AMANECIENDO EN SÁBADO 12

Hoy, sábado 27 de junio, escribo sobre EL DESEO

Estos días de pandemia y confinamiento, ojeo libros y estudios varios. Releo ensayos y poemas. Aún no puedo (desconozco las razones) con las novelas y los relatos. Y me detengo, algo nostálgico, en el libro “Sida y jóvenes. La prevención por vía sexual” que publicamos en la Escuela Andaluza de Salud Pública en 1996. Y reviso el listado orientativo de prácticas sexuales que construimos para ayudar a concretar las intervenciones en la prevención de la transmisión sexual del VIH y a mejorar la eficacia de las mismas. Las agrupábamos (las prácticas) en cuatro categorías (y cito textualmente): Con “riesgo alto” (coito anal sin condón, coito vaginal sin condón); con “riesgo bajo” (felación sin condón y con eyaculación en la boca, cunnilingus sin barrera); con “riesgo muy bajo” (compartir juguetes sexuales sin barrera, coito anal con condón, coito vaginal con condón, beso negro sin barrera, felación sin condón y sin eyaculación en la boca); y “sin riesgo” (besos húmedos, masturbación mutua, caricias, masajes, besar la piel, lamer la piel, pronunciar frases calientes, mirar con deseo). Me enternezco al leer esta última categoría. Y confieso que, desde hace ya bastantes años, la frase que más despierta mi deseo es “te amo” (incluso, últimamente, también “te quiero”). Dijo el gran Punset: “La felicidad está en la sala de espera de la felicidad” ¿Y el deseo?

Y, ahora en 2020, llega el coronavirus. Y leo noticias “sexualmente” inquietantes: “Hallan coronavirus en el semen de pacientes”, El coronavirus puede permanecer en el semen incluso después de comenzar la fase de recuperación”, Y en la saliva, claro (¡esos besos húmedos ahora, de repente, tan peligrosos!). Y las manos, con sus creativos y juguetones dedos ¿bien lejos de las bocas? Animo a los/as lectores/as a que construyan su propio listado orientativo. Intentando, por favor, concretar cada práctica al máximo. Y surgen dudas: ¿Qué pasa con las personas que se infectaron, que ahora han “dado negativo”, y cuyo semen parece que mantiene el virus? ¿Y con las que no se han hecho las pruebas? ¿Qué ocurre con el flujo vaginal? ¿Lamer la piel es seguro? ¿Y besar suavemente un brazo, una pierna, la corva de la rodilla? Y pensando en la promoción de salud y la salud pública: ¿Se logrará erotizar las mascarillas como sí se logró con el sostén/sujetador (y no se consiguió con el condón)? Tengo mis dudas. Consultemos a los/as expertos/as en “coronavirus y prácticas sexuales”. Leo que nos recomiendan la “erótica del distanciamiento” ¿Recuperaremos colores y olores? ¿texturas? ¿sedas y satenes? ¿miradas? ¿abanicos y pañuelos? ¿señales? ¿sugeriremos más y mostraremos menos? ¿Imaginaremos?

Quizás también valga la pena aprovechar la famosa pandemia para reinventarnos sexualmente. Si, como muy bien dicen en la película “El amor perjudica seriamente la salud” de Manuel Gómez Pereira, “El deseo es inteligencia, el sexo es gimnasia”, tengo la impresión de que nuestra (España) sexualidad es claramente mejorable (por decirlo suave). Cantidad, rendimiento y rapidez no parecen una tríada ni saludable ni placentera. Estudios relativamente recientes (The Journal Sexual of Medicine, 2014) afirman que las mujeres lesbianas tienen más y mejores orgasmos que las heterosexuales; y concretan las variables que ayudan a explicar este hecho: la calidad y cantidad de comunicación entre las personas implicadas (antes y durante la relación); el ritmo lento y sosegado; la empatía práctica (ponerse en el lugar de la otra persona para entender sus emociones, sus dudas, sus miedos; y decírselo). Tomemos, todos y todas, buena nota. Heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales, asexuales, pansexuales, antrosexuales, demisexuales, etc. incluidos/as. Y decidamos también (ahora, que ya han llegado los calores) qué riesgos estamos dispuestos/as a asumir para satisfacer / colmar / alimentar / saciar nuestro deseo.

