En el tratamiento de sustitución de opiáceos, la enfermería desarrolla y ofrece la relación terapéutica primaria y principal y el cuidado con los pacientes. A pesar de su contribución esencial para el tratamiento de pacientes drogodependientes, la enfermería en el tratamiento de sustitución tiende a ser pasado por alto. Queremos describir las acciones de enfermería en el cuidado de los pacientes del PEPSA (Programa experimental de prescripción de fármacos en Andalucía, España), con los pacientes tratados con diacetilmorfina por vía intravenosa. en el hospital Virgen de las Nieves, en Granada.
El equipo de enfermería fue el responsable de la atención global e individualizada del paciente, centrándose en sus necesidades. El protocolo de actuación de la enfermería comprende la administración y supervisión del tratamiento y otras medidas dirigidas a reducir los daños, el fomento de hábitos saludables, el control del paciente y el asesoramiento.
El proceso general incluye: acyuación a la entrada del paciente, evaluación del estado de su salud en general, la entrega del tratamiento y la evaluación de la respuesta del paciente de recibir la diacetilmorfina inyectada.
El cuidado de los pacientes que son adictos a las drogas siempre exige una relación que garanticen la atención perfecta. Esta relación debe estar dirigida a fomentar y mantener la comunicación terapéutica. utilizando la empatía, la escucha activa, la asertividad, la aceptación, el respeto, ofreciendo información consistente y evitando un planteamiento crítico. Además, las enfermeras tratan de motivar el cambio con educación individual y grupal, la detección y proporcionan un refuerzo positivo de los cambios realizados, respetando siempre las decisiones del paciente. El objetivo fundamental era la reducción de daños, lo que implica reducir las consecuencias adversas derivadas del uso de drogas, sin necesidad de reducir el consumo de drogas.