Hoy, sábado 9 de mayo, escribo sobre LA SOLEDAD
Me encanta que la obra que Catherine Camus escribió sobre su padre se titule “Solitario y solidario”. Me apunto con entusiasmo a esa suma. De hecho, es una de mis “copulativas” favoritas. Y con ella reflexiono, de la mano de José María Esquirol, sobre la intimidad, en estos tiempos de transparencia “despiadada”. Estoy muy de acuerdo con él cuando afirma: “una ventana permite cierta intimidad y protección; las paredes de vidrio conducen a una transparencia que nos acerca a la alienación”. No me gustan las peceras. Ni reales ni figuradas.
Mi amigo y maestro Josep Torres, me lo explicaba muy bien con su “metáfora de las habitaciones”. Algunas las compartimos con extraños; otras las compartimos con personas conocidas. Hay algunas habitaciones que compartimos con los amigos y las amigas; y otras con la familia. Además, están aquellas que compartimos con las parejas; y las que compartimos con los hijos y las hijas. Y, finalmente, existen unas habitaciones que no compartimos con nadie. Absolutamente con nadie. Habitaciones necesarias, imprescindibles, vitales. Íntimas, privadas.
¿El reto? Hacer compatible ese “yo conmigo” tan relevante para conocerse y crecer (como profesional, como ciudadano, como persona) con el “yo contigo” indispensable para construir relaciones empáticas y fraternales, basadas en la confianza y el respeto mutuos. Y entonces sí, entonces el “nosotros” podrá ser solidario, maduro y evolucionado; y no gregario, inmaduro y retrógrado (como tantas veces). La ocasión que nos ofrece la pandemia es única y decisiva: ¿Progreso o retroceso? ¿Evolución o involución? Permitidme, por una vez, la disyuntiva.
Podemos aprender a vivir más saludablemente la soledad. Sin demasiado dramatismo. Recordando a : “Drama más tiempo igual a comedia”. Soledad para establecer relaciones más sanas y creadoras. Más limpias y respetuosas. Menos mediocres y dependientes. Menos superficiales y tópicas. Soledad saludable para amarse y perdonarse. Para amar y perdonar. Y, desde luego, para prevenir maltratos (físicos y emocionales) y sufrimientos extras. Soledad reflexiva, meditada y bien dosificada para evitar consumos compulsivos (y paliativos) de casi todo. Fármacos incluidos, por supuesto.
4 párrafos, 4 regalos:
- Artículo publicado en IDEAL de Granada. Yo puedo decidir cómo interpreto la soledad. Si la disfruto o… la sufro.
MIS ENCUENTROS CON JAVIER RUIBAL
- Canción: “Sin ataduras” Grupo LADAMA. Cuatro mujeres potentes y comprometidas. Sumando ética y estética. Multiplicando amor y libertad. Y con alegría, con mucha alegría. Y que sintonizan, magníficamente, con Emma Goldman cuando afirmaba: “Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa”
El estribillo es preciso (y precioso): ”Sin mucha pretensión / con bastante inspiración / sin tantas amarguras / y con menos ataduras”: https://www.youtube.com/watch?v=T4j-QNfZ5mE
- Cierto; el gran Sabina también ha hablado sobre la soledad: “Que se llama soledad”: https://www.youtube.com/watch?v=c5KCnKX_O1Q
- Película: “Tren nocturno a Lisboa” de Bille August. Interesante película, en la que podemos escuchar esta perla: “La intimidad es nuestro último santuario”.
Hasta el próximo sábado.
Muy feliz semana ¡¡¡¡
José Luis Bimbela Pedrola
Para Josep, mi amigo del alma…
Acertada reflexión sobre el tema de compartir en soledad, gracias!!!
Muchas gracias, Sugeidi
Por tu comentario. Y por tu agradecimiento.
Abrazo desde Granada ¡¡¡
JL Bimbela
La soledad tan necesaria y tan temida; tan inquietante y tan tranquilizadora; tan juguetona y tan relajante…Sencillamente me ha emocionado leerte….gracias por regalarnos esta reflexión en voz alta.
Muchas gracias, María
Por tus lúcidas palabras y tus emotivos comentarios.
Abrazo grande desde el Albaicín ¡¡¡
JLBimbela
La soledad, si es elegida, está bien. Y si no es elegida no queda otra que tratar de adaptarse lo mejor posible.
Gracias por tus sabia reflexión, Luis
Un abrazo (solitario y solidario) desde Granada
José Luis Bimbela