Afirma Cristóbal Icaza, el empresario que donó 1000 succionadores de clítoris a las trabajadoras sanitarias en los momentos más duros de la pandemia, que “el sexo aún es materia sensible”. Declaración que me ha recordado la lúcida frase de José Luis Sampedro con la que acabé la presentación pública de mi tesis doctoral (“Sociología del sida. Jóvenes y Sexualidad en Andalucía, CIS-Siglo XXI, 2002). Dijo Sampedro: “El poder le tiene miedo al placer porque el placer nos hace libres”. A lo que añado, humildemente, tendrá miedo al placer de los/as demás, no al suyo propio; pues, es bien sabido, que el poder (del tipo que sea) no suele poner límites a su propio placer. Aprovecho para recordar, aquí y ahora, que en Salud Pública nos dedicamos a prevenir ciertas consecuencias no deseadas (VIH/sida, infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados) de algunas prácticas sexuales; no a prevenir las prácticas sexuales. El paralelismo con la conducción de automóviles (o el alpinismo) es tan obvio que, en atención al enorme respeto que me merecen los lectores y las lectoras de este blog, voy a omitir los detalles.

4 párrafos y 7 regalos

Una película… inolvidable: Los Puentes de Madison de Clint Eastwood

 Cuatro artistas… especiales:

Afro Blue. Melanie de Biasio https://www.youtube.com/watch?v=xHldixoPKDg

Esa noche. La Dame Blanche https://www.youtube.com/watch?v=pGw-SCb_7HY

Derroche. Ana Belén https://www.youtube.com/watch?v=MmQ0l2vvWYU

Smooth Operator. Sade https://www.youtube.com/watch?v=4TYv2PhG89A

Un grupo… dionisiaco: Light my fire. The Doors https://www.youtube.com/watch?v=mbj1RFaoyLk

Y algunas cuestiones pendientes: Ana de Miguel. Neoliberalismo sexual: el mito de la libre elección. https://www.youtube.com/watch?v=Q0EPniiq-EQ

Hasta el próximo sábado.

Os deseo una feliz semana ¡¡¡¡

José Luis Bimbela Pedrola

 

 

AMANECIENDO EN SÁBADO 11

Hoy, sábado 20 de junio, escribo sobre LA ÉTICA PRÁCTICA

Cine, cine, cine…

Sin querer hacer spoiler… Desde hace ya unos cuantos meses, utilizo un emotivo y precioso cortometraje de Isabel Coixet en mis conferencias sobre ética práctica (repito: práctica). En la pantalla vemos como un varón que ha decidido hacer “algo”, recibe una noticia inesperada y, a raíz de ello, toma dos decisiones éticas (repito: éticas) que le cambian la vida (porque las pone en práctica, porque las ejerce). Y hasta aquí quiero escribir. En los regalos de esta semana, tenéis el enlace para poder gozar del cortometraje una y otra vez. Carlos Boyero recordaba recientemente la opinión de Humphrey Bogart sobre la condición humana: “Para mí solo existen los profesionales y los vagos”. Pues eso; gracias a la profesionalidad de las sanitarias y de los sanitarios de este país (que pasaron a la acción), el sistema sanitario no se ha hundido con la pandemia. Genial.

¡Acción!

El psicólogo y pedagogo canadiense Albert Bandura (hoy un tanto olvidado) hizo mucho hincapié en la relevancia de pasar a la acción para lograr cambios duraderos en las actitudes, los valores y las creencias. Propias y del entorno. Reflexión para la acción. Diagnósticos para la acción. Análisis para la acción (evitando el demasiado frecuente “análisis, análisis y análisis hasta la parálisis”). En 2020 la ética necesita pasar a la acción para ser digna de ese nombre. No puede ser solamente ni un interminable listado de prohibiciones (no hagas esto, no hagas lo otro, no hagas lo de más allá) ni un bonito póster colgado en el despacho o en la sala de reuniones (como ese que teníamos, hace años, en nuestra habitación con la Declaración de los Derechos Humanos). Los derechos si no se ejercen son papel mojado. La ética si no se ejerce (empezando por uno/a mismo/a) es puro artificio, fuegos artificiales, parloteo inútil. Banal.

¿Derechos? ¿Obligaciones?

