En España, la mortalidad disminuye y la esperanza de vida se incrementa. En el año 2006, hubo un descenso de 750.000 fumadores, se redujeron los niveles de nicotina en el entorno laboral y disminuyeron un 9,5% el número de personas fallecidas por accidente de tráfico, año en que se puso en marcha el carné por puntos. Se han tomado medidas que ayudan a salvar vidas, aunque es evidente que faltan muchas cosas. Ante la puesta en marcha de la nueva Ley Antitabaco, se han despertado grandes expectativas en que proporcionará resultados beneficiosos, en la disminución del cáncer de pulmón o de enfermedades coronarias. Y es que un 75% de la ciudadanía mayor de 18 años no fuma, lo que supone el consumo más bajo de los últimos 20 años y además, la venta de tabaco ha experimentado un descenso al haberse vendido 200 millones de cajetillas menos en 2006. Todo esto hace pensar que la ciudadanía conoce el perjuicio que fumar causa a la salud, así como de la necesidad de preservar el derecho de los no fumadores a no estar expuestos al humo del tabaco.
Por otra parte, en 2006 fallecieron 3.016 personas por accidente de tráfico, la cifra más baja en 37 años, frente a las 3.332 del año anterior. El primer año con carné por puntos terminó con 316 muertos menos. En 6 meses de la aplicación del carné por puntos, la mortalidad descendió un 15% (260 víctimas menos que en el mismo periodo del año anterior). Otra medida para salvar vidas, aunque las cifras de muertes sigan siendo escalofriantes. Desde 2003, el número de personas que han perdido la vida en las carreteras ha ido descendiendo de forma considerable. Pero nos quedamos cortos.
Es evidente que los resultados de la normativa del tabaco han sido positivos, aunque insuficientes ya que todavía fuman nueve millones de españoles. Otros objetivos son que los jóvenes no empiecen a fumar o que cada año mueren 6.200 fumadores pasivos. Y más de la mitad de la población española cree que el tabaco debería haber estado prohibido en bares y restaurantes. La discriminación en los establecimientos hosteleros entre fumadores y no fumadores no era correcta, ya que el mensaje no era claro. Así se explica que la pasada ley haya sido bastante menos eficaz que la aplicada en Irlanda, que prohibía fumar en todos los pubs y que consiguió una reducción del consumo de tabaco de un 18% en su primer año de aplicación. La financiación de los fármacos para dejar de fumar, el incremento de las campañas publicitarias en radio y televisión, el ascenso de los precios del tabaco, (si se incrementa un 10% el precio del tabaco, se consigue que la prevalencia del consumo disminuya entre un 7% y un 10% en los jóvenes) o aumentar la formación a los profesionales sanitarios para que ayuden a sus pacientes a dejar el tabaco son otras de las medidas que podrían traducirse en una reducción del tabaquismo.
También faltan muchas cosas en el tema de los accidentes de tráfico. El objetivo es conseguir que España deje de figurar junto con Grecia y Portugal en la avanzadilla de los países europeos en número de accidentes mortales de tráfico. El objetivo debería ser también eliminar puntos negros de las carreteras, mejorar el transporte público o conseguir que los lunes en los medios de comunicación no estén llenos de titulares con muertes y dramas humanos debido a los accidentes de tráfico. El coche es ya la primera causa de mortalidad entre los españoles de hasta 35 años. Más de 150.000 años de vida potenciales se pierden en un año por culpa de los accidentes de tráfico, que causan además de muertes, lesionados medulares irreversibles, lesionados cerebrales y muchos heridos de diversa consideración, debido a que 1 víctima de cada 3 no lleva cinturón de seguridad o en un 25 % va a velocidad inadecuada y además habiendo consumido alcohol. Y como dicen algunas asociaciones, ‘los muertos nunca bajan, los nuevos se suman a los anteriores».
Igualmente nos quedamos cortos en la política para disminuir accidentes de trabajo, en conseguir una verdadera disminución de mujeres objeto de la violencia de género, en una política clara en el tema del alcohol, en abordar con decisión el tema de las personas que no saben que tienen el virus del sida, en avanzar a partir de los buenos resultados del proyecto de heroína de la Junta de Andalucía en lugares como Madrid, País Vasco, Cataluña o Baleares, en desarrollar medidas para disminuir el número de embarazos no deseados en adolescentes y el número de abortos en mujeres inmigrantes, en trabajar con personas excluidas y en la disminución de las desigualdades territoriales, en avanzar en medidas para disminuir la contaminación atmosférica y con ello, la mortalidad debida a ello,….. Y todo para seguir salvando vidas