30 años de logros, 30 años de retos es el lema de este año del día mundial del sida, sin embargo a pesar de los avances, la campaña más recordada de publicidad sobre salud de los ciudadanos/as españoles en un estudio europeo en el que participamos es póntelo, pónselo, campaña que nació y se terminó en el año 1989.
Póntelo. Pónselo recomendaba el uso del preservativo a los más jóvenes y generó encendidas reacciones. De esta forma, el preservativo salió del armario con la campaña más ruidosa que ha dado nuestra democracia, gracias también a la campaña contraria de la iglesia Propónselo, propóntelo.
Póntelo. Pónselo, era una llamada a la responsabilidad, pero también una atrevida invitación a que las chicas, las mujeres, llevaran la iniciativa en un terreno en el que el hombre estaba acostumbrado a mandar, al menos simbólicamente. En televisión, se pasó para escándalo de los sectores más conservadores de la sociedad, un anuncio en el que prácticamente todos los alumnos de una clase reconocían ser los dueños del condón que el director del colegio encuentra en el suelo del gimnasio. Todo ese ruido mediático y judicial no sirvió más que para subir el volumen del altavoz: el Póntelo. Pónselo estuvo en boca de todos, una campaña valiente.
Hoy parece difícil lograr esa repercusión con una campaña similar, por mucho que las cifras de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual sigan subiendo. Y no sólo porque la fragmentación de las audiencias haga más difícil llegar a tantas personas a la vez… Las circunstancias políticas, más empapadas de miedo escénico, suponen el mayor bache a la tarea.
Se tiene que tener en cuenta también que para transmitir salud, las campañas de publicidad son necesarias, son importantes pero no suficientes, a no ser que exista: