en su mayor parte afectadas por problemas de drogodependencias, la necesidad de generar comportamientos y conductas más seguras ante una enfermedad donde los hábitos y conductas inadecuadas eran las que en mayor medida contribuían a su expansión, hace que comenzaramos a leer con interés las primeras experiencias de colaboración de voluntarios afectados por dicha enfermedad.

De esta época es cuando podemos obtener las primeras referencias de investigaciones y/o intervenciones* donde la participación de “iguales” fue clave en el logro de los objetivos que proponían dichos proyectos. Entre estas experiencias pioneras, las realizadas en New York por Sam Friedman con el fin de reducir las conductas riesgo entre homosexuales (1984) . En nuestro país, las estrategias para llegar a los colectivos de UDVP llevadas a cabo por el Ayuntamiento. de Barcelona en Ciutat Vella (1990) , incluye en su proyecto extoxicómanos, que con el fin de reducir daños, intercambian jeringuillas, promueven conductas salubristas en el consumo, derivan a los dispositivos asistenciales y nos hacen ver su valor como motores que favorecen cambios. Estas iniciales experiencias podemos considerarlas como las primeras acciones realizadas por ex toxicómanos. Su facilidad de penetración en el medio, y el conocimiento que del problema y las personas tenían, han sido un referente para las organizaciones e instituciones que pretendíamos buscar formulas y soluciones basadas en estrategias que permitieran “romper los muros que nos separaban de ellos”.

La consecuencia: permitir el acercamiento a personas cuyo denominador común era el alejamiento de los recursos socio-sanitarios y la falta de motivación para acceder a los beneficios que la sociedad del bienestar han ido creando para el grueso de la población general.

De aquí que previamente al inicio de las tareas que dentro del diseño se haya considerado idóneo para ser realizado por “los iguales”, debe seguirse unos pasos que abarcan desde la adecuada selección de las personas, hasta la elemental formación sobre los contenidos, los problemas, habilidades de comunicación con los individuos que los padecen, etc.

Hablar de los requisitos necesarios para que un determinado grupo de voluntarios sea seleccionado con el fin de realizar las labores diseñadas en un proyecto, es amplio. Entre otras características mencionaremos tres básicas:

Conocer o poseer ascendencia sobre la población diana objetivo de la investigación.

Haber tenido relaciones o ser conocedores del problema bajo cuya situación vamos a trabajar.

Considerar que volver a tomar contacto ya sea con determinadas personas como con sus problemáticas más extremas, no debe poner en peligro el proceso en que “el igual” se encuentre y que pueda colocar en riesgo desde su integración social hasta un posible avance en su normalización general (ej. Haber conseguido abandonar el consumo de drogas, encontrarse en una situación de integración y normalización social avanzada, etc.)

Detectadas las necesidades y deficiencias de este colectivo en cuanto a información sobre el reto que nos ocupa, se requerirá una formación global especialmente relacionada con la problemática objeto de nuestra intervención.

Las actividades que en el conjunto de un proyecto serán responsabilidad de estos, determinarán con más exactitud la elección de los mismos. El grado de conocimiento, su nivel de relación con la población con la que desarrollarán su trabajo y una suma de requisitos que en conclusión serán de un mayor grado de exigencia según el tipo de responsabilidades y objetivos que asuman con la población diana del proyecto.

Año Nuevo. La heroína no nos abandona.

La heroína retorna a España bajo el paraguas del éxito social de la coca

Los expertos policiales advierten de que las últimas aprehensiones confirman el aumento de la demanda

Afganistán ha duplicado la producción de opio y las mafias turcas controlan las redes de distribución

La epidemia de la cocaína no ha conseguido erradicar a la de la heroína. Una plaga de consecuencias letales en los años 80 y que ahora remonta velozmente en España. Varios son los datos que confirman este incremento: se disparan las incautaciones policiales, se consolidan las redes de distribución, crece la producción en Afganistán, bajan los precios y se desdramatiza su consumo convirtiéndose, para algunos, en un esnobismo esnifar o inhalar heroína. Sin perder de vista a los nuevos toxicó-
manos que no dejan de engrosar las listas de adictos que la prefieren inyectada.
Ya no es casualidad que durante el 2009, las diferentes policías españolas se incautaran del triple de heroína que el año anterior. En estas operaciones suele intervenir el factor suerte, pero este no debe ocultar una realidad: «La oferta se ha disparado y los traficantes están introduciendo a los camellos lotes de heroína para que la ofrezcan a sus consumidores de cocaína»,.

