CRUYFF es mejor que CLEMENTE. «MI VIDA SIN TI (2)»

Cruyff es mejor que Clemente

Al menos eso decíamos, Maríano Hernán, compañero y amigo, profesor de promoción de la salud de la EASP, twittero @marianoh y dedicado al mundo de los activos en salud y de la infancia y los adolescentes y yo mismo hace ya bastantes años cuando Cruyff era entrenador del Barça y Clemente de la Selección Española y estaba jugando el Mundial.

Cruyff es mejor que Clemente. No pretendemos echar más leña al fuego en esa guerra particular que se ha trasladado a los medios de comunicación y está empezando a llenar páginas en periódicos y ocupar minutos en informativos de radio y TV. No queremos realizar esta afirmación debido a «la fatídica impresión» que generó España ante Corea, o la falta de fortuna de cara al gol que tuvimos ante Alemania. No decimos eso para calmar la severa y humillante derrota de Johan y el Barça ante el poderoso Milán del Sr. Berlusconi. Aunque se diga que los barcelonistas practican el mejor fútbol que se ve en los campos españoles y haya ganado cuatro ligas (¡en el último minuto!), tampoco afirmaremos que es mejor por esto.

Para concluir que uno es mejor que el otro, no nos vamos a dejar influir porque Clemente prefiriera a Arsenio, y al final ganara Johan. Don Javier es nuestro Seleccionador Nacional y estamos seguros de que, con las alas del empate con Alemania, ganaremos a Bolivia el próximo lunes, y accederemos a los octavos de final de la Copa del Mundo de los Estados Unidos.

La afirmación pretendemos apoyarla en argumentos saludables, que hace que la balanza de lo sano se incline del lado de Cruyff: Cruyff ya NO FUMA, Clemente sí. Los dos son deportistas y son un modelo a imitar para la gente, y en concreto para los más jóvenes, pero Johan, en este caso, es mejor ejemplo que Javier.

Johan Cruyff, héroe deportivo de la historia de Holanda y del Fútbol Europeo, ante el acoso y derribo de su corazón, no solo abandonó el tabaco, sino que prestó su cara, su cuerpo, y su experiencia para comunicar a los demás ciudadanos una decisión por medio de un anuncio publicitario. Recordemos el texto del spot: «El fútbol y el tabaco han sido mis dos grandes vicios; el fútbol me ha dado la vida; el tabaco casi me la quita.» Nunca más ha tenido necesidad de comparecer ante los medios de comunicación con el objeto humeante entre los dedos amarillentos y malolientes, ni sus labios han vuelto a inclinarse a la vez que el guiño de su ojo acompañaba el gesto. Cambió su estilo y maneras de presentarse en público; a veces, un chupa chups adorna su imagen, dulcificándola. Parece que el héroe del cómic, Lucky Lucke le hubiera comentado al oído: «Imítame; cambiar el cigarrillo por una pequeña brizna de paja o un palito entre los labios no nos hace menos duros, sino más originales y atractivos. Johan, ya somos dos».

En cambio, Clemente, a pesar de haber sido uno de los «10» exquisitos del fútbol español, tiene siempre un cigarro entre sus dedos, ¡que olor…!; y en el banquillo ¡que horror! y ¿en los entrenamientos? ¡que agotamiento!.

La estampa pública de las personas emite mensajes. De un político esperamos una imagen de honestidad, de un alto funcionario, eficiencia y de un médico o de un deportista, salud. Ellos puede que no sean conscientes de algo que deben conocer y controlar: con su presencia en los medios de comunicación emiten mensajes que pueden favorecer estilos de vida saludables entre la gente; porque tendemos a imitarlos, a imitar sus maneras o al menos a ser complacientes con ellos debido a que tienen poder, han triunfado en la vida o se han convertido en nuestros ídolos o en los héroes de nuestros hijos. Por eso, esta en su mano generar mensajes favorables o nocivos para la salud de la gente.

No creemos que sea demasiado útil expresar que en España, al igual que en otros países, se ha estimado que el tabaco es la causa más importante de mortalidad, representando el 13% de las muertes producidas en un año. Es más, puede ser aburrido contar que los fumadores tienen una probabilidad mucho más alta que los no fumadores de sufrir cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares o afecciones respiratorias. El miedo a un futuro (no seguro) de enfermedad y de muerte de los fumadores no es motivo suficiente para alterar cambios sus estilos de vida como consumidores de esta droga.

Fenómenos como la consideración social del hecho del fumar; el papel de los personajes públicos; el precio del tabaco; la generación de espacios libres de humo; las medidas que dificultan la publicidad del tabaco, últimamente más dirigidas a los jóvenes y a las mujeres; el desarrollo de políticas de apoyo a la educación para la salud, tanto en escuelas, centros de salud y hospitales, como en lugares de trabajo y la puesta en marcha programas tendentes a generalizar el consejo médico a los fumadores; puede hacer más contra el tabaquismo que las personas que apoyan campañas contra la droga o culpan a los muchachos de ser los máximos responsables de la lucha contra la droga y aparecen públicamente con el cigarrillo entre los labios.

El tabaco ya no es lo que era, pero aun así, hay que fomentar la idea entre los jóvenes de que besar a un no fumador sabe distinto y por tanto, puede ser más largo e intenso. Y apoyarlos para que sigan diciendo que no fuman porque no les da la gana.

Y eso seguramente hará a la larga que los «ídolos» no tengan el cigarrillo como una de sus herramientas de trabajo. Eso es lo que se espera de ellos y de su poder de comunicación. Que paren. Toda la gente importante debe dejar de fumar en presencia de los medios de comunicación para que no se multiplique su imagen negativa.

A ver si rompen la guerra entre Cruyff y Clemente con la buena noticia de que: «Clemente decide dar ejemplo y abandona lo que le separa de nosotros en las ruedas de prensa: el humo de su cigarrillo». Al día siguiente, los periódicos titulan: «Cruyff deja de meterse con Clemente y la selección española: ya no hay nada que les separe». Y nosotros cantaremos entre alirón y alirón: «Clemente, gana el mundial y llega a la final».

Al final no cantamos el alirón de la selección española pero podemos cantar el alirón de la puesta en marcha de la ley.

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