La discusión que ha habido entre nuestros lectores en los dos posts anteriores refleja una preocupación entendible en cualquier persona dela preocupación que genera el mundo de las drogas cerca de tu casa.
Pasa cuando jóvenes hacen botellón cerca de la casa de uno, pasa cuando tenemos algún sitio de venta de drogas en los aledaños de nuestra casa o pasa cuando se coloca en nuestro barrio un centro para personas en exclusión social.
Todo es entendible, aunque no siempre defendible.
Sin duda algunos comportamientos de determinadas personas, sean excluídos o no, sean drogodependientes o no son criticables, sin embargo, no por lo que son, no por su apariencia, no porque, por su situación o problema, generen de por si, algo que el resto del mundo o nuestros hijos no puedan o deban ver.
Mi experiencia en el mundo de las drogodependencias ha sido que mi acercamiento me ha hecho respetarles y por tanto, perder ciertas precauciones que tenía previamente, por el aspecto o el estigma.
Pero nosotros cuando hicimos el proyecto de heroína, proyecto único en el mundo, temíamos que generara una contestación de vecinos el ponerlo en marcha en un barrio.Ya difícil era el proyecto para complicarlo más, pensábamos.
El consejero de Asuntos Sociales y promotor del ensayo clínico PEPSA, Isaías Pérez Saldaña, al que siempre le estaremos agradecidos, quería hacerlo en un barrio de Granada. Nosotros nunca lo vimos claro. Así en los meses previos al inicio, buscamos activamente un lugar en un centro sanitario de Granada para hacerlo.
Nos planteamos el Hospital Militar, un centro de salud, el hospital clínico, el San Juan de Dios, la zona de salud mental de la Comunidad terapéutica y al final decidimos que fuera el Hospital Virgen de las Nieves, en un bajo del centro de especialidades de Cartuja.
Fue una muy buena decisión porque le dábamos un toque sanitario a un problema sanitario. Este no es siempre el caso, pero en esta ocasión si lo fue.
El centro se adecentó y al final fue uno de los aspectos que le dieron dignidad al proyecto.
Así explicamos en la
web las características del centro:
La organización general del programa en el Centro PEPSA de Granadaresponde a la búsqueda de la claridad espacial y la funcionalidad. Para poder llevar a cabo dichas premisas, se ha optado por la uniformidad de materiales y la distribución entorno a recorridos fácilmente identificables.
Los usos principales del centro serán el tratamiento de pacientes, la organización de talleres y las labores propias de la dirección. Estas actividades se reparten entre dos áreas de tratamiento y una intermedia para la administración. El acceso de los pacientes se realiza por la fachada norte, bajo la entrada principal del edificio, desde donde se reparten los dos ámbitos.
En primer lugar, el paciente accederá a una sala espaciosa, que lo será de espera o taller de actividades según convenga, donde tomará contacto con las actividades del centro y donde será informado en primera instancia. De aquí podrá pasar a la zona de tratamiento, compuesta por la sala principal, la sala de curas y el control de administración de material; o al sector de consultas, donde será atendido por profesionales de una manera privada.
Aparte de estos usos, el centro cuenta con todos los servicios necesarios, tanto para los pacientes como para los propios trabajadores, como sala de reunión, almacenes o administración.
Aunque todo el complejo se ubica en la planta semisótano del ambulatorio, se ha buscado el aprovechamiento máximo de la luminosidad externa para evitar una sensación desagradable, con un uso fluido de los espacios y la presencia del cristal como filtro visual entre estancias.