Centros más necesarios que bares

Hacía ya varios años que habían desaparecido éste tipo de movilizaciones (de las que hablábamos en nuestro anterior post) a partir de la pretensión de la asociación “calor y Café” de implantar un centro de ayuda a jóvenes y menos jóvenes con problemas de adicciones y exclusión social en el barrio granadino de las Cruces, se ha encontrado con la oposición casi absoluta del barrio.

Como ciudadanos en un pais democrático, tienen todo el derecho del mundo a expresar públicamente su oposición. Estaria bueno que no fuese así. Lo que quizás llama la atención son los argumentos que esgrimen para avalar su rechazo:

  • invasión de sus plazas y espacios públicos por una población, según ellos, altamente problemática y conflictiva.
  • aumento de la inseguridad ciudadana en el barrio con el crecimiento de robos y violencia, y
  • quizás el más llamativo de todos ellos: el “barrio ya ha demostrado su solidaridad para con estos colectivos al ubicarse en el mismo dos asociaciones de ayuda a alcohólicos y drogodependientes (Grexalles y Hogar 20).

Hasta aquí nada que decir. Pero HAGAMOS MEMORIA HISTÓRICA

Si algo hemos aprendido las personas que por nuestra situación hemos pretendido y siempre que se nos lo ha pedido, reunirnos con vecinos para aportar y esgrimir los argumentos o la visión desde el punto de vista de las personas que se podrian beneficiar de dichos centros es que de poco sirven intentar de forma razonada exponer (que no convencer) de que no está demostrado, por las experiencias de muchos años, de que un centro de estas características deba forzosamente “destruir” la paz de un barrio ni mucho menos que sus jóvenes se van a ver amenazados por hordas de vendedores de droga y “personas de mal vivir”.


Así y ya que ningún argumento contrario a los pronósticos “catastrofistas” puede triunfar, no seria inoportuno recordarles tanto a la AAVV como a los habitantes del barrio de las Cruces de lo que ocurrió hace unos años ante la inminente instalación en la Calle El Guerra de un Centro de carácter gratuito para ayudar a los jóvenes y sus familias con problemas de drogodependencias (Hogar 20). Las movilizaciones de hoy son un guateque comparadas con las que se produjeron en esas semanas. Como es habitual los argumentos que esgrimian desde la AAVV eran los habituales:

  • destrucción de la paz del barrio
  • aumento del tráfico
  • robos y violaciones
  • etc.

Hubo solo una diferencia con respecto a las razones que se dan hoy, que al no haber aún un centro (pensemos que lo que se pretendía evitar era precisamente que Hogar 20 se estableciese) no se podía utilizar éste como que su cupo de “solidaridad” estaba mas que demostrado. Aunque aquellas movilizaciones no evitaron que Hogar 20 se quedase, sí que para Hogar 20 supuso un gran daño en sus programas y proyectos. Aún después de establecidos, muchas mañanas los candados y cerraduras repletos de silicona impidieron que el centro desarrollase su trabajo de forma normalizada. Igualmente y hasta hace bien poco no pudieron ni poner en la puerta un miserable cartel que orientase a las personas que buscaban esta asociación.

Pero si de toda esa experiencia, de verdad, el barrio podía haber sacado el mas fuerte de los argumentos para demostrar que los negros augurios, como habitualmente ocurre, nunca se cumplieron, deberían ser suficientes razones como para “abrir los ojos” con hechos constatables de que se puede estar en contra de que unas personas “con mal aspecto” puedan pasar por las calles del barrio durante unos minutos al día. Podemos presentar argumentos como que no nos gustan “los pobres tan pobres” pero de verdad, después de los acontecido con Hogar 20, Grexalles y otros centros se puede seguir insistiendo en que un centro que ofrece duchas, lavadoras, desayunos y multitud de servicios para los mas necesitados va a provocar un “armagedom”.

Hogar 20 y Grexalles han demostrado con hechos que son más útiles y necesarios éste tipo de centros que los múltiples bares que hay en la zona.

No nos quieren

Vecinos del Barrio de la Cruz de Granada se están negando a que la asociación Calor y Café se establezca en su barrio

Piden no verlos ni en sus calles ni en sus plazas….

Vecinos del barrio de la Cruz de Granada capital, que se han constituido en plataforma, contra la apertura de un centro y comedor social de la ONG ‘Calor y Café’ que consideran “peligroso” para niños y mayores “por el tipo de personas que lo frecuentarán”.

Dicen los vecinos que el barrio “no es insolidario” con el colectivo de las personas desfavorecidas, puesto que acoge otras asociaciones contra la drogadicción y el alcoholismo, de síndrome de down, de sordos, casas de acogida para mujeres, y una parroquia “que ayuda a muchísima gente”.

La razón principal de la oposición del barrio es que esta ONG, Calor y Café “no hace control de las personas a las que ayuda”, como demuestran los actos violentos que se han producido a sus puertas “y que han salido en los medios de comunicación”. “La gente está muy asustada, y ha subido ya la inseguridad en el barrio. Calor y Café puede hacer un daño irreparable”, consideran desde la plataforma, que ha recogido ya 1.000 firmas en contra del centro social.

Los vecinos tenemos una sensación de impotencia terrible, porque podemos perder nuestros espacios, los que usan los niños y mayores. Sería dramático”, dicen los vecinos que no van a cejar en su empeño de defender la seguridad en el lugar en el que viven.

¿Qué quería la Asociación Calor y Café?: Instalar un centro social en el barrio granadino de la Cruz, ligado a su labor con los “sin hogar”.

La Junta Directiva de Calor y Café ha censurado que un grupo de ciudadanos de Granada lleve ya más de dos años “vertiendo contra la Asociación “innumerables mentiras, difamaciones amenazas, informaciones falsas o deformadas, injurias a las personas, calumnias, manifestaciones públicas, algarabías y hasta amenazas ocultas en el anonimato, con el exclusivo objeto de que no se instale en su barrio un lugar adonde se atienda en sus necesidades más vitales a un grupo de personas, las más desfavorecidas de la sociedad”.

Calor y Café de Granada es una asociación sin ánimo de lucro establecida oficialmente desde el año 2004, aunque parte de sus fines fueron comenzados a implantarse, casi diez años antes. “En contra de lo que malintencionadamente se manifiesta, no disponemos de subvención pública alguna, sino esporádicas ayudas de algunas entidades u organismos públicos (de los que sus Servicios Sociales nos remiten la mayoría de nuestros usuarios, por necesidades evidentes y contrastadas), y sí, de las aportaciones en variable cuantía de nuestros socios, y las donaciones personales o anónimas que recibimos”.

La asociación, según asegura su directiva, no tiene personal contratado (solo una persona a media jornada para gestiones burocráticas) y se nutre de 34 voluntarios “que prestan todo su saber y entender en las distintas actividades”, que fueron valoradas por el Ministerio del Interior, y merecieron en el año 2007 la declaración de ‘Asociación de utilidad pública’. Sus cuentas anuales son remitidas al Registro Nacional de Asociaciones en Madrid, para ser auditadas y quedar expuestas a exposición pública, permanentemente.

Calor y Café acoge “a los que más han sufrido por diversas circunstancias de la vida al haber perdido el empleo, la familia, a los que quieren salir de una situación marginal, exalcohólicos, exdrogadictos, pero jamás ha podido demostrar nadie que en nuestra sede se han visto jeringuillas u otros efectos, como falsamente se nos acusa”.

“Ayudamos en reparto de alimentos a más de cien familias carentes de medios, lavamos la ropa a quienes carecen de posibilidad de ello, ofrecemos duchas para que los usuarios se aseen y puedan manifestarse en mejores condiciones al abordar un empleo. Y por desgracia, no repartimos comidas. A cuantos llegan ateridos de frío y victimas del cansancio, les ofrecemos un café y unas galletas en la hora de merienda que es de 5 a 7,30 de la tarde. Servimos de domicilio a efectos del correo, para los que no tienen dirección, y ayudamos en la consecución de los documentos personales (DNI, pasaportes, currículum)”, explican.

El propósito de la asociación es pues mantener su criterio y seguir realizando sus actividades, y por ello confía en obtener “si no el aplauso, sí la comprensión y crédito de numerosas personas que con otra información nos han visto como creadores de peligros inexistentes y apocalípticas consecuencias para los habitantes del barrio en el que pensamos trasladarnos a causa de la pequeñez de nuestros locales y la mayor afluencia de personas necesitas que en estos tiempos nos demandan ayudas”.

Inteligencia emocional y cocaína

Nosotros hablamos poco sobre el tema de cocaína y a raíz de la lectura del artículo Inteligencia emocional en individuos dependientes de cocaína.

Objetivo.

La dependencia de cocaína afecta de manera drástica al funcionamiento social del paciente adicto, lo que podría ser el reflejo de una deficitaria inteligencia emocional.

A pesar de su relevancia, la mayoría de los estudios realizados en dependientes de cocaína se han centrado en estudiar el reconocimiento de expresiones faciales emocionales, pero sin profundizar en el estudio de este constructo.

El objetivo principal de este estudio es explorar el constructo de Inteligencia Emocional en consumidores de cocaína y examinar la relación entre dicho constructo y las habilidades más básicas de reconocimiento de expresiones faciales emocionales.

Material y métodos.

31 pacientes dependientes de cocaína y 53 controles sanos fueron evaluados con el Inventario de pensamiento constructivo y el Test de reconocimiento de expresiones faciales de Ekman (para reconocimiento).

Resultados.

  1. Los Pacientes Dependientes de Cocaína obtuvieron puntuaciones más bajas en Inteligencia Emocional y en las dimensiones emotividad, eficacia y rigidez.
  2. Los Pacientes Dependientes de Cocaína tenían peor reconocimiento emocional global y peor reconocimiento del asco.
  3. La Inteligencia Emocional se correlaciona con la capacidad de reconocer emociones, corroborando el vínculo entre ambas destrezas.

Conclusiones.

  • Los Pacientes Dependientes de Cocaína presentan déficits en Inteligencia Emocional y en la habilidad específica de reconocimiento de expresiones faciales emocionales.
  • Estas carencias se relacionan con una estructura de pensamiento inflexible, falta de decisión sobre la conducta ante situaciones percibidas como descontrolables y, como consecuencia, dificultades en el establecimiento de relaciones personales y sociales gratificantes.
  • Estos déficits podrían poner en peligro la continuidad y el éxito de los programas de rehabilitación dirigidos a estos individuos.

Reducir la mortalidad relacionada con las drogas, una cuestión de salud pública ¿irresoluble?

A través del blog de XARXA PERIFÈRICS hemos recibido la información de este artículo titulado: Reducir la mortalidad relacionada con las drogas en Europa parece una cuestión de salud pública irresoluble que nos parece muy relevante conocer.

En base al análisis de los datos de más de 30 estudios de cohortes, se puede estimar que cada año mueren en Europa entre10.000 y 20.000 usuarios de opiáceos.

Generalmente las tasas de mortalidad anual se sitúan entre 10-20/1000, representando un exceso de mortalidad 10 a 20 veces superior al esperado para el grupo de edad.

La mayoría de las muertes suceden entre hombres de alrededor de 35 años.
Se pueden identificar cuatro grandes grupos de causas de muerte:
  • sobredosis
  • enfermedades
  • suicidio y
  • traumas.

Mientras que la mortalidad relacionada con el VIH esta en disminución, otras causas de muerte han mostrado pocos signos de descenso en los últimos años. Particularmente preocupantes son las sobredosis, que representan 6.300 a 8.400 muertes cada año.

El hecho de que las muertes no hayan disminuido es sorprendente, dada la expansión del tratamiento y otros servicios.
Varios factores interrelacionados podrían ayudar a explicar este problema irresoluble, como son una creciente vulnerabilidad de una cohorte de usuarios que envejecen, el uso de alcohol y otras drogas, una salud altamente deteriorada, conductas de riesgo, la co-morbilidad, y la exclusión social y marginalización.
Reducir la morbilidad general entre los usuarios de heroína continua siendo un tema clave para los servicios europeos de salud pública. Para conseguirlo es necesario profundizar en la comprensión y la actuación sobre los factores asociados, directa o indirectamente, a la mortalidad por el uso de drogas.
El artículo lo han escrito ISABELLE GIRAUDON; JULIAN VICENTE; JOÃO MATIAS; JANE MOUNTENEY; PAUL GRIFFITHS del European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction (EMCDDA). Lisbon, Portugal.

