El miedo, más contagioso que el Ébola, se ha instalado en nuestras vidas
Me decía el otro día un amigo con un semblante que reflejaba una honda preocupación: «Ayer la bolsa se desplomó un 2,5 por ciento». «No sabía que jugabas en la Bolsa», le comenté. «No, no juego, pero…». No dijo más. Yo tampoco. No hacía falta. Creo que él mismo se dio cuenta de la sinrazón,…