Hoy, sábado 2 de mayo, escribo sobre LA VULNERABILIDAD
Hace 12 años pensé seriamente en suicidarme. Estaba agotado. Me sentía vacío. Pese a los éxitos (o quizás por ellos). Los dolores se acumulaban. Físicos (esa espalda), emocionales (ese abandono), sociales (esa soledad) y espirituales (ese sinsentido vital). Sensación de indefensión general, global, completa. Tocado y hundido. Finalmente (lecturas, escrituras y personas sanadoras mediante) decidí no hacerlo. Y, sorprendentemente, verme y reconocerme tan vulnerable me liberó, me dio poderes nuevos y me quitó miedos antiguos. Me ayudó a viajar más ligero de equipaje. Y a comunicarme de una forma más honesta y genuina. Más sencilla y esencial. Más limpia. Con mis alumnos/as y con mis colegas. Con mis jefes y con mis jefas. Con mis familiares y amigos/as. Con mis conciudadanos/as. Y, desde luego, y principalmente, conmigo mismo.
En mis doce últimos años como paciente de (con) dolor crónico he probado un buen número de técnicas, terapias y tratamientos: traumatología, reumatología, fisioterapia, infiltraciones varias, neurocirugía, radiofrecuencia pulsada, transmisión dieléctrica, masaje ayurvédico, digitopuntura, acupuntura, shiatsu, restauración bioenergética, reiki, naturopatía, homeopatía, reflexología, relajación muscular progresiva, meditación, visualización, jin shin jyutsu, rolfing, natación terapéutica, osteopatía, quiropráctica, pilates, chi kung, kundalini yoga, biodanza, tai-chi, anti gimnasia, noesiterapia, fitoterapia, ozonoterapia, higiene postural, hidroterapia, aromaterapia, musicoterapia, cuencos tibetanos, feng shui, dieta anti inflamatoria… Y es que cuando te duele siempre (repito: siempre) vas (casi) donde sea y haces (casi) lo que sea.
Todos/as los/as profesionales que me han atendido en estos doce años tenían inmejorables referencias. Eran realmente muy buenos/as en su especialidad. Y todos/as me atendieron con su mejor intención ¡¡Querían ayudarme!! Y, sin embargo, solamente diez de ellos/as me llegaron al “alma”. Solamente diez consiguieron que me entregase sin condiciones, libre y relajado, al tratamiento ¿Cuál era la variable? ¿Qué había pasado ahí? Analizando a fondo el tema con algunos/as de ellos/as (ahora ya amigos/as) llegamos a una conclusión fascinante: Se habían relacionado conmigo desde su propia vulnerabilidad. Sin egos ni miedos. Sin torres de marfil ni cátedras académicas. Sin corazas. De vulnerable a vulnerable. De humano a humano. Para poder trabajar juntos, para poder construir juntos, para poder sanar juntos. Y así ocurrió. Y se lo agradeceré eternamente.
3 párrafos, 3 regalos:
- Artículo publicado en IDEAL de Granada. Con un ruego: validemos y cuidemos; validémonos y cuidémonos. Con dignidad, por favor.
MIS ENCUENTROS CON AINHOA VIDEGAIN
- Poema “Escribir” de Chantal Maillard
“Para que el agua envenenada pueda beberse”.
¡¡Y en la voz de la propia autora!!!
https://www.youtube.com/watch?v=Q7CsKn48L4Y
- Canción: “Vulnerables”, de PEDRO PASTOR Y LOS LOCOS DESCALZOS (Recomiendo, entusiasmado, todo el CD “Vulnerables”. Es magnífico, en letras y en músicas. En portada y en diseño).
https://www.youtube.com/watch?v=Y9OS6dKxNPM
Hasta el próximo sábado.
Muy feliz semana ¡¡¡¡
José Luis Bimbela Pedrola
Para mis diez magníficos/as: Ángela, Daniel, Simón, Leo, Eduardo, Rafa, Juana, Yolanda, Alicia, Ignacio.
Y para los/as que lo intentaron. Porque el intento es bello.