El Ministerio de Sanidad preparó hace unos años una ley para la prevención del consumo de bebidas alcohólicas entre los menores, que no salió para adelante ante la presión de diferentes sectores (entre otros políticos, económicos, mediáticos –un ejemplo es que el periódico contenedor de este blog no aceptó un artículo que escribimos un conjunto de profesionales de
1. El consumo está muy extendido. El 65% de los menores bebe alcohol en España, según datos del Libro Blanco sobre adolescencia y alcohol.
2. La práctica de beber esta ligada a una de las principales actividades de ocio de muchos adolescentes: “salir” los fines de semana. “Si sales, bebes; si sales cada fin de semana, bebes cada fin de semana; si cada vez sale gente más chica, cada vez se empieza a beber antes”. Así opinan muchos de los menores entrevistados en un estudio reciente realizado por
3. Una reciente encuesta sobre Alcohol y Drogas en España pone de manifiesto que el 30,9% de jóvenes entre
4. Los y las adolescentes consideran el consumo de alcohol como una práctica “normal” y bien vista. Lo interpretan como un elemento distintivo de madurez, necesario para su integración social. No lo perciben como un riesgo para su salud.
5. La idea de “normalidad” en el consumo de alcohol y su asociación con elementos positivos (hacerse mayor, integrarse en el grupo de iguales, conseguir éxito social y sexual), se refuerza constantemente a través los medios de comunicación y la publicidad. Adolescentes entrevistados manifiestan que la publicidad incita a beber, que les presenta productos desconocidos que luego ellos prueban y que “si fuera malo no estaría permitido anunciarlo” .
Y la realidad es que si ponemos la radio o la televisión cualquier día de la semana en cualquier cadena, podemos oír o ver anuncios de cervezas, vinos, cava, sidra, crema, ponche, fino, o licores en horario legal de protección del menor, e incluso en los bloques publicitarios de programas infantiles, y además casi siempre asociados al éxito social, sexual o a un mayor rendimiento físico. También, se pueden ver series que, entre sus escenarios principales, cuentan con bares donde los protagonistas, a veces personajes menores de edad, pasan parte de su tiempo y consumen bebidas alcohólicas como forma de ocio. Y si hablamos del deporte, los “goles” suelen ir siempre asociados a marcas de bebidas alcohólicas.
Los estudios científicos en este tema señalan que “la publicidad del alcohol en todas sus posibles maneras ejerce una influencia muy fuerte en el consumo adolescente y juvenil” y que “la publicidad del alcohol contribuye de forma directa al aumento del consumo”.
Por este poder de los medios de comunicación y de la publicidad para influir en las conductas y en los hábitos de consumo de la población, se han redactado y aprobado en los últimos treinta años recomendaciones y legislación, tanto en España como en el ámbito europeo, para proteger al grupo de población adolescente de estos mensajes publicitarios y garantizarles un desarrollo más saludable.
Pero a pesar de ello, parece necesario avanzar en medidas normativas, que protejan a los más jóvenes para que puedan crecer sanos y que ayuden a sus familias en este proceso. Y en estos momentos nos parece más necesario que nunca porque las técnicas de venta de alcohol se han hecho más sutiles y agresivas.
El consumo de alcohol en menores y adolescentes constituye un problema muy serio de Salud Pública, ya que tiene efectos negativos para su salud (embriaguez, comas etílicos, accidentes de tráfico y otros, embarazos no deseados…) y para la de sus familias y el resto de la sociedad.
Por lo tanto, se deben desarrollar todas las estrategias posibles (con ley o sin ley) para proteger la salud de los menores y debemos sumar esfuerzos desde todos los ámbitos: familias, sistema educativo, sistema sanitario, profesionales de la salud, empresarios, administraciones locales y autonómicas, Ministerio y sociedad en general.
Con los jóvenes y por su salud creemos necesario que desde todos los sectores (también el publicitario) se trabaje para mejorar la información sobre las consecuencias del alcohol (que existen y muy graves), se avance en la regulación y vigilancia de su promoción y consumo (también mediante la autorregulación, pero no solo) y entre todos y todas (adolescentes, padres y madres, educadores, sanitarios, publicistas, empresarios, responsables políticos y sociedad en su conjunto) ayudemos en la promoción y protección de la salud de la población adolescente. Con ley o sin ley
Montaje Audiovisual de la EASP sobre publicidad en radio y TV