OCHO KILOS EN SEIS MESES

Así se entiende que en el 2010 se incautaran de 446 kilos de heroína, una cantidad altísima. A tenor de las últimas operaciones policiales, este año, las estadísticas volverán a dispararse. Solo en Catalunya, los Mossos d’Esquadra ya se han incautado del doble de heroína que en todo el año anterior, casi ocho kilos.
¿Pero no nos habían dicho que la esta era una droga marginal y en extinción? Al contrario, vuelve a estar en boga peligrosamente. Aunque parezca mentira, los jóvenes le han perdido el miedo y la prueban.
Casi toda la heroína que entra en España proviene de Afganistán, país en el que la plantación de la adormidera –flor de la amapola de la que se extrae el opio para fabricar la heroí-
na– creció el 59% en el 2009. Se asume ya como una realidad que tras este repentino y brutal incremento en la producción está el interés de los talibanes, que han encontrado en el tráfico de heroína su principal fuente de ingresos económicos. Las grandes mafias turcas se han hecho con el último eslabón del negocio y contratan a delincuentes búlgaros y albanokosovares para su transporte por Europa desde los almacenes ubicados en Bulgaria, Rumanía y las antiguas repúblicas soviéticas.
Hace escasos meses, la entonces delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, advirtió de que la sociedad debe «estar alerta sobre un posible auge del consumo de la heroína en los próximos años». Mientras que Luis Boronato, director del Proyecto Hombre, alertó sobre «la irrupción de nuevos consumidores».
No se equivocaba. Los nuevos usuarios de heroína todavía son una minoría, pero existen los jóvenes que los fines de semana, tras el consumo abusivo de cocaína, utilizan la heroína para contrarrestar los efectos de la primera. Para este fin, el caballo se consume esnifado por la nariz, en forma de raya. Es precisamente esta pérdida de temor ante una droga que a finales de los años 90 consiguió ganarse con méritos el tí-
tulo de letal y marginal la que preocupa a los especialistas.
Otros grupos experimentan alternando las rayas de cocaína y de heroína en una misma noche. «Es un colocón mucho más guarro, de yonqui, diferente. Se trata de probar», explica un joven que ha probado la combinación. Fumar chinos –heroína quemada sobre papel de aluminio– es otra antigua modalidad que vuelve con fuerza y a la que incluso se le ha rebautizado con el nombre de cazar al dragón, en alusión a las figuras que conforma el humo denso y negro de la heroína que hay que aspirar para conseguir el efecto tóxico. «La han dejado de ver como una droga marginal. No la inyectan, la esnifan, la inhalan y no le tienen miedo», explica el psicólogo Antoni Tejero, experto en toxicomanías del Hospital de Sant Pau y que corrobora el avance.
Muy a su pesar, Esther Henar, una mujer que trabaja con toxicó-
manos desde 1985 y que dirige la sala de venopunción que la oenegé Associació Benestar i Desenvolupament (ABD) tiene en las Drassanes de Barcelona, también confirma el crecimiento. Ella nunca ha bajado la guardia, aunque reconoce que la relajación ha sido general. Barcelona es la capital con un censo más elevado de heroinómanos que se inyectan. Solo a la Sala Baluard acuden mensualmente una media de 800 personas a pincharse en condiciones de higiene y seguridad. Aunque aquí la cocaína es la droga líder, Henar reconoce que sus usuarios crecen semanalmente. Solo en el último trimestre del año pasado, se contabilizaron 366 venopunciones más de las cerca de 1.500 contabilizadas mensualmente. «Algunos no quieren mirar, pero la heroína sigue aquí», advierte.