Carta de los derechos de los supervivientes con cáncer: ¿para cuando una de los supervivientes a los problemas de las drogas?

Día 3 de junio, día de los supervivientes con cáncer y ante ello, desde este blog dedicado al mundo de las drogas, creemos que podemos copiarnos de ellos. ¿Cuántas de las cosas que dicen las firmaría cualquier paciente que haya tenido un problema de salud o social con las drogas y que haya salido de él? Hay cosas muy particulares del cáncer, pero hay cosas comunes de los pacientes que han padecido una enfermedad marcada por el «estigma social, laboral, familiar,….»

Esta Carta de Derechos de los Supervivientes de Cáncer, es americana, pero sirve para el conocimiento y la reflexión que han puesto en marcha el Grupo Español de Pacientes con Cáncer @GEPAC_

Una nueva población vive entre nosotros hoy en día. Son supervivientes – hombres, mujeres, y niños que una vez escucharon a su médico decir “usted tiene cáncer”, no importa si fue hace cinco minutos, cinco meses, cinco, quince o veinticinco años.

Podemos ver a estos supervivientes del cáncer en las oficinas y en las fábricas, en bicicletas y barcos, en las canchas de tenis, esquiando, en la playa, en las boleras. Los vemos de todas las edades, alturas, tamaños y colores. Habitualmente no se distinguen por su apariencia – pero son distintos por la forma en que han aprendido a vivir con las secuelas del cáncer o sus tratamientos.

Los avances médicos han logrado que más de la mitad de los enfermos de cáncer de todas las edades de la nación hayan vuelto a su vida normal. Pero la sociedad no siempre ha ayudado a que esta vuelta a su vida cotidiana sea realmente “normal”. En el mejor de los casos, se ha ocupado torpemente de este nuevo grupo, y en el peor, ha fallado a la hora de aceptar a los supervivientes como miembros plenamente capacitados.

La Coalición Nacional de Supervivientes de Cáncer presenta esta nueva versión de la Carta de Derechos de los Supervivientes con el fin de llamar públicamente la atención sobre las necesidades de los supervivientes, de mejorar la calidad de la atención al cáncer, de capacitar a los supervivientes de cáncer y al mismo tiempo lograr un mayor grado de satisfacción en ellos, sus médicos, las personas que los contratan, sus familias y amigos.

Los supervivientes tienen el derecho a una atención médica continuada de por vida cuando la necesiten. Los médicos y otros profesionales sanitarios deberían hacer todo lo que esté en su mano para:

  • Ser sensibles a las decisiones de los supervivientes de cáncer acerca de su estilo de vida y su necesidad de autoestima, dignidad y privacidad de la información que les han confiado,
  • Ser cuidadosos, sin importar el tiempo que estos pacientes hayan sobrevivido, a la hora de valorar seriamente sus síntomas y no desestimar sus quejas y dolores, ya que el temor a la recaída es una parte normal de la supervivencia
  • Ser vigilantes para detectar en las visitas de seguimiento cualquier efecto secundario de los tratamientos que pueda aparecer a largo plazo,
  • Ser abiertos y comunicativos, ofreciendo a los supervivientes tanta información médica como deseen, y animándoles a tener una participación informada en su cuidado sin esperar que los supervivientes manejen la situación por sí solos
  • Transmitir información sobre recursos de asesoramiento y rehabilitación, derivando a los supervivientes y sus familias cuando sea apropiado, a servicios de tratamiento y apoyo emocional con el fin de mejorar la calidad tanto como la cantidad de vida.

Sin importar en qué tipo de sistema se ofrezca el servicio – público o privado – los supervivientes tienen derecho a una atención de calidad con especial énfasis en:

  • Toma decisiones de manera informada – incluyendo la decisión acerca del lugar donde se va a realizar el tratamiento, acerca de los médicos de atención primaria y especialistas que van a llevar a cabo la atención sanitaria, así como acerca de los tratamientos apropiados, eficaces y seguros para su caso (incluyendo ensayos clínicos),
  • Manejo eficiente pero humano de las secuelas de la enfermedad como la fatiga y el dolor – por ejemplo, al control del dolor desde una perspectiva en la que los supervivientes son tratados más como parte de un equipo en la identificación de la cantidad apropiada de medicación que necesitan
  • en cada momento, que como potenciales drogodependientes.
  • Uso apropiado de los medios sanitarios y hospitalarios, donde exista un equilibrio entre el coste y la atención centrada en el paciente de tal manera que no se dé el alta a ningún superviviente – por ejemplo, después de un mastectomía – sin que pueda valerse por sí mismo o sin asegurarse de que pueda obtener los cuidados necesarios para evitar situaciones peligrosas y/o dolorosas.
  • Respeto al deseo de los supervivientes a decidir cómo y cuándo dejar el tratamiento si llega el caso, incluyendo el respeto escrupuloso a testamentos vitales o documentos similares.

En su vida personal, los supervivientes, como otros americanos, tienen el derecho a buscar la felicidad. Esto quiere decir que tienen derecho a:

Poder elegir si quieren hablar con familiares y amigos sobre su experiencia con el cáncer o no, y a que no se espere de ellos un comportamiento más alegre o menos deprimido de lo que se esperaría de cualquier otra persona;

Verse libre del estigma del cáncer como una “enfermedad espantosa” en toda las relaciones sociales sean donde sea, desde el hogar al trabajo;

A que no se les eche la culpa por tener la enfermedad y a no sentirse culpables por haber sobrevivido;

Participar en grupos de apoyo y actividades con otros supervivientes si lo desean, ya que es en este ambiente donde se sienten menos aislados, más informados, y donde pueden expresar sus sentimientos, sean de esperanza o desesperanza, sin temor a ser etiquetados como pacientes “malos” o “desagradecidos” o simplemente “no colaboradores”.

En el lugar de trabajo, los supervivientes tienen el derecho la igualdad de oportunidades. Esto quiere decir que tienen derecho a:

  1. Aspirar a trabajos dignos de su cualificación y para los cuales están preparados, y no tener que aceptar puestos que seguramente no hubieran aceptado con anterioridad a su experiencia con el cáncer;
  2. Ser contratado, ascender, y reincorporarse al trabajo, en función de sus habilidades y cualificaciones individuales, y no sobre la base del estereotipo de “cáncer = invalidez”, con una “flexibilidad razonable”, según las leyes federales y del Estado, permitiendo cambios en sus tareas y/u horarios, que les facilite trabajar y seguir recibiendo tratamiento medico sin caer en la clasificación de “demasiado enfermo para trabajar, pero demasiado sano para ser calificado como minusválido y tener derecho a la protección legal existente para discapacitados”;
  3. A la confidencialidad de su historial medico.

Ya que el seguro médico es una preocupación urgente para los supervivientes, se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para que puedan conseguir una cobertura adecuada y accesible, sea pública o privada. Esto significa que:

  • Para los empresarios: los supervivientes tienen el derecho a ser incluidos en el seguro médico de la empresa que con frecuencia es más barato y ofrece una protección más amplia a los empleados con independencia de su historial medico;
  • Para los médicos, asesores y otros profesionales: deben estar informados y a su vez mantener a sus clientes supervivientes informados y al día acerca de los peligros de seguros discriminatorios que pueden dificultar la adquisición y el mantenimiento de una cobertura de empresa o individual (se ha de tener en cuenta por ejemplo, que los gastos hospitalarios y las pruebas médicas fuera del hospital estén incluidas en el seguro y cuál es el coste antes de que la cobertura sea efectiva);
  • Para los responsables de la política social tanto en el Gobierno como en el sector privado: ambos deben ampliar la cobertura sanitaria y las pólizas de los seguros para incluir diagnósticos y tratamientos que ayuden a prevenir la recaída de la enfermedad y a aliviar la ansiedad y el dolor de los supervivientes, así como disminuir las barreras impuestas por motivo de la raza, cultura minoritaria, edad o simplemente la falta de recursos para una cobertura sanitaria adecuada.

En suma, los supervivientes de cáncer tienen el derecho a atención sanitaria de calidad. Implícito en ese derecho está el acceso universal a una cobertura sanitaria adecuada. Sin los medios para obtener esta cobertura la palabra “calidad” es una palabra sin sentido.

Un cáncer puede no ser descubierto. Si lo es y la atención está por debajo de un nivel óptimo sin que nadie sea responsable por ello, la sociedad entera será la perdedora.