Enviar un wasap (o un tuit) es un derecho. Opinar (sobre esto o aquello) es un derecho. Un derecho sí; una obligación, no. Me explico un poco más. Yo decido libremente los derechos que quiero ejercer y los que no ¡sólo faltaría! Concretando aún más, yo tengo el derecho a pasarme los sábados y los domingos viendo series de esa o de aquella plataforma. Efectivamente. Y yo puedo decidir que ese derecho no lo voy a ejercer, y que (por poner un ejemplo real como la vida misma) voy a revisar las tareas que los/as alumnos/as me envían en el curso virtual que estoy tutorizando. Y, en tiempos de pandemia y confinamiento, algunas personas hemos decidido, libre y solidariamente, no ejercer algunos de nuestros derechos en atención a la salud de nuestros prójimos (y en atención, finalmente, a nuestra propia salud). Sin dramas y sin aspavientos. Humilde y tranquilamente. Silenciosamente. Cabal.

¿Pedir la luna? ¿Estar en la luna?

En plena crisis del coronavirus, surgen ideas innovadoras en medios de comunicación y en redes sociales: construcción de un sistema económico ético; priorización de la asistencia social y sanitaria; educación excelente y solidaria; sumar y cooperar (en vez de competir y enfrentar); sonreír (con el cuerpo y con el alma); evitar que los “fondos buitre” entren en ámbitos tan esenciales como la vivienda, las residencias de mayores, y los hospitales; abolir tanto la especulación, económica y financiera, como los paraísos fiscales (Países Bajos incluidos); y acabar con el “sobre abuso” de la naturaleza, aplicando recomendaciones tan sugerentes y estimulantes como el “urbanismo táctico” de Miquel Martí, y el modelo de los “15 minutos” (gracias Pontevedra, gracias París, gracias Carlos Moreno). Esencial.

Sintetizando…

  • ¿Te has leído el último libro sobre ética? ¿Y uno muy interesante que ha salido sobre la ética en Sudán del Sur? ¿Y el que acaba de publicar “Perico de los Palotes”?
  • Precisamente por lo que te aprecio (y por lo que aprecio la ética), te voy a hacer una propuesta: ¿Qué te parece si durante una temporada no lees ningún libro más (sobre ética) y haces algo (ético)? Gracias, de corazón.

5 párrafos, 5 regalos

  1. El cortometraje citado de Isabel CoixetBastille

https://www.youtube.com/watch?v=OFmw91X2QhA

  1. Artículo publicado en IDEAL de Granada (Sugiero ver primero el cortometraje de Coixet, ANTES de leer este artículo. Gracias)

MIS ENCUENTROS CON ADELA CORTINA

  1. Una editorial, en Archivos de la Memoria, para intentar que los cambios (individuales, grupales y comunitarios) sean sostenibles: Nosotros y nosotras decidimoshttp://www.index-f.com/memoria/15/15001.php
  1. Una pregunta: Alemania, Islandia, Finlandia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Noruega, Taiwán. Buena gestión práctica de la pandemia del coronavirus en 7 países dirigidos por mujeres ¿Casualidad?
  1. Una frase de Abraham Lincoln: “La forma más segura de predecir el futuro es crearlo”.

Hasta el próximo sábado.

Muy feliz semana ¡¡¡¡

José Luis Bimbela Pedrola

Para Diego Gracia, por recordarnos que la ética trata de lo “lo óptimo”

Para El Roto, por su celebración ética diaria

 

AMANECIENDO EN SÁBADO 10

Hoy, sábado 13 de junio, escribo sobre LA BONDAD

Richard Davidson, doctor en Neuropsicología e investigador en neurociencia afectiva, lo comentó con humildad en 2017, en una entrevista ya mítica en La Vanguardia: “La bondad está en el cerebro y se puede entrenar”. Algunos ya intuíamos algo de eso después de haber revisado la obra (y la vida) del filósofo Alexandre Jollien, que afirma: “la suprema inteligencia se llama bondad”. Dar y darse. Entregar dones y talentos. Entregarse en cuerpo y alma. Como propone Viktor Frankl en su maravilloso “El hombre en busca de sentido”. El verano pasado en Barcelona, la psicooncóloga Ainhoa Videgain me contaba: “Cuando, en los últimos instantes de vida, pregunto a los pacientes ¿cómo te gustaría ser recordado? Todos hablan de aspectos positivos (buena persona, generoso, amable)”. Sonreí aliviado. Hay esperanza, pensé. Nadie quiere ser recordado como un malvado, como un desalmado. Como un… (añada la lectora el calificativo que prefiera).

Releo el primer párrafo y me percato de algo: me ha salido pelín etnocéntrico. Menos mal que, rápidamente, mi cerebro (a veces tan útil) me ha recordado que un día, paseando por Google Maps, localicé mi primer apellido Bimbéla (con tilde, eso sí) en… ¡¡Burkina Faso!! (a 3.531 Km de Granada). Y, entonces, puedo resituarme. Y buscar y evocar. Y volver a encontrar UBUNTU, esa filosofía sudafricana vinculada a la lealtad y a la solidaridad, que se concreta en ese término que proviene de las lenguas zulú y xhosa, y que puede traducirse como “soy porque nosotros somos”. Me gusta. Me gusta mucho. Y ya me quedo un poco más tranquilo. Un poco. Y entonces investigo sobre mi segundo apellido (¡Mamá, te quiero!) y la investigación me lleva más cerca, hasta Aragón. Concretamente hasta el municipio de Pedrola, en la provincia de Zaragoza. Que conste en acta.

Y en los nuevos tiempos post pandemia, sumar. Cooperar en lugar de competir. En mi caso el gran descubrimiento, práctico y vital, se produjo de forma fortuita jugando con mi hijo Marcel a las típicas paletas de playa. Nos encantaba enfrentarnos y luchar por la victoria. Ocurrió que, agotados ya, física y emocionalmente, por esa rivalidad tan evidente en algunas fases de la relación, decidimos probar un plan b: en lugar de ver quién ganaba a quién, íbamos a intentar sumar conjuntamente el máximo de golpes sin que la pelota cayese en la arena ¡Bendita decisión! Sencillo y revolucionario cambio. Nada fue igual en el juego (ni en la relación, ni en su vida, ni en mi vida) después de ese sorprendente e inesperado hallazgo. Y creo, sinceramente, que no exagero. Como dice Elvira Lindo: “Es una enseñanza de la madurez: lo sublime siempre es sencillo”.

 3 párrafos, 3 regalos:

  1. Un anuncio esperanzador: La próxima celebración en la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) de la Jornada Prevención Suicidio. Esa Jornada tan esperada y que tuvimos que posponer por la pandemia. Y vamos a celebrarla precisamente en el Día Mundial de la Bondad, viernes 13 de noviembre; para enfatizar que la bondad bien entendida (como la calidad y el cambio) empieza por uno/a mismo/a. En las próximas semanas, información más detallada en la página web de la EASP: www.easp.es

2. Un vídeo delicioso sobre la palabra (y la filosofía) UBUNTU:

https://www.youtube.com/watch?v=Rn1pW0Kc9Tg

  1. Un libro vivificante: “Elogio de la debilidad” de Alexandre Jollien

Un libro que habla de la parálisis cerebral y del entusiasmo por vivir. Con humor y con amor. Y que nos descubre a un filósofo y escritor lúcido y luchador. Y lleno de bondad.

Hasta el próximo sábado (en el que vamos a pasar a la práctica¡¡¡¡).

Muy feliz semana ¡¡¡¡

José Luis Bimbela Pedrola

Para la buena gente…

Para la gente buena…

Para Pau Donés, in memoriam

https://www.youtube.com/watch?v=xxhET61yB1A

AMANECIENDO EN SÁBADO 9

Hoy, sábado 6 de junio, escribo sobre EL HEROÍSMO

 

Ayer, 2016.

Cuando en 2016 celebramos los 25 años de la “nueva” sede de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) tuve el honor de pronunciar una breve conferencia en su precioso y ahora añorado Salón de Actos. “25 palabras EASP” se titulaba. Y allí reivindiqué la valentía de Dylan, cuando con 27 años, cambió la historia del rock y del folk, realizando la versión eléctrica de su maravillosa “Like a Rolling Stone«. Carlos Marcos nos lo recuerda en EL PAÍS: “Este fue el concierto donde pasó todo, en 1966 en Manchester. Los puristas del folk no querían ver a su ídolo rodeado de instrumentos eléctricos. “Judas”, le llama alguien del público. “No te creo. Eres un mentiroso”, responde Dylan. El músico se vuelve a la banda y les dice: “Tocad jodidamente alto”. Y lo hacen…”. Olé. También reivindiqué la valentía de Camarón, que cambió la historia del flamenco con su obra “La leyenda del tiempo”. Hoy legendaria, ayer vilipendiada. Hoy mítica, ayer destrozada (simbólica e incluso físicamente). Olé. Y, claro, reivindiqué la valentía (el heroísmo, a veces) de la EASP. Valentía en contenidos y en formas. En qués y en cómos. En docencia y en investigación. En consultoría y en cooperación internacional. Escuela de Pacientes, Gestión Emocional, Salud Mental, Liderazgo con H-alma, Salud Espiritual, Prevención del suicidio. Olé.

 

Hoy, 2020 (Declarado por la OMS, “Año de la enfermería”).

En estos días de pandemia estamos reivindicando a héroes y heroínas cotidianos/as. Y les aplaudimos a las 20 horas; y escribimos sobre ellos y ellas. La mayoría han estado demasiado tiempo en el olvido: investigadores/as, directivos/as sanitarios/as, médicos/as, enfermería, residentes, personal de ambulancias, auxiliares, técnicos/as de laboratorio, técnicos/as de radiología, celadores/as, farmacéuticos/as, psicólogos/as, docentes, técnicos/as en cuidados auxiliares de enfermería, gerocultores/as, asistentes/as de mayores, cuidadores/as familiares, trabajadoras del hogar internas, limpiadoras, cocineros/as, pinches de cocina, policías, guardias civiles, bomberos/as, militares, voluntarios/as, cajeros/as de supermercado, tenderos/as, carniceros/as, estanqueros/as, transportistas, conductores/as de medios de transporte, panaderos/as, reponedores/as, barrenderos/as, carteros/as, veterinarios/as, reparadores/as de averías, ganaderos/as, agricultores/as, temporeros/as recogedores/as de fruta, y más… Muchos y muchas más. Además, quiero recordar (y homenajear apasionadamente) a esa generación de abuelos y abuelas que nos salvaron en la crisis del 2008 (con sus pensiones, con sus comidas, y con sus abrazos) y que ahora se han ido por la puerta de atrás (y sin abrazos). Y es que esos “tesoros” (que diría mi admirado amigo Félix Martín) se lo merecen.

 

Mañana, 2021.

España era, hasta el momento de la pandemia, un país mediocre y gregario. Comodón. En el que el talento se combatía (por activa y por pasiva) y la innovación y el cambio se criticaban “de entrada” (uno/a era culpable hasta que se demostraba lo contrario). Y donde el clásico “qué inventen ellos” seguía pudriendo el imaginario colectivo. Un país, “turismo dependiente” y “de servicios”, en el que los agoreros ganaban por goleada a los optimistas y el NO demoledor y corrosivo se imponía al constructor y proactivo. Con las conocidas excepciones deportivas por todos y todas /as “(sobre) celebradas”. En esas circunstancias… ¿Era imaginable que la ciudadanía española utilizase, sabia y valientemente, la pandemia del coronavirus para cambiarse (a mejor) y para cambiar el mundo (a óptimo)? En el ámbito personal, íntimo, familiar. Y en el ámbito público, social y comunitario.

  • No me deje con la duda, por favor. Finalmente ¿Qué cambiaron los españoles? ¿Y las españolas?
  • ¿De verdad quiere saberlo, amigo?

3 párrafos, 3 regalos:

  1. Artículo recién publicado (¡hoy mismo!) en IDEAL de Granada. Mis encuentros con un héroe al que admiro mucho. Maestro y amigo. Sabio y valiente. Lúcido y creativo.

MIS ENCUENTROS CON SALVADOR CASADO

 

  1. Una Canción: “Héroes” en dos versiones.

No escojo. Me quedo con las 2. Son distintas. Y las dos me gustan mucho.

Y así voy entrenando ese verbo “sumar” (puntos de vista, opciones, propuestas, recursos, acciones) que tan necesario nos va a resultar en esta fase de reconstrucción que se avecina.

Versión Bowie https://www.youtube.com/watch?v=lXgkuM2NhYI

Y

Versión Parálisis Permanente https://www.youtube.com/watch?v=_DXCPSE0g_Q

 

  1. Una novela: Nosotros en la noche de Kent Haruf

Soledad, vejez, amor. Héroes cotidianos, humildes. Héroes ancianos. Héroes honestos. Y amorosos. Una lectura que sana y vigoriza. Una gozada.

Hasta el próximo sábado.

Muy feliz semana ¡¡¡¡

José Luis Bimbela Pedrola

Para las heroínas cotidianas y los héroes cotidianos…

Para Irene, enfermera lúcida y valiente, in